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La OCDE recopila 450 políticas desde 2008, de las que solo se han evaluado el 10%

La OCDE ha recopilado un total de 450 políticas educativas en los 34 países pertenecientes a esta organización entre los años 2008 y 2014, lo que revela una enorme inflación de reformas en estos años de crisis económica.
Diego FranceschMartes, 6 de octubre de 2015
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De hecho, el informe titulado Política educativa en perspectiva 2015. Hacer posibles las reformas señala que los países ya van entendiendo que la política educativa es la más eficaz herramienta de progreso. Pero el informe también señala que de todas esas reformas, solo el 10% han sido o prevén ser evaluadas.

El informe también es una interesante recopilación de factores de éxito de la implantación de las reformas, con ejemplos concretos como los de Canadá, Portugal o Austria.

De ocho a diez años
Según Beatriz Pont, coautora del estudio junto a Diana Toledo, “se tarda de ocho a diez años en ver los efectos de una reforma”, por lo que desde que se diseñan hasta que se implantan y evalúan, hay que tener en cuenta ese factor. Otro de los elementos que se deben considerar en una reforma es el contexto. Según Pont, las políticas “no son trasladables de un país a otro”. Además, debe haber coherencia y no contradicción entre su diseño y su implantación. Por último, es importante que las reformas tengan financiación, se realicen por consenso y haya participación de los actores implicados, especialmente los profesores.

Porque otro de los elementos que se descubre en este informe es que las reformas muchas veces no llegan a las aulas, debido a que se diseñan e implantan sin contar con los centros o con los profesores.

Por ello, otro de los factores del éxito de las reformas es que estén centradas en los alumnos y en las escuelas, lo que puede parecer una obviedad, pero no siempre sucede. También hay que tener en cuenta la formación de los profesores, que debe ir pareja a la reforma en cuestión, para que realmente se de un cambio en las prácticas docentes. “La tendencia de las políticas educativas es que no lleguen a la clase”, señala Pont, o que la formación del profesorado sea “superficial o insuficiente”. Pont también señala que tal inflación de políticas educativas conduzca al fenómeno conocido como “fatiga reformista” que ya se ha acuñado para designar el hastío de la comunidad educativa en torno a este creciente fenómeno del reformismo educativo.

Palanca contra la crisis
Por su parte, Diana Toledo, señala que aunque efectivamente hay excesivas políticas educativas, no siempre bien aplicadas, estas son “una de las grandes líneas de los gobiernos en el contexto de la crisis económica y de la escasez de recursos”. Estas políticas influyen en la calidad educativa de 150 millones de estudiantes, por lo que es importante que sean efectivas y acertadas y realmente contribuyan a la mejora de la calidad.

El principal factor de éxito de estas reformas es, para Diana Toledo, “que lleguen a las aulas, es decir, que tengan impacto en la enseñanza y el aprendizaje”.

En cuanto a lo cuantitativo, el informe revela que el 29% están enfocadas a la transición educativa o a la inserción en el mercado laboral. La segunda de las políticas más numerosa es la que centra su prioridad en las escuelas y la tercera, la que busca la equidad y la calidad, sobre todo en la Formación Profesional y en la Educación Superior. Por último, el informe señala que en todas ellas el profesorado se ve como clave.

En este ámbito del profesorado, Diana Toledo aludió a los casos de las reformas docentes en Australia y los Países Bajos, como ejemplos de remodelación de la carrera docente, en el sentido de atraer a los mejores candidatos y de prever formación a lo largo de toda la vida profesional.

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