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El gasto en Preescolar, “el más redistributivo de todos”

Las etapas previas a Secundaria son clave para prevenir el fracaso escolar, según el estudio 'Aprendizaje y ciclo vital. La desigualdad de oportunidades desde la Educación hasta la edad adulta', de Obra Social “la Caixa”.
Laura García RuedaMartes, 20 de enero de 2015
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El estudio Aprendizaje y ciclo vital. La desigualdad de oportunidades desde la Educación hasta la edad adulta, de Obra Social “la Caixa”, califica la Educación temprana como una etapa formativa decisiva, que influye directamente en los resultados futuros de los niños en competencias básicas. Por este motivo, uno de los investigadores que han de-
sarrollado el informe, el doctor en Sociología, Hector Cebolla-Boado, califica el gasto en Preescolar como “uno de los más redistributivos que pueden hacerse en Educación”.

Los autores del in­­­for­me –que analiza la desigualdad educativa centrándose en el efecto del origen social en el rendimiento académico y a lo largo del ciclo vital– apuntan que, pese a que se suele atribuir el fracaso escolar a la Educación Secundaria, la clave para prevenirlo son las etapas anteriores.

De hecho, el estudio afirma que, “si la desigualdad educativa se reduce en algunas fases es solo porque el sistema educativo es más selectivo y expulsa a los que tienen peor rendimiento, entre los que los niños de orígenes humildes están sobrerrepresentados”.

Según Cebolla-Boado, la inversión educativa en fases tempranas “es fundamental para mejorar los resultados de España en los rankings internacionales, reducir la importancia del origen social familiar sobre los resultados y para la igualdad de oportunidades”.

En este sentido, el director del área de Ciencia y Medio Ambiente de la Fundación “la Caixa”, Enric Banda, destaca que “la Educación Preescolar es la mejor herramienta para garantizar oportunidades educativas en el futuro”. Motivo en el que se basa para apuntar que “casi dan ganas de decir que habría que hacer la Preescolar obligatoria”.

En la misma línea, otra de las investigadoras que ha participado en el informe, la doctora en Sociología Leire Salazar, apunta que en España, “de facto, en la etapa entre los 3 y los 6 años prácticamente la totalidad de los niños está escolarizado”. Por ello, en el caso español “el debate estaría en la etapa de 0 a 3 años”, en la que, afirma, “hay que buscar fórmulas de cuidado de los niños que sean más estimulantes para ellos”.

Y es que, según el investigador Cebolla-Boado, “la Educación Preescolar puede sustituir los déficits en el caso de familias con menos conocimientos y más desfavorecidas”.
“En los primeros años de vida se adquieren conocimientos de forma muy rápida. Sin embargo, algunos niños, en función del nivel socioeconómico del que provienen, adquieren conocimientos a otro ritmo, algo que puede influir en sus logros educativos máximos a lo largo de toda la vida”, explica el experto. “La Educación Preescolar es universalmente positiva, pero beneficia un 100% más a los niños de familias más desaventajadas”, añade Cebolla-Boado.

Ante esta situación, otro de los investigadores, el también doctor en Sociología Jonas Radl, apunta que es necesario buscar “fórmulas para afrontar los costes de la Educación en las guarderías”.

En la universidad
La universidad es la etapa en la que menos se visibilizan las desigualdades. “Una vez que el fracaso escolar ha expulsado a los estudiantes con peor rendimiento en la Educación Secundaria, el sistema universitario genera muy pocas diferencias en el aprendizaje de los estudiantes”, establece el estudio. En consecuencia, por ejemplo, la desigualdad en competencias matemáticas que impone pertenecer a familias con distintos recursos en la universidad se reduce un 80% respecto a la que existe en Primaria, y un 70% respecto a la que existe en Secundaria.

De esta forma, para los españoles con Educación universitaria, la diferencia en competencias numéricas entre aquellos cuyos padres tienen estudios básicos y aquellos con al menos un padre universitario es del 6%. Para los españoles con Educación obligatoria o inferior, la diferencia que entraña pertenecer a una familia con distinto origen social es de hasta un 14%.

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