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La Educación socioemocional logra avances de ocho meses por curso

Los alumnos que participan en programas de competencias sociemocionales mejoran su rendimiento académico, llegan a ganar unos ocho meses en cada curso y reducen las conductas de riesgo, según un informe de la Fundació Bofill y el Instituto Catalán de Evaluación de Políticas Públicas (Ivalua) presentado la semana pasada.
RedacciónMartes, 22 de noviembre de 2016
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El informe revela que a día de hoy, junto a las competencias cognitivas clásicas, relacionadas con áreas como las matemáticas o la lengua, “existe otro conjunto de habilidades de gran relevancia para el de-sarrollo personal y las oportunidades sociales de los niños y jóvenes del siglo XXI”.

Se trata de habilidades que hacen referencia al aprender a aprender, a la motivación, la autonomía, la autorregulación y el pensamiento crítico, que entran en el terreno socioemocional como conciencia personal, autoestima, autoeficacia y resiliencia, empatía y capacidades interpersonales.

Estos programas educativos se basan en la autorregulación y el autoconocimiento y trabajan habilidades como la autonomía, la motivación o las competencias