fbpx

“Hay que enseñar al alumno a pensar sobre lo que aprende”

Robert Swartz considera necesario el aprendizaje memorístico, pero siempre que el alumno entienda todo aquello que memoriza, y anima a los docentes a poner en práctica todos los contenidos que recoge el currículo para lograr el desarrollo de las competencias.

Adrián ArcosMartes, 25 de marzo de 2014
0

Robert Swartz. (Foto: Jorge Zorrilla)

Doctor en Filosofía y director del Centro Nacional para la Enseñanza del Pensamiento de EEUU (NCTT en sus siglas en inglés). Robert Swartz es considerado una de las personalidades más influyentes en el mundo educativo, y es pionero en la inclusión del pensamiento crítico y creativo en los contenidos curriculares. Ha participado en numerosos proyectos de innovación curricular y educativa en muchos países de todo el mundo con el objetivo de que los docentes integren el pensamiento crítico y creativo dentro de sus materias, más allá de que los alumnos memoricen los contenidos sin más.

¿Cree que el sistema español prepara a los alumnos para que tengan un pensamiento crítico?
El sistema español hace que los profesores enseñen ese pensamiento a través de un currículo regular. A los alumnos españoles se les enseña un pensamiento crítico a través de las distintas materias. Lo que tienen que hacer los docentes es que los alumnos lleguen a profundizar y a comprender ese currículo.

Pero se critica a nuestro país por seguir anclado en un aprendizaje memorístico.
Claro que necesitamos la memoria, pero hay que memorizar algo a la vez que lo entendemos; es la única forma de solucionar problemas. Enseñar en un sistema basado exclusivamente en la memoria es un completo error, porque así se enseñan conocimientos, pero no hechos.

El Informe PISA demuestra que los alumnos españoles no saben desarrollar bien las competencias.
La situación puede cambiar y los profesores pueden cambiarla fácilmente. El problema es que la mayoría de docentes no saben qué hacer para desplazar ese conocimiento memorístico. Tú puedes enseñar competencias o conocimientos, pero estos son diferentes a la pura memoria, porque hay que enseñar también a practicarlos, a que los alumnos piensen sobre lo que están aprendiendo en el currículo regular. Los profesores no pueden hacerlo de la noche a la mañana, pero sí ir cambiando sus clases poco a poco, no solo dar temas, sino que los alumnos actúen sobre lo que están aprendiendo. El problema es que los profesores no saben cómo hacerlo.

¿Los docentes no están lo suficientemente preparados?
Los profesores están listos para aprender lo que tienen que hacer, pero necesitan una buena formación para hacerlo.

¿Qué papel juega el docente en las nuevas tecnologías? A veces se pone en entredicho su función.
Las nuevas tecnologías aportan nuevos caminos para obtener información de manera muy rápida. Ya no se necesitan libros de texto para obtener información. Pero esa rapidez de recursos no significa que les aporte a los alumnos las competencias que necesitan. Para eso se necesita al docente.

De todas formas, ¿hay que cambiar la metodología? ¿Cómo debe impartirse una clase en este tiempo?
Está claro que se necesita al profesor, pero no dando clases teóricas todo el tiempo. Las competencias deben ser más prácticas. Por eso el profesor debe saber cómo dar esa información a sus alumnos, haciendo que trabajen en equipo, con actividades muy prácticas a través de las cuales profundicen en los conocimientos.

¿Puede perder autoridad el profesor de esta forma?
Nunca. El profesor es el director y los estudiantes los actores. Y siendo el director en una clase, es imposible que pierda autoridad.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del sistema educativo español?
En mi experiencia con el sistema español, puedo decir que los centros se han dado cuenta de que hay que hacer cambios y están contribuyendo a hacerlos. La manera de enseñar ha evolucionado muy rápido. Pero, en mi opinión, el problema es el mismo que en el resto del mundo, porque se adquieren los conocimientos a través de la lectura de libros, y las competencias que se aplican son mínimas. He trabajado con muchos profesores y te aseguro que ocurre lo mismo en España, en Chile, en EEUU… Es asombroso. Creo que todos los chicos pueden ser grandes pensadores, pero el problema es que los profesores no tienen recursos para enseñar a serlo. Es como si alguien tiene un talento innato con la música, pero nadie le descubre esa capacidad. Ese talento que no se explota permanece dentro de nosotros, pero inactivo. Ese es el gran problema.

¿Qué opina sobre las evaluaciones? ¿Son una forma de reforzar el pensamiento crítico o de frenarlo?
A veces, estas evaluaciones no son buenas porque son solo tests de memoria de conocimientos. Las evaluaciones deben basarse en poner en práctica los conocimientos y en buscar relaciones, no en elegir respuestas de un test.

¿Y qué habría que hacer con los alumnos que a los 12 o 13 años ya no quieren seguir en las clases ordinarias?
Ellos están sufriendo un sistema educativo que les anima a abandonar. Si desde el principio se utilizaran otras metodologías, quizá ellos llegarían a amar los estudios. Sin embargo, los profesores pueden hacerles descubrir lo maravilloso que es aprender y de que no hay que darse por vencido. El problema es que el Gobierno dice qué hay que aprender, y los profesores tienen poco margen para la innovación.

¿Qué opina sobre derivarlos a Formación Profesional?
Algunos estudiantes valen para ser músicos, otros tienen aptitudes para la tecnología. Pero este no debe ser el último recurso, porque así no aprenden. Si les enseñas a aprender amarán lo que hacen y elegirán mejor. Si un alumnos decide ser ingeniero, estará bien siempre que haya aprendido lo anterior de forma adecuada.

0