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“El Mindfulness necesita la formación del profesorado”


Marián de la Morena, profesora y directora del curso de Experto en Mindfulness de la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

Alaia RotaecheMartes, 9 de junio de 2015
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Marián de la Morena es doctora en Ciencias de la Educación y graduada en MBSR –Mindfulness Based Stress Reduction– por la Universidad de Massachusetts. Se ha formado también en Educación Transpersonal y ha cursado estudios de Programación Neurolingüística y Comunicación No Violenta. Ahora es también directora del curso de Experto en Mindfulness en contextos educativos que ha desarrollado la Facultad de Ciencias Sociales y de la Educación de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. El curso se centra en la aplicación del Mindfulness, una técnica cada vez más en boga que busca la atención plena y la consciencia, a la Educación para la formación del docente, y que así haya más profesores especialistas que a su vez puedan formar a los alumnos en este campo.

¿En qué consisten las técnicas de Mindfulness aplicadas a la Educación?
Las técnicas de Mindfulness, que en español se traduce por atención plena o consciente, tienen en Educación un efecto muy útil para gestionar o fomentar la atención. Se pueden realizar muchos ejercicios y depende de la edad de los alumnos, es decir, de la etapa educativa en la que lo estemos aplicando.

¿En qué está basado principalmente?
Una de las principales vías de entrada es la respiración; aprender a respirar bien es fundamental, pero no es lo único. También hay ejercicios en un nivel más avanzado por ejemplo para los pensamientos. Se les enseña así a los niños a identificar pensamientos, y es muy sencillo, con que ellos determinen: “He tenido un pensamiento”, ya es suficiente. Así, poco a poco, según se va aumentando el nivel, se puede trabajar con más detalle.

¿Mejora también el comportamiento en el aula?
Efectivamente. Todos los resultados de los estudios que se han llevado a cabo, muy numerosos aunque la mayor parte de ellos se han hecho fuera de España, señalan que mejora el clima en el aula, además de que los resultados de los alumnos también mejoran. No se busca como primer objetivo una mejora del rendimiento académico pero es una constatación al realizar estos estudios.

¿Qué resultados ha dado hasta ahora en los alumnos?
Muy buenos. Una de las iniciativas que contemplamos en el curso es la metodología de “aulas felices”, que ha sido creada por los profesores Ricardo Arguisi y Silvia Hernández, y en su página web tienen experiencias que se han llevado a cabo en distintos colegios españoles con esta metodología y dan resultados excelentes.

En cuanto al profesorado, ¿cómo se forma al docente en este campo?
Con nuestro curso lo que hemos pretendido es reunir a los profesores de más prestigio y que tienen una trayectoria dilatada en este campo. Está basado en una visión del MBSR –Mindfulness Based Stress Reduction– de la Universidad de Massachusetts junto con iniciativas como las que he mencionado antes, con expertos como Olivia Recondo, Carola García, formada en esta universidad, o Fernando Tobías. El objetivo ha sido reunir a los especialistas de más prestigio para formar a los profesores en este campo.

¿Se toma entonces como referente en Mindfulness a la Universidad de Massachusetts?
Sí, es la pionera porque es la que empezó a recoger todas las evidencias científicas del método. Es importante porque se trata de una técnica oriental, basada en tradiciones orientales, y lo que hace esta universidad es “traducirlo” a nuestra manera de pensar occidental, científica: la recogida de datos, los métodos… y llevan haciendo esta labor, recogiendo datos, elaborando estudios… desde el año 1979.

¿Se puede decir en cierto modo que Estados Unidos está a la cabeza, no en Mindfulness, pero sí en su aplicación a contextos educativos?
Sí, Estados Unidos es en general el país pionero en este ámbito, porque también el pasado febrero se aprobó la Ley SEL –Socio Emotional Learning Act–, cuyo promotor es el congresista demócrata Tim Ryan. Ryan cuenta en su libro A Mindful nation que a raíz de conocer esta técnica y ver sus beneficios tomó la iniciativa de proponer esta ley, y ya ha sido aprobada gracias a él. Por tanto, yo creo que esto no ha hecho más que empezar, pero es necesario fomentar ese doble nivel de formación: es imprescindible que primero se formen los profesores. Y una vez que los profesores tienen incorporada esa herramienta, es el momento de trasladarlo a los alumnos, porque es un modelo que se traslada por el ejemplo y la experiencia. No son contenidos tradicionales. Con nuestro curso, hacemos un abordaje también intelectual, pero la mayor parte de la formación es vivencial y muy basada en la experiencia.

¿En España hay bastante acogida o aún es algo desconocido?
Hay bastante acogida pero es una idea que ahora está empezando a calar. Como ejemplos de acogida en España está la metodología que mencioné de ‘aulas felices’ y también el Programa Treva, que está incluido dentro del curso, y este programa está ya introducido en algunos colegios, aunque no en la Comunidad de Madrid. Sin embargo sí hay centros que lo tienen implementado, por ejemplo en Cataluña y País Vasco.

¿Está más implantado en la escuela privada?
No necesariamente, por ejemplo la iniciativa de “aulas felices” y el Programa Treva se está implementando, sobre todo, en centros concertados.

¿Crees que en España haría falta un impulso por parte de las instituciones educativas para fomentarlo?
Creo que sí, que estamos en un momento muy interesante y que las autoridades educativas deberían hacerse eco de lo que está sucediendo en Estados Unidos e incorporarlo en España, con sus particularidades y con lo que la realidad de España demande. No tenemos por qué imitar todo lo que allí se hace, pero sí podemos tomarlo como modelo.

¿Y se puede aplicar a cualquier edad?
Sí, de hecho puedes empezar ya de adulto, pero claro, como en todos los ámbitos los niños son muy receptivos y los resultados en ellos son fabulosos. Creo que por eso se está produciendo esta revolución: desde una ley hasta los medios de comunicación. Incluso la revista estadounidense Time dedicó una portada en febrero de 2014 a la revolución Mindful –A Mindful revolution–, refiriéndose al auge que experimenta.

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