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“Al orientarle bien en la ESO, el alumno va a encontrar sentido al Bachillerato”

El director de PROA aboga por una orientación temprana que lleve a los alumnos a dar sentido a lo que hacen, que vean la utilidad de las asignaturas que cursan y que no les lleve al fracaso escolar tanto en los colegios como en la universidad.

Adrián ArcosMartes, 22 de abril de 2014
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Para que los alumnos de hoy lleguen a ser unos buenos profesionales el día de mañana, es imprescindible descubrir sus verdaderas cualidades y destrezas. Esta es la idea principal del nuevo Programa de Recursos en Orientación Académica (PROA). Para su director, Francisco Pellico, el PROA equivale a evitar el fracaso escolar y universitario, con las consecuencias que ello supone de pérdida de tiempo, ilusión o dinero.

 ¿Cómo surge la idea de crear este programa?
La idea inicial la tiene Jesús del Castillo, que es diseñador, ya que se da cuenta de que hay gente que diseña sin saber, que hay cierto nivel de intrusismo y que no existe una preparación adecuada. De esta forma, le da vueltas a la idea de crear una fórmula que explique y oriente bien sobre ese mundo.

¿Qué defectos tiene el sistema educativo para que haga falta este programa?
El mundo educativo no se establece de cara al laboral, y los niveles se estructuran sin una conexión real. Esta crisis por la que estamos atravesando ha llevado a una reestructuración muy potente en el mundo del trabajo. Lo que hasta hace pocos años conformaban las carreras de prestigio y con futuro, como las ingenierías, la arquitectura, el derecho o las económicas, ahora mismo han saturado el mundo de las empresas. Sin embargo, han surgido nuevos elementos que son muy necesarios. Pero este nuevo mundo se conoce muy poco, porque la orientación universitaria siempre ha ido dirigida a las carreras clásicas.

¿Cuál es el procedimiento para descubrir las vocaciones?
Nosotros planteamos un curso de 16 horas en el cual los alumnos pasan por las universidades con las que tenemos acuerdos firmados, hacen un trabajo muy práctico en los ámbitos en los que estamos especializados (arte y comunicación), y los monitores van viendo qué aptitudes tienen para cada uno de esos elementos. Los profesores van viendo cuáles de ellos les atraen más o les parecen más sugerentes. Al final de ese curso, se da un informe a los padres sobre los intereses y aptitudes de sus hijos.

¿Cuándo se imparte el curso y cuál es el coste?
El coste de las 16 horas es de 200 euros y se adapta a la necesidad de los propios alumnos. Se puede hacer durante el curso, por ejemplo en dos semanas consecutivas por las tardes y el sábado por la mañana. O también en el mes de julio, que cuando los alumnos ya han acabado el curso escolar, y se imparte en una sola semana de forma continua.

¿En qué curso se imparte?
Nosotros convocamos reuniones en los colegios, sobre todo con los padres de alumnos de 4º de la ESO, porque en ese curso ya tienen que elegir, y ahí deben tener claro hacia dónde van. Y en 1º y 2º de Bachillerato damos cursos más breves y más concretos en el mundo en el que ellos se sienten a gusto, de tal manera que se puede decir que los cogemos en 4º de ESO y los llevamos de la mano a la puerta de la universidad.

¿Cómo ven este programa las universidades?
A las tres universidades con las que tenemos acuerdos les llevamos alumnos orientados, por lo que lo han visto muy bien desde el principio, ya que es una forma no solo de captar alumnos, sino de que les lleguen en unas condiciones óptimas y puedan empezar a trabajar con ellos con firmeza desde el primer día. No son alumnos que tengan que ir tanteando si eso es lo suyo o no, sino que ya saben lo que quieren.

¿Cree que se obliga al niño a elegir demasiado pronto?
Yo no creo que ahí esté el error, sino que debe acompañarse de una orientación bien hecha. Es verdad que se elige antes, pero también se han flexibilizado los caminos y hay más pasarelas para pasar de un lado a otro. Antes el sistema era muy rígido, por lo cual no podías pedir a un joven de 13 o 14 años que tomara una decisión que comprometiera su futuro.

¿Cree que la mentalidad de los padres sigue siendo errónea con respecto a determinadas carreras?
Es muy comprensible humanamente. Es la mentalidad de un padre que quiere proteger a su hijo. Pero deben entender que sus hijos van a estar, como mínimo, ocho horas al día durante 35 o 40 años de su vida desempeñando una tarea. Es demasiado tiempo como para no hacer algo que realmente les guste. Aquel que hace un trabajo a contrapelo, nunca llegará a ser un profesional de renombre. Por eso hay que cambiar esa mentalidad clásica sobre un panel universitario muy estereotipado.

¿No funciona el equipo de orientación de los centros?
Están lastrados por la misma mentalidad clásica en los planteamientos. Los equipos de orientación básicamente hacen unas encuestas de preferencias, en las que los alumnos indican lo que les gusta o no. Y luego se les hace otra prueba de aptitudes, para ver si se les dan mejor las letras o las ciencias. Es un método demasiado clásico.

¿Se puede decir entonces que PROA es más pragmático?
Dicho con respeto, es más moderno. En 2º de Bachillerato el alumno toma la decisión el último día, de forma desorientada y muy poco profesional. Ocurre con frecuencia que quiera hacer una carrera pero ya no pueda. Entra en la universidad con una idea poco clara de la carrera, y al año se frustra porque no le gusta. Fíjate si no eligen bien, que un 35% de los alumnos que entran en 1º de carrera, no continúan estudios. Y cuando llegan a terminar sus estudios se van al paro, porque no se demandan esos puestos. Todo esto genera mucha frustración. Nosotros intentamos que sean felices desde el primer momento, y no es más que una cuestión de orientarles correctamente y de acompañarles a lo largo de todo el proceso.

¿Es una forma también de prevenir el fracaso escolar?
El niño de la ESO ya no ve la universidad como algo lejano, oscuro y complicadísimo, sino como algo próximo a él. Ahora muchos alumnos eligen una carrera porque no les queda otra, pero no saben para qué les sirve. Al orientarles bien, le van a encontrar sentido al Bachillerato, van a ver un futuro más despejado, y se van a dar cuenta de que las asignaturas que van a cursar les van a servir para lo que quieren hacer.

¿Qué piensa sobre la polémica de elegir algo vocacional o decantarse por las carreras que tienen salida laboral?
Es una polémica falsa. El alumno tiene que hacer lo que realmente le llene y le guste, porque son muchas horas las que tienes que dedicarle, por lo que no puedes ir a contrapelo toda tu vida.

 

¿EN QUÉ CONSISTE EL PROA?

– 16 horas

El programa dura 16 horas, en las que cada alumno entra en contacto con materias propias de los estudios, los orientadores imparten las clases prácticas y teóricas y se utiliza el material técnico propio de cada grado.

– Localizaciones

El programa es impartido por un equipo de profesionales en todas las materias en dos localizaciones –la empresa y la universidad–, gracias al acuerdo alcanzado con la Agencia de Comunicación Hadock Creativos y JCPalmaDiseño y las tres universidades donde se imparten los grados: C. U. Villanueva y las escuelas universitarias TAI y ESNE.

Después del programa

Terminado el programa, se explica a alumnos y padres el tipo de estudios para el que están más cualificados, y se extiende un certificado que les servirá para la universidad.

– Aplicación del programa

Se puede realizar de forma puntual, en cualquiera de los tres cursos (4º de ESO y los dos de Bachillerato) o de forma continuada, en cada uno de los tres cursos.

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