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“No hay que limitarse al dominio de la inteligencia lingüística y matemática”

Según Pradas, “concentrarse en determinadas inteligencias minimiza la importancia de otras formas de conocimiento”.
Adrián ArcosMiércoles, 13 de julio de 2016
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Hoy la Educación apuesta por modelos pedagógicos sostenibles de innovación basados en la neurociencia, las inteligencias múltiples y el aprendizaje cooperativo a través de la tecnología. Así lo intentó demostrar Silvia Pradas, doctora en Ciencias de la Educación y coordinadora del Máster de Neuropsicología y Educación de la UNIR, durante su conferencia Programas de inteligencias múltiples desde la base neurológica: metodología, experiencias, prácticas y recursos.

Según Pradas, “todas las personas poseemos en diversos grados las ocho inteligencias: lingüística, matemática, corporal, naturalista, musical, visoespacial, interpersonal e intrapersonal, y las combinamos y utilizamos de manera profundamente personal”. Y advierte de que “cuando los programas de enseñanza se limitan a concentrarse en el predominio de las inteligencias lingüística y matemática, se minimiza la importancia de otras formas de conocimiento”.

Las actividades para desarrollar la inteligencia lingüística son concursos de palabras, juegos con el lenguaje y aumento de vocabulario en Educación Infantil; debates, teatros y narraciones en Primaria; y asambleas, brainstorming y solución creativa de ideas en Secundaria.

La inteligencia lógico-matemática hace posible cálculos, cuantificar, considerar proposicones, establecer y comprobar hipótesis y llevar a cabo operaciones matemáticas complejas. Las habilidades propias de esta inteligencia son enumerar, hacer series, deducir, medir, comparar, sacar conclusiones y verificar.

La inteligencia espacial es la habilidad con las imágenes, sean estas de la propia mente o del mundo exterior. A los niños con este tipo de inteligencia les encanta pensar con imágenes, diseñar, realizar obras de teatro, jugar al ajedrez, películas, hacer obras artísticas o visitar museos.

La inteligencia musical es la capacidad para percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales. Los niños son sensibles a la dinámica, al compás y a las pautas rítmicas.

La inteligencia corporal-cinestésica es la habilidad para utilizar el propio cuerpo para expresar una emoción. Los niños con manifiestan control corporal, sensibilidad al ritmo, expresividad, generación de ideas de movimiento y sensibilidad musical.

La inteligencia naturalista es la sensibilidad y la comprensión del mundo natural. Los niños identifican semejanzas y diferencias, muestran interés por la naturaleza y los fenómenos científicos y formulan hipótesis.

Por último, la inteligencia intrapersonal hace referencia a la capacidad para acceder a los sentimientos propios y discernir las emociones íntimas. Y la interpersonal es la capacidad de percibir y comprender a otras personas. Las características de los niños son la independencia, el pensamiento íntimo, la meditación, necesidad de espacio personal y conciencia de emociones.

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