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En hogares con dificultades, el abandono escolar se multiplica por seis

Diego FranceschMartes, 5 de noviembre de 2013
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Según el último informe español de objetivos educativos europeos y españoles para el año 2020, el abandono escolar está estrechamente vinculado a la renta per cápita del hogar o la mayor o menor dificultad de llegar a fin de mes. No solo las características personales del alumno afectan a su riesgo de abandono temprano sino también la situación económica del hogar. El informe cita la Encuesta de Condiciones de Vida de 2011 que apunta a una relación inversa entre la capacidad económica de la familia y el abandono escolar.

Si se utiliza como criterio la renta disponible del hogar, las tasas van del 10,2% de tasa de abandono que caracteriza a los hogares más acomodados al 35% de abandono en los hogares con menor renta por persona.

En cuanto a la variable “dificultad para llegar a fin de mes”, de la Encuesta de Condiciones de Vida, en los hogares que llegan con mucha facilidad hay una tasa de abandono del 7%, mientras que la tasa que corresponde a los hogares que llegan con mucha dificultad se multiplica esta cifra por seis, hasta situarse en el 44,5%.

Evolución del abandono
El informe 2020 describe la evolución de la tasa de abandono en los últimos años. El porcentaje medio de abandono en la Unión Europea es del 12,8% en el año 2012, y el de España, del 24,9%, uno de los más altos de la UE, a pesar de la reducción de siete puntos desde 2008.

Es particularmente desfavorable la cifra de abandono de los hombres (28,8%) que duplica a la de la UE (14,5%), a pesar de que la mejora en el 2012 de los hombres, de 2,2 puntos, es el doble que la de las mujeres, de 1,1 puntos. Desde 2008, la disminución del abandono de los hombres sería de 9,2 puntos y de 4,9 puntos en el caso de las mujeres.

La reducción de esta tasa en España entre 1992 (40,4%) y 2000 (29,1%) fue notable. Entre 2001 y 2008 el abandono en España se situó entre el 30% y casi el 32%. A partir de 2009, se produce una tendencia descendente más o menos estable, alcanzando el 24,9% en 2012, con una disminución, por tanto, siete puntos porcentuales en los cinco últimos años. “Esta cifra es esperanzadora y positiva; no obstante, debe ser tomada con la debida cautela, pues aunque corresponde a una tendencia estable, como ocurre con la europea, los posibles cambios en los numerosos factores que influyen en el abandono podrían modificarla”, señala el informe español.

Como ejemplo, la tasa de graduados en ESO, que es uno de los factores indispensables para que pueda aumentar el número de jóvenes que continúan sus estudios, casi se ha estabilizado en torno al 74% en los últimos años.

Según el informe, los 1,6 puntos de descenso del abandono temprano en 2012 en España se deben, por una parte, al incremento en 1,1 puntos de la población que sigue algún tipo de Educación o formación y que todavía no ha alcanzado el nivel CINE 3 (Secundaria superior) y, por otra, al aumento en 0,5 puntos de la población que ha alcanzado el nivel de formación CINE 3. Los siete puntos de mejora desde 2008 se deben a un incremento de 3,8 puntos de la población que sigue algún tipo de Educación o formación y no ha alcanzado todavía el nivel CINE 3, así como a un aumento en 3,2 puntos de la población que ha alcanzado el nivel de formación CINE 3.

Con las disminuciones de los últimos años, en 2012 únicamente dos comunidades autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se encuentran en valores superiores al 30%. Entre el 20% y el 30% se encuentran la mayoría de las comunidades, y por debajo del 20% continúan Navarra y País Vasco, incorporándose también Cantabria y el Principado de Asturias.

No obstante, a lo largo de estos años se producen variaciones interanuales irregulares en los datos de la evolución en las distintas comunidades autónomas. Por ello, deben ser tomados con precaución, y es conveniente su análisis en periodos más amplios que el anual, pues los datos por comunidad proceden de tamaños muestrales pequeños y, en consecuencia, pueden estar afectados por fuertes errores de muestreo, advierte el informe.

En la valoración del abandono también hay que tener en cuenta la inmigración. La llegada de un elevado número de jóvenes inmigrantes de otros países influye en los resultados de este indicador. Se trata en la mayoría de los casos de jóvenes formados en sus países de origen que llegan a España con la única intención de trabajar y no de realizar estudios postobligatorios, engrosando, por tanto, los datos del abandono temprano.

