El club de los poetas muertos
Robin Williams interpretaba a John Keating, docente que a finales de los 50 empieza a impartir literatura en la Academia Welton, un internado privado muy tradicional. Con sus métodos, poco convencionales, ayudará a sus alumnos a descubrir que pueden darle un carácter extraordinario a sus respectivas vidas.
El film obtuvo un Oscar al mejor guión, obra de un inspirado Tom Schulman. Además, dio a conocer a los jóvenes Robert Sean Leonard y Ethan Hawke, que con el paso de los años ha logrado mantener el estrellato.
Pone en cuestionamiento todos los ritos y estereotipos asociados con las aulas. Si bien éstos pueden tener su utilidad, no está de más revisar si quizás algunos se han quedado anquilosados y deberían desaparecer. En cualquier caso, El club de los poetas muertos tiene su interés, pues invita a los jóvenes a pensar por sí mismos, a no dar por bueno lo que se les impone como establecido.
Si un profesor en la vida real usara métodos similares a los de Robin Williams, ayudaría en la formación crítica de sus alumnos. También supone un alegato a favor de la creatividad, cualidad que parece desdeñada por la práctica sociedad del mundo moderno, pero que tiene una gran utilidad en cualquier campo.
Keating logra convertirse en el profesor más querido, con el que sus alumnos tienen mayor confianza. Sin embargo, su exaltación del hedonismo («Carpe diem») sin ponderar las consecuencias puede llevar también a consecuencias trágicas, como se ve en el propio film.