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Mitos...

“La Educación despierta una enorme atención en la opinión pública, lo que ha propiciado la aparición de mitos sobre el sistema educativo que muchas personas aceptan sin mayor cuestionamiento”. Este es el punto de partida de un estudio publicado por la Fundación Faes y elaborado por Ismael Sanz y Luis Pires, altos cargos de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Diego FranceschMartes, 13 de septiembre de 2016
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“En los últimos años han surgido numerosos análisis sobre los sistemas educativos en todo el mundo que permiten contrastar esos mitos”, añade el estudio. Entre esos análisis, “los más importantes provienen de las evaluaciones internacionales que permiten realizar comparaciones entre los sistemas educativos de numerosos países de todo el mundo”, dice el texto de Faes.

Estas evaluaciones –entre las que destaca PISA– son “mucho más que un examen que evalúa a los alumnos, ya que combinan esos resultados con numerosos datos estadísticos y con encuestas realizadas a los propios alumnos, sus familias, los profesores y los directores de los centros”. Dice Faes que “la combinación de todos estos datos permite realizar análisis muy reveladores sobre los sistemas educativos”.

A partir de estas evaluaciones, Faes analiza los “numerosos mitos” que siguen existiendo sobre la Educación en España.

1. España tiene malos resultados en PISA (y en otras evaluaciones internacionales)

PISA es un informe muy completo que no se puede resumir en un solo resultado, como si fuera una nota de 0 a 10 en un examen. Por ello, “afirmar que los resultados numéricos de España son muy malos merece una matización”, dice el informe de Faes con respecto al Mito 1.

España obtuvo en PISA 2012 488 puntos en lectura, frente a una media de la OCDE de 496 (la media 500 es para la primera edición de PISA 2000), 484 en matemáticas con media OCDE de 494, y 496 en ciencias con media OCDE de 501, por lo que parece que los resultados son mediocres.

En competencia lectora, los resultados de España no son significativamente diferentes de países como Luxemburgo, Portugal, Israel y Suecia, por debajo de la media española, pero también de Islandia, Estados Unidos, Dinamarca, República Checa, Italia, Austria, promedio de la Unión Europea y Hungría, por encima de la media española.

Por tanto, aunque hay varios países de la Unión Europea con resultados ligeramente mejores que los españoles (Reino Unido, Francia, Alemania o Países Bajos, por ejemplo), y alguno con resultados muy superiores (Irlanda o Finlandia), los resultados de España “no son especialmente negativos y están en la media de la Unión Europea”, dice Faes. En las otras dos competencias ocurre lo mismo, con un resultado ligeramente peor en Matemáticas y ligeramente mejor en Ciencias.

2. Para mejorar el sistema educativo hay que gastar más en Educación

El bajo gasto en Educación es una de las principales quejas en nuestro país. Sin embargo, una de las principales conclusiones de los informes PISA, apoyándose en numerosos estudios científicos, es que el éxito de un sistema educativo ya no es el resultado de cuánto dinero se gasta sino en qué se gasta. Varios datos sustentan esa idea. Corea del Sur, por ejemplo, es uno de los países con mejores resultados de la OCDE, pero su gasto en Educación es bastante inferior al promedio de los países de esta organización. Eslovaquia gasta cerca de 53.000 dólares por estudiante entre los 6 y 15 años, pero tiene resultados similares a Estados Unidos, donde el gasto por estudiante es de 115.000 dólares.

La propia OCDE calcula que a partir de 50.000 dólares de gasto por estudiante acumulado entre 2003 y 2012, el incremento del gasto no produce un incremento del rendimiento. España, con más de 80.000 dólares de gasto, supera ampliamente esa barrera.

3. Para mejorar el sistema educativo hay que reducir el número de alumnos por clase

Este mito está relacionado con el anterior, ya que, durante la última década, la reducción de alumnos por grupo ha sido una de las principales causas del aumento en el gasto por estudiante en muchos países, incluido España. Cuando los grupos son muy grandes, reducirlos mejora el rendimiento educativo, pero hasta un determinado punto, a partir del cual el coste de seguir reduciendo el tamaño del grupo supera ampliamente los beneficios obtenidos. Por ello, ese gasto empleado en reducir grupos estaría mucho mejor empleado en otras políticas educativas con mayor impacto.