En 2012 y según la nacionalidad, la tasa de abandono de la población que no posee la nacionalidad española fue de un 43,6%. Duplica, por tanto, a la de la población con nacionalidad española, que se sitúa en un 21,5%. Sin embargo, el efecto de la población extranjera durante el período analizado en la tasa total no ha variado significativamente, oscilando entre los 2,3 puntos del año 2005 y los 3,4 puntos del año 2012.

Para España, rebajar la tasa de abandono educativo temprano hasta los niveles medios europeos supone recuperar en torno a un 10 o 15% del alumnado que actualmente abandona el sistema educativo para que continúe escolarizado cursando, fundamentalmente, Formación Profesional. “Esto debe hacerse sin reducir las tasas de alumnado que cursa Bachillerato, ya que la tasa española de escolarización y graduación en esa etapa educativa está en torno a los niveles medios de la OCDE y UE”, dice el informe.

En el curso 2010-11 la tasa bruta de titulados alcanza el 50,3% en Bachillerato y el 20% en ciclos formativos de Grado Medio. Las comunidades autónomas que tienen las tasas más altas en Bachillerato son País Vasco (68,7%), Principado de Asturias (64,0%) Castilla y León (58,0%) y Comunidad de Madrid (56,8%). Y las comunidades con tasas más altas en ciclos de Grado Medio son Cantabria (27,8%), Principado de Asturias (26,3%), Aragón (24,1%), País Vasco (23,4%), Comunitat Valenciana (23,2%) y La Rioja (23,0%).

Diferencias por sexos
Según el sexo, entre los titulados en Bachillerato existe una diferencia de 14 puntos porcentuales a favor de las mujeres. Esta tasa superior de las mujeres se mantiene en términos similares en todas las comunidades autónomas, oscilando entre la mínima de seis puntos en Melilla y la máxima de 18 puntos en Galicia. En los ciclos de Grado Medio la diferencia sigue siendo favorable a las mujeres, pero se reduce a 2,6 puntos porcentuales; no obstante, el comportamiento de este indicador difiere de unas comunidades a otras, ya que en unas la diferencia es favorable a las mujeres (Extremadura, con 7,3 puntos alcanza, la máxima diferencia) y en otras a los hombres (alrededor de los cinco puntos en País Vasco, Navarra y Melilla), por lo que este indicador se considera que está influido por aspectos externos al sistema educativo y derivados de las salidas profesionales más demandadas en cada ciclo.

Reducir la tasa de abandono por debajo del 15% y elevar el porcentaje de titulados en Educación Superior entre la población de 30 a 34 años por encima del 44% son los dos objetivos nacionales de la Estrategia Europa 2020. En España, el objetivo de reducción del abandono está fuertemente vinculado al incremento de la tasa de titulados en la ESO, pues en ese caso podría cursar los ciclos de Grado Medio un porcentaje significativo del alumnado que en la actualidad no culmina con éxito la ESO y, como consecuencia, no tiene acceso a estos ciclos.

Coste del abandono
Según un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) en 2013, el abandono tiene unos costes para los individuos “en términos de desempeño laboral: participación en el mercado de trabajo, empleabilidad, tipo de empleo y productividad del trabajo”. La falta de estudios postobligatorios reducirá los resultados en esos ámbitos, y supondrá un coste para los individuos que dejaron sus estudios, pero también para el conjunto de la sociedad que, a causa del abandono, sufrirá las consecuencias de un peor funcionamiento del mercado de trabajo (menor tasa de actividad, más desempleo, mayor temporalidad) con una menor productividad y, en definitiva, menos bienestar.

Por otro lado, y según un estudio de la Fundación Adsis, el 18,4% de los alumnos de ESO tiene carencias económicas severas, que condicionarán su futuro educativo. Un 63% vive en hogares con padres en paro, un 70% tienen dificultades para pagar el alquiler o la hipoteca, un 80% tienen problemas para hacer frente a imprevistos y un 75% no pueden comer carne o pescado al menos tres veces por semana. El desempeño académico de estos alumnos es un 24% más bajo que el resto y un 61% ha suspendido tres o más asignaturas el curso pasado. El trabajo también desvela que un 37% de esos alumnos cree que no alcanzará sus aspiraciones y un 30 por ciento no sabe si acabará la ESO o piensa que no la terminará.

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