Industria 4.0

Innovar o morir. La industria española y la europea están en el alambre y de ella depende la sostenibilidad de su economía. No puede competir con Asia en coste de mano de obra. No puede competir con precios, sostienen los expertos que hablan en estas páginas. La salvación es digital.

Paloma Díaz SoteroMartes, 19 de julio de 2016

Se trata de coger a tiempo el tren de la industria inteligente, de incorporar la innovación tecnológica a los procesos de producción y a los modelos de negocio, según Begoña Cristeto, secretaria de Estado de Industria y Pymes. Sólo una industria puntera hará viable el objetivo español de elevar su peso en el PIB hasta el 20%, a la altura de los países competititvos, dijo recientemente Cristeto en las jornadas de Economía Digital de Ametic. Se trata de hibridar el mundo físico con el mundo virtual; de fabricar piezas y prototipos con impresoras 3D; de sensorizar cada mecanismo y cada pieza, y utilizar los millones de datos que proporcionan para mejorar el producto, prevenir fallos, generar la capacidad de autorreparación o autocorrección, conectar con las necesidades de los usuarios… Las máquinas que dan un servicio inteligente tienen detrás una fabricación inteligente, y detrás, a profesionales con una formación a la altura. “La cuarta revolución industrial no será posible sin un sistema de formación que la acompañe. No habrá industria 4.0 sin una formación 4.0”, incide Mercè Chacón, directora de Dual+, el ambicioso proyecto de Bankia para formar a los profesionales que la sociedad necesita. “En 2025 todos los coches podrán circular solos y los aviones podrán detectar una grieta y repararla sobre la marcha… Todo eso tiene que hacerlo alguien. Es la gente de FP la que tiene que hacerlo”, asegura Jorge Arévalo, viceconsejero de FP del Gobierno vasco, convencido de que sólo es “capaz de ponerse por delante” quien sepa “atender la necesidad de profesionales”. “Si no cambias tu sistema educativo, no cambia todo lo demás”, remarca. “La industria 4.0”, añade Chacón, “precisa una FP de última generación en la que centro y empresa colaboran estrechamente e integran metodologías de aprendizaje y competenciales”. “Innovación no es sólo tecnología; es tener la gente que sepa innovar con la tecnología”, subraya Arévalo, para quien “la FP es el primer escalón de la innovación aplicada”.

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