“Hay que replantear los complementos salariales hacia el logro de objetivos”

La Conselleria de Educación valenciana fue, al adelantar unos días su inicio de curso, la primera comunidad en implantar la Lomce. Pero sobre todo, como señala su responsable, María José Català, una Administración “cómoda” con la nueva norma educativa. Además, en estas fechas prepara dos consultas directas a las familias: sobre el programa lingüístico de los centros y sobre la jornada continua. Que las familias puedan decidir es “la evolución natural”, señala Català, a la libertad de elección.

Este es el curso de arranque de la Lomce, una ley contestada, incluso a veces desde el Partido Popular. ¿Se siente cómoda aplicándola?
Mucho, porque hemos participado activamente en el diseño de la Lomce y ha incorporado muchas sugerencias de la Administración educativa valenciana. La Lomce aborda de forma acertada algunas cuestiones, como la Formación Profesional Básica. También es la primera ley que hace un guiño a la autonomía pedagógica y tiene una visión más equilibrada entre Pública y Concertada que permite a las autonomías hacer una planificación según la demanda social, lo que da respuesta a las familias. Particularmente, me gusta mucho que para el futuro permita incorporar determinados perfiles profesionales en el ámbito educativo como los trabajadores sociales. A futuro, apostamos por la orientación y para ello necesitamos incorporar nuevos perfiles profesionales que las anteriores leyes no lo permitían. Otra apuesta fuerte de la Comunidad Valenciana es el aprendizaje de las lenguas y así se recoge con la equiparación según las etapas educativas con los niveles del Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas lo que permitirá obtener a los alumnos los certificados de idiomas al concluir cada etapa. Todo esto nos hace sentir muy cómodos con la implantación de la Lomce.

¿Falta, en cambio, todo lo referente al profesorado?
No era el marco normativo adecuado ya que la ley incide en otros aspectos. La Lomce debe complementarse con un nuevo estatuto, el acceso a la función docente y otros aspectos relacionados con el profesorado.

¿Seguro que no tendría que haber estado incluido todo eso en la Lomce?
No pasó con las leyes anteriores. Introducir la negociación laboral dentro del contexto general de la ley quizás no sea oportuno.

Hay quien piensa, como FSIE, que se requiere una Ley de la Función Docente.
Todas las administraciones estamos legislando sobre cuestiones docentes generales como la autoridad, así que podría ser interesante. Una cuestión clave es la carrera profesional, por ejemplo, se requiere revisar los complementos retributivos. Desde mi punto de vista, ya no sirven los objetivos que en su día se plantearon con los sexenios. La Lomce plantea nuevas metas y la carrera profesional del profesorado debe ir dirigida al cumplimiento de esas metas y llevar los complementos retributivos a la obtención de objetivos. Es el momento adecuado para abordarlo, pero los tiempos educativos no casan a veces con los políticos.

¿No entrará para esta legislatura?
Sé que el Ministerio ha estado trabajando en estos aspectos.

Por aquello de que leyes educativas ha habido muchas pero del profesorado ninguna, ¿no hubiera sido más oportuno hacerlo a la inversa?
No estoy muy de acuerdo porque si no tenemos una ley que marque los objetivos es difícil orientar al profesorado hacia esos objetivos. El proceso de negociación y diálogo que intentó el Ministerio de Educación alargó mucho la tramitación de la Lomce, porque había una voluntad real de consenso. El Partido Popular no planteó su ley, sino la modificación de una norma anterior. Esto ha hecho que la aprobación de la Lomce haya sido con la legislatura muy avanzada, por lo que el segundo reto, el complementario, que es el estatuto del profesorado tiene menos tiempo para que se pueda abordar.

Parece, efectivamente, que vaya a pasar la legislatura sin que llegue el anunciado MIR educativo.
Echo en falta dos aspectos, asumiendo la dificultad de los tiempos. Primero, una mejora del sistema de acceso a la función docente y, en segundo lugar, la función directiva, que de alguna manera nos la hemos dejado por el camino.

Era una de las principales propuestas valencianas.
Sí. Nosotros creemos de verdad que un proyecto educativo tiene que tener un líder pedagógico, un líder humano, organizativo. Si apostamos por la autonomía, que cada centro tenga su proyecto, eso nace de una capacidad del liderazgo. La Lomce sí la mejora porque permite, por ejemplo, que las autonomías podamos establecer una formación específica para la función directiva. Pero sigue sin abordar el gran reto de la función directiva. De los administradores de la Educación, como se llama en Europa.

Son pocos los países que eligen al director como se elige en España.
No estoy muy de acuerdo con el sistema de elección, pero no quiero quedarme en la apariencia. Tampoco la Administración está haciendo realmente todo lo que podría hacer por los directores. No creo que les estemos dando la formación oportuna ni los recursos para tener un liderazgo organizativo y pedagógico y para dirigir económicamente un centro educativo. La Administración tendría que hacer más por los directores porque a veces les dejamos solos.

La Lomce les amplía las funciones, en detrimento sobre todo del Consejo Escolar ¿Le parece aún insuficiente?
Me parece que mejorando el acceso, mejoraremos la formación de las personas y le daremos herramientas para lo que queremos que hagan que es liderar un proyecto pedagógico singular que es su centro.

La idea, entonces, es que el director tenga más poder también, ¿no?
No es cuestión de poder, sino de mayor capacidad para liderar un equipo de trabajo y un proyecto por el que se apuesta en ese centro y no en otro, y atienda las necesidades de las familias de ese centro. No es más poder, es más capacidad, más autonomía. Con más control pero también con más recursos.

¿Cómo se concretará esa autonomía que recoge la Lomce?
Llevamos tiempo trabajando en ello. No creo que puedan salir en esta legislatura, pero nosotros planteamos un decreto de gestión económica de los centros totalmente diferenciado a lo actual. Y también de gestión pedagógica, donde la Administración, sin olvidar la equidad, permite a los centros desarrollar modelos singulares o su especialización. En este contexto, comenzamos con los contratos programa, donde los centros argumentan sus necesidades económicas y humanas para cumplir un objetivo según un proyecto diferenciado. Es un primer paso que hay que mejorar y profundizar.

¿Se planteó un Decreto de Autonomía?
Todavía lo estamos trabajando, me gustaría mucho que saliera adelante. Pero no basta con dar autonomía, también hay que evaluar. Y también sus consecuencias, que no deben entenderse de forma negativa, sino cómo incentivar la consecución de los objetivos. Es la parte más dura del Decreto de Autonomía.

Todas las autonomías han implantado dos medidas de la Lomce este curso: los currículos de Primaria y la FP Básica. Cataluña, en cambio, no lo ha hecho. ¿Cree que el Estado hace la vista gorda?
Creo que el Estado se reserva determinadas posibilidades que le reserva la ley. La primera es la financiación: hay unos plazos para la justificación de los fondos para la implantación de la Lomce. Para la Comunidad Valenciana serán 122 millones de euros, que son oxígeno para las administraciones educativas. Cataluña sabrá si quiere jugarse la llegada de fondos europeos y del Estado para la implantación de una ley que sería muy beneficiosa para los niños catalanes también.

¿Le da miedo Podemos y lo que dice de Educación?
No me gusta su forma tan agresiva para la eliminación de la Concertada. Dicen claramente que quitarán los conciertos.