“La implantación de la Lomce ha dificultado el inicio del curso”

“Una ley de Educación cada cuatro años perturba el sistema educativo, desalienta y desconcierta al profesorado y perjudica a los alumnos”. Y es que en palabras de Pedro Ruiz Moya, presidente de la Asociación de Directores de Secundaria (Adiescan), “una ley de Educación debe permanecer implantada muchos más de cuatro años para poder extraer las conclusiones pedagógicas y educativas más interesantes y adoptar medidas correctoras correspondientes para mejorarla”.

¿Tan difícil es llegar a un consenso sobre una ley educativa estable?

No, si todos cediésemos un poco de lo que cada uno defendemos; porque educar a un niño, formar a un joven, desarrollar las capacidades intelectuales y morales de una persona, hacer ciudadanos responsables… tiene tanta trascendencia para el conjunto y el futuro de la sociedad que necesariamente obliga al diálogo, a la generosidad y al acuerdo de todos los actores políticos, sociales y educativos implicados en esta responsabilidad. La Educación es el futuro de un país y, por tanto, un tema de Estado, como lo son la sanidad y la justicia. Y esto obliga al consenso.

¿Cómo valoraría el comienzo del curso escolar?

En Cantabria se ha juntado la implantación de la Lomce con el cambio de gobierno, lo que refleja la dificultad advertida para el comienzo del actual curso. Por un lado, la implantación precipitada de la Lomce ha hecho que los nuevos conceptos curriculares de las programaciones se tuvieran que planificar en septiembre. Lo lógico es cerrar programaciones antes de empezar el curso, pero no ha habido tiempo material. Y, por otro lado, hay aspectos de la Lomce que planificó de una manera el anterior gobierno regional y el nuevo ha dado ligeros retoques, por lo que hemos tenido que adaptarnos. También hemos tenido que hacer un gran esfuerzo con respecto a los libros de texto, tanto por el cambio de que se ha establecido como por el déficit que se ha creado en el banco de libros y que intentamos paliar con ayudas diversas. Sin embargo, hay que destacar que este año ha funcionado muy bien el cupo de interinos, llegando a los centros con prontitud.

¿Cuáles son los retos para este curso?

Sobre el Programa para la Mejora del Aprendizaje y el Rendimiento (Pemar) hemos dicho que no nos gusta y, por lo tanto, hay que trabajar con la Consejería para hacer un diseño más parecido a los Programas de Diversificación Curricular que contemplaba la LOE y que con tanto éxito veníamos desarrollando en cursos anteriores. Por otro lado, hay muchos profesores implicados en proyectos de innovación en los centros educativos. La compensación a esta dedicación son horas complementarias (guardias, bibliotecas, recreos, etc.) lo que dificulta la planificación organizativa para realizar las sustituciones del profesorado en estas tareas. De ahí que sería más razonable compensar todos estos trabajos con alguna hora lectiva, en vez de complementarias. Otra cosa importante que pensamos los directores es que debería darse una cierta autonomía a los centros para intervenir en la continuidad de los profesores interinos. Muchos de estos profesores intervienen en planes o proyectos que duran varios años y si solo están un año en el centro, al siguiente, el proyecto se puede interrumpir. Es una razón de eficacia y funcionalidad educativa. Hay que llegar a un acuerdo con la Consejería para conciliar los intereses de los sindicatos y los centros. Además, hay que volver a la normalidad en cuanto a la relación en la ratio de alumnos por grupo y en las sustituciones inmediatas del profesorado y del PAS. Carece de sentido hablar de la mejora de la Educación cuando a un profesor se le sustituye al cabo de 15 o 20 días. Los directores pensamos que hay que cambiar el procedimiento de sustitución para conseguir que, si un profesor se pone enfermo, sea inmediatamente sustituido vía telemática. Se habla mucho de la calidad, pero ¿qué es la calidad educativa y cómo se consigue? El concepto de calidad educativa es desigual según quien lo defina. Para mí, por ejemplo, no hay calidad sin equidad. La calidad en la Educación debe medirse por el éxito generalizado de los alumnos. Y, para ello, hay que poner a disposición de los centros todos los recursos que faciliten las medidas educativas de compensación de desigualdades, recuperación, consolidación y ampliación de conocimientos y valores. Asimismo, la calidad educativa también está ligada a una adecuada selección de los equipos directivos y del profesorado, favoreciendo una buena formación previa y permanente tanto directiva como docente.