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“Los cambios de valores y la pérdida de autoridad agravan el acoso escolar”

Iñaqui Piñuel y Óscar Cortijo son los coautores del libro Cómo prevenir el acoso escolar. Estos dos expertos en acoso escolar alertan de que “los cambios en los valores y la pérdida de autoridad de los docentes han provocado que el problema se haya ido agravando con el paso del tiempo” y proponen protocolos de actuación.
RedacciónMartes, 11 de octubre de 2016
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Cómo prevenir el acoso escolar. La implantación de protocolos antibullying en los centros escolares: una visión práctica y aplicada, publicado por CEU Ediciones, es el primer manual español dirigido a los centros escolares para que cualquiera de ellos pueda desarrollar un protocolo de actuación efectivo, proactivo y de prevención que evite el riesgo de que los alumnos sufran bullying. En sus cerca de 200 páginas, este libro plantea cuestiones como la forma de identificar el acoso escolar a tiempo, datos del riesgo real de acoso escolar o la implantación de iniciativas de prevención.

En ocasiones se escucha decir que el acoso escolar ha existido siempre.
Efectivamente el acoso ha existido siempre. La impunidad y la banalización de la violencia en las aulas, unida a los cambios en los valores y la pérdida de autoridad de los maestros ha provocado que el problema se haya ido agravando con el paso del tiempo. No intervenir de forma proactiva y de manera temprana provoca una tolerancia y normalidad de la violencia que es inadmisible.

¿Existen ahora más casos o es que ahora los conocemos?
Desgraciadamente hay pocos estudios para poder comparar la evolución de la violencia escolar. El Informe Cisneros (2005) ya reflejaba el incremento de casos de acoso en los centros escolares. En estos momentos estamos trabajando en la creación de un observatorio internacional sobre la violencia para poder compartir y analizar estos datos y así poder actuar de forma más precisa. Lo importante es que teniendo tecnología y sabiendo cómo implantar planes de prevención, no es de recibo que la mayoría de centros escolares miren hacia otro lado y no implanten medidas que aminoren o extingan este tipo de comportamientos indignos.

¿Ha evolucionado la percepción de la opinión pública sobre este problema?
Banalizar el acoso en los centros escolares desgraciadamente genera la no intervención y la permisividad. Las consecuencias y secuelas en las víctimas (que han acabado en suicidios muchas veces), el bajo rendimiento de todos los alumnos que pertenecen a un grupo donde se da este tipo de violencia y permitir la escalada de niños violentos que posteriormente van a ser adultos que van a repetir patrones de conducta tanto en el hogar como en el trabajo (mobbing), ha hecho despertar la percepción de la opinión pública. Nosotros venimos denunciando esta violencia en las aulas y la necesidad de implantar planes integrales de prevención e intervención desde hace ya años.

¿Cómo valoran la información que los medios de comunicación ofrecen sobre el acoso escolar? ¿Cómo podrían contribuir a una mayor sensibilización social y de la comunidad educativa?
El hecho de que los medios de comunicación no miren a otro lado y ofrezcan datos rigurosos sobre el acoso es positivo para su erradicación. Es importante tratar este tema con rigor y con un aval científico en su intervención. Abordar este tema con opiniones o hablar de planes no contrastados empíricamente o solo poner ejemplos de otros países con culturas distintas fomenta confusión entre los ciudadanos.

¿Ha contribuido la tecnología (móviles, internet, redes sociales) a un incremento de estas conductas?
El mal uso de la tecnología amplifica el problema. Pero, como es lógico, no es la tecnología en sí misma la causa. Trabajar en el aula con los alumnos el uso racional y por supuesto implantar mecanismos para no utilizar las redes sociales para reiterar y prolongar el acoso es una de las medidas que debe contemplar un plan de prevención del acoso escolar.

¿Podrían contribuir también a su disminución?
Centrarnos en el buen uso es la clave. Hay aplicaciones que se están poniendo ya en funcionamiento para prevenir el acoso, pero son una herramienta más. Reitero que el trabajo debe centrarse en los alumnos como protagonistas, formar a los profesores y personal de apoyo y, por supuesto, implicar en el plan a los padres.

Este libro ofrece a los centros escolares una guía completa sobre el acoso escolar. ¿Cómo reciben los centros escolares este tipo de propuestas?
Los centros están recibiendo la guía muy positivamente por su carácter práctico y de ayuda, permitiendo implantar planes ya contrastados y replicables en sus centros. Una vez que se ha roto la barrera de “mirar hacia otro lado”, “en mi centro no ocurre nada” y desde los puestos de responsabilidad se da un paso con valentía, ya vamos por el buen camino. Empezar a medir posibles casos de acoso mediante tecnología contrastada para detectar y monitorizar las aulas, formar a los profesores e implantar los protocolos estandarizados que nos indican qué hacer en cada caso da tranquilidad y certidumbre generando un ambiente muy adecuado. Los padres reciben muy positivamente que en los centros a los que confían la Educación de sus hijos se implanten planes para prevenir e intervenir el acoso escolar.

¿Cuál debe ser la implicación del profesorado?
La implicación de toda la comunidad escolar es clave, y la del profesorado, fundamental. El profesorado debe estar muy bien formado para implantar los protocolos de buen trato en sus clases, deben conocer el protocolo de prevención e intervención implantado que les permite tener una guía muy clara de los pasos que deben dar. Los profesores, tutores, orientadores agradecen que se les den herramientas para poder actuar ya que muchas veces carecen de esta ayuda y apoyo institucional.

¿Y de los padres?
Los padres están implicados desde el principio en la implantación del plan. Además de ofrecerles pautas para detectar en casa posibles situaciones de acoso deben conocer el protocolo y adherirse al mismo, ya que el régimen sancionador y disciplinario está vinculado al mismo. Si falla la prevención, las conductas de acoso no pueden quedar impunes y hay que tomar medidas. Lo positivo es que estamos todavía en edades donde podemos trabajar en internalizar la norma moral y reconducir la situación. Ese es el objetivo, erradicar estas conductas y formar ciudadanos responsables donde la violencia no tenga cabida.

¿Existe suficiente información y herramientas para que los niños puedan impedir ser víctimas de acoso escolar?
Existen herramientas y tenemos la obligación de implantar estos planes integrales que fomenten una cultura de tolerancia cero a la violencia. El colegio no es un campo de batalla y los adultos tenemos la responsabilidad de no permitir estas conductas impropias de una sociedad libre.

¿Es posible la erradicación de esta práctica?
El acoso escolar es un problema complejo con muchas variables, pero con voluntad política, la implantación de planes integrales contrastados en todos los centros, la implicación de los padres, de los profesores, del personal de apoyo, de toda la comunidad escolar, podemos, si no erradicar, sí conseguir que este problema sea muy residual, deteniendo muy tempranamente estas prácticas. La intervención proactiva y temprana permite frenar las secuelas más graves en las víctimas , y, lo más importante, reconducir a los alumnos para que estas conductas violentas no se asienten en los adultos del mañana.

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