Un necesario cambio de paradigma para los alumnos con altas capacidades
¿Cómo detectar las altas capacidades? ¿Cómo elaborar programas para alumnos con altas capacidades? Son preguntas que pueden hacerse los docentes y que trató de responder Pilar Martín Lobo, doctora en Psicología y directora del Máster de Neuropsicología de la UNIR. Para ella, “es importante elaborar una intervención fundamentada, estructurada y planificada, en la que se valoren mucho las actividades y los recursos concretos”. Además, “en el caso de los alumnos con altas capacidades, es necesario un cambio de paradigma multidisciplinar y neuropsicológico para profundizar en el funcionamiento de su mente”.
Según Martín Lobo, “los resultados muestran diferencias significativas entre los estudiantes con dificultades de aprendizaje y los que no tienen, y de aquellos con altas capacidades con ambos grupos en los aspectos neuropsicológicos estudiados de funcionalidad visual, auditiva, motriz, espacio-temporal, de lenguaje y de memoria”.
Martín Lobo explicó que los niños con altas capacidades tienen un nivel de inteligencia muy por encima de lo normal (un CI de 130 o más) asociado a una mayor maduración del procesamiento de la información. Además, presentan un desarrollo superior de los procesos metacognitivos, mayor capacidad en la resolución de problemas, aumento de la creatividad y motivación intrínseca hacia el aprendizaje.
Estudios comparativos entre niños con altas capacidades y niños normales muestran superioridad en las funciones ejecutivas; en la velocidad de procesamiento; en el desarrollo de habilidades sensoriales, motores, neuropsicológicas y de lenguaje; y en las capacidades atencionales.
Menor consumo de energía
Los cerebros de los niños con altas capacidades tienen una mayor eficacia, y también consumen menos energía. Asimismo, muestran actividad cerebral más específica y simultánea, una mayor eficiencia relacionada con una mayor mielinización neuronal. Además, se da una conectividad mayor en zonas del cuerpo calloso; mayor transferencia de información entre un hemisferio y otro; y superioridad en el razonamiento fluido, la memoria de trabajo visuoespacial y las capacidades creativas de estos niños.
En registros electroencefalográficos se ha encontrado que los alumnos con altas capacidades activan más el hemisferio derecho en tareas mentales visuales y muestran una red neuronal más coordinada espacial y temporalmente. Pilar Martín Lobo advierte de que “es necesario conocer cómo se va desarrollando su alto potencial desde el sustrato neurobiológico, que aporte nuevos enfoques para diagnósticos e intervenciones de su desarrollo, no solo de inteligencia, también de todo su potencial, de creatividad y actitudinales para proporcionar la respuesta educativa a sus necesidades”.