4. Los estudiantes de hogares más pobres, con menos talento, o inmigrantes, reducen el rendimiento de sus clases

Los alumnos en desventaja socioeconómica pueden lograr muy buenos resultados. PISA muestra que el 10% de los estudiantes de 15 años de las familias más pobres de Shanghái (China) tienen mejores resultados en matemáticas que el 10% más privilegiado de la misma edad en Estados Unidos y varios países europeos.

Sin embargo, las encuestas realizadas a alumnos, padres y profesores, muestran que la mayoría de los profesores suelen esperar menos de los estudiantes de hogares con mayor desventaja socioeconómica, y que muchas veces son los propios estudiantes y sus padres los que tienen bajas expectativas.

“Es necesario, por tanto, romper con estas expectativas, ya que es poco probable que un sistema educativo logre alcanzar a los países con mejores resultados mientras no acepte que todos los jóvenes pueden rendir a niveles muy altos”, dice Faes.

Este aspecto también es válido para referirse a los alumnos inmigrantes. El informe Faes dice que “más importante que de dónde vienen los estudiantes es el colegio a donde van”.

5. Hay que elegir entre equidad y excelencia

Las comparaciones internacionales muestran que la equidad no es incompatible con la mejora de la excelencia y la calidad. Es más, los mejores sistemas educativos suelen combinar ambos factores.

La equidad consiste en que los sistemas educativos ofrezcan oportunidades educativas de gran calidad para todos sus estudiantes, independientemente del contexto del que provengan. Los estudiantes que provienen de familias en condiciones socioeconómicas más favorecidas o desfavorecidas deberían alcanzar el éxito escolar de manera igual. No obstante, esta situación no se da en la realidad: de media, en los países de la OCDE, los estudiantes más desfavorecidos tienen el doble de probabilidad de encontrarse entre los estudiantes con peor desempeño en lectura en comparación con los estudiantes más favorecidos.

Sin embargo, existen notables diferencias entre países, lo que demuestra que el contexto social no es determinante, y que las políticas educativas pueden mejorar la equidad. Además, la búsqueda de la equidad no está reñida con una mejora de la eficiencia global del país en los resultados de sus alumnos, ni tampoco con la excelencia educativa.

España tiene un sistema educativo con una equidad media, ya que la diferencia en de-sempeño entre los estudiantes más favorecidos y desfavorecidos en PISA 2009 es de 82 puntos, cuando la media de la OCDE es de 88. Hay países más equitativos, con una diferencia menor de 70 puntos, tanto con resultados de desempeño muy altos, como también con resultados globales peores. También hay muchos países con un sistema educativo muy poco equitativo, con diferencias que superan los 100 puntos.

Según Faes, entre 2000 y 2009, “España ha empeorado tanto en equidad como en desempeño global, lo que indica que sus políticas educativas en ese periodo no han sido acertadas”.

6. En España se hacen muchas reformas escolares cada poco tiempo, por lo que no tienen tiempo de desarrollarse

Este es uno de los mitos más extendidos en España, y es bastante erróneo. Aunque en teoría ha habido siete leyes educativas en las últimas décadas, en realidad solo han existido dos reformas profundas. La primera fue la Ley General de Educación de 1970 y la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo de 1991 (Logse). “El resto de modificaciones legislativas son pequeños cambios que afectan a algún elemento específico del sistema educativo”, dice el informe.

La LOE, en 2006, aunque introdujo algún cambio, sirvió para unificar en una sola ley los diferentes cambios legislativos que se habían introducido en años anteriores. Otras dos leyes no llegaron a entrar en vigor, al ser inmediatamente derogadas cuando el PSOE llegó al poder en 1982 (la Loece, de 1980) y en 2004 (la LOCE, de 2003). La Lomce (2013) es una modificación de la LOE.

 

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