fbpx

Álvaro Marchesi: Los alumnos deben conocer tanto los principios democráticos como las expresiones religiosas

Viernes, 24 de junio de 2016
0

Un pacto educativo entre los diferentes partidos políticos –de todos menos el PP ya los sumó la Logse, justo lo contrario de lo que sucedió con la Lomce– supone un esfuerzo para llegar a acuerdos donde hay serias discrepancias. Este pacto no debería ser el fin de las ideologías ni la paralización de la innovación y del cambio, sino un acuerdo sobre elementos básicos del sistema educativo que le diera estabilidad durante un cierto tiempo y contribuyera a mejorar su calidad y su equidad. Podría tener una duración de seis años para que abarcara al menos dos legislaturas y se revisaría a su término.

¿Qué temas deberían incluirse en este acuerdo? La financiación; la estructura de las etapas educativas; el modelo de evaluación; los principios orientadores de la formación de los docentes, de su acceso a la función pública y de su desarrollo profesional; los ejes básicos del currículo común y de su descentralización; los compromisos para garantizar la equidad; la organización de la Educación cívica y la posibilidad de elegir la formación religiosa.

Comentaré brevemente dos de estos temas. El primero, la financiación. El acuerdo podría situarse en un incremento presupuestario anual del 0,15% del PIB en los próximos seis años, lo que permitiría aproximarnos a la media europea tan deseada y de la que nos hemos ido alejando en estos últimos cuatro años.

Habría que establecer las prioridades en la distribución de este incremento. Las más importantes para mejorar la calidad y la equidad serían ampliar la oferta en los primeros años de la Educación Infantil y mejorar sus condiciones, pues es urgente reducir el número de niños en todas las aulas o incorporar un nuevo maestro en la mayoría de ellas; incrementar los apoyos necesarios para evitar que los alumnos se retrasen en la Educación básica; aumentar la oferta de FP; y financiar el desarrollo profesional de los docentes.

El segundo tema se refiere a la Educación cívica y religiosa. Un tema complicado y en el que las posiciones han estado históricamente enfrentadas. Mi propuesta para el acuerdo se articularía en torno a la Educación emocional, a la Educación cívica y a la formación religiosa.

Habría un tiempo semanal para la Educación social y emocional de los alumnos, que sería una forma regulada de cuidar esta dimensión educativa –que debe de ser también una tarea del conjunto de la comunidad educativa– para garantizar la convivencia y el bienestar de todos los alumnos. Este tiempo podría coincidir con la tradicional hora de tutoría.

Se establecería además un tiempo semanal en algunos cursos de Primaria y en otros de Secundaria para la formación cívica y religiosa, es decir, para que los alumnos conocieran los derechos y deberes democráticos, pero también las expresiones religiosas desde un enfoque no confesional; sus profesores procederían de los propios centros. Finalmente, se ofrecería en los centros públicos una opción voluntaria al término del tiempo lectivo para la formación religiosa confesional. Los centros concertados podrían incluirla en el tiempo lectivo y ampliar en consecuencia su horario escolar.

Álvaro Marchesi
Ex secretario general de Educación

0