Eficientes y autosuficientes
El futuro es, o no será, con energías renovables. Esa frase tan manida se topa en España con incomprensibles obstáculos.
El país, pionero antaño, y que hoy pone su conocimiento, experiencia, tecnología, I+D y profesionales altamente cualificados al servicio de estrategias energéticas extranjeras, en casa tiene un mercado parado a la espera de retomar la senda del crecimiento, aunque sólo sea por cumplir los objetivos marcados por Europa para 2020.
Tras un 2015 que ha detenido la caída libre de empleos de los últimos años, la llegada de una nueva legislatura reaviva las expectativas de cambios normativos y estratégicos favorables a las renovables.
En coherencia, el Ciclo Formativo Superior de Energías Renovables, al que tanto futuro se otorgó en su día para los jóvenes, espera paciente su expansión. Sólo 25 centros lo imparten, con muy pocas plazas, altísima demanda y exigentes requisitos. Implantarlo es muy caro. Ponerlo en marcha en modalidad dual se considera la mejor opción, pero para eso las empresas deben albergar expectativas de crecimiento.
Es como si todos (productores, instaladores, empresas de mantenimiento y centros educativos) estuvieran esperando a que se levante la barrera.
Por otro lado, la eficiencia energética, en pleno boom, con la correspondiente necesidad de profesionales cualificados, también encierra sus contradicciones. Si bien un ciclo formativo superior prepara específicamente para hacer auditorías y certificados energéticos, la legislación no permite a los titulados firmarlas; sólo a ingenieros y arquitectos.
Con todo, el sector energético, si bien prudente, permite prever un futuro halagüeño para las titulaciones técnicas.