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La escuela que queremos

Martes, 18 de octubre de 2016
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La Educación es fundamental en la explicación de las de­sigualdades sociales, ya sea a través de su reproducción, aumento o disminución. En España, la Educación ha sido determinante en facilitar la movilidad social de amplios sectores de la población. Sin embargo, como ascensor social, la Educación tiene limitaciones y niños y niñas con determinadas características socioeconómicas, culturales, étnicas o de discapacidad, necesitan de políticas educativas definidas desde la equidad.

El informe Necesita mejorar. Por un sistema educativo que no deje a nadie atrás de Save the Children denuncia que el actual sistema educativo no da las mismas oportunidades a todos los niños y acentúa las desigualdades sociales.

Si bien es verdad que el abandono educativo prematuro ha disminuido continuamente desde 2008 (en 10 puntos porcentuales), en gran parte por la destrucción de empleo no cualificado heredado de los años de bonanza de la “burbuja inmobiliaria”, no lo ha hecho de la misma manera según el origen social del alumnado.

España es el país de la UE con mayor tasa de abandono: en 2015, uno de cada cinco alumnos abandonó la escuela tras la ESO, duplicando la media comunitaria. Si hacemos un análisis pormenorizado por regiones vemos enormes diferencias –de hasta 23 puntos– entre comunidades autónomas.

País Vasco (9,4%) y Cantabria (10,3%) son las comunidades con menos abandono frente a Andalucía (27,7%) o Islas Baleares (32,1%) que alcanzan los mayores porcentajes del país. Estos datos no solo tienen impacto en la vida de niños y niñas, sino también en el conjunto del país. Se calcula que el coste del abandono oscila entre el 5,9% y el 10,7% de nuestro PIB. Sin embargo, el fracaso escolar no significa que los niños no sean capaces de aprender, sino que se trata de una cuestión de igualdad de oportunidades que dependen del origen social, de la etnia o de si el niño tiene alguna discapacidad y es fundamentalmente un problema de justicia social.

Según la OCDE entre 2003 y 2012 el impacto del nivel socioeconómico sobre los resultados educativos creció un 24% o, lo que es lo mismo, el abandono y el fracaso escolar inciden más en los niños y niñas más desfavorecidos. Como indica el informe de Save the Children, el 43% de los niños y niñas cuyos ingresos se sitúan en el 20% más pobre, abandona prematuramente sus estudios, una tasa ocho veces mayor que los niños del 20% más rico. Así, los niños varones, de menor renta y en muchos casos de minorías étnicas u origen extranjero constituyen el grueso de aquellos que salen peor parados en sus estudios. En definitiva, el sistema educativo español es ahora más inequitativo que hace unos años y enfrenta serios problemas de justicia y desigualdad social.

Aunque la inequidad en el sistema educativo español no es algo nuevo, en los últimos años dos factores han tenido un gran impacto sobre las tasas de fracaso escolar en los alumnos con las rentas más bajas. En primer lugar, las políticas de austeridad presupuestaria, que han afectado particularmente a las familias en peor situación socioeconómica y que se añaden al déficit que acumula nuestro país en gasto público en Educación. España invierte en Educación menos que la media europea (un 3,7% frente a un 4,6%).

Además, el recorte del gasto público ha sido cuatro veces mayor en España (12%) que la media de los países europeos (3%) y, en consecuencia, el gasto de las familias ha aumentado en casi un 29% desde el año 2008.

En segundo lugar, la aprobación de la Lomce, que a medio y largo plazo puede conllevar un aumento de la segregación educativa, en la rigidez del currículum y evaluación, dificultando la atención a la diversidad.

Con este informe, Save the Children evidencia el vínculo entre el origen socioeconómico y cultural del niño y el éxito escolar y revindica un sistema educativo que trate a cada alumno en función de sus necesidades para que todos tengan las mismas oportunidades y posibilidades de éxito.

Hay que empezar a hablar sobre la escuela que queremos. La sociedad demanda un pacto estable por la Educación que saque a nuestras escuelas de vaivenes de leyes y cambios curriculares. Desde Save the Children nos unimos a esta petición recordando que el fracaso escolar es, ante todo, un problema de equidad. Por ello, es necesario desarrollar estrategias orientadas a una mayor participación de los jóvenes provenientes de los sectores más desfavorecidos, independientemente de su sexo, diferencias culturales, así como a las personas con capacidades diferentes.

No todos los niños y niñas acceden a la escuela en las mismas condiciones, por eso son necesarias políticas de equidad que garanticen el disfrute del derecho en igualdad.

Thomas Ubrich es encargado de Investigación y Análisis Social de Save the Children

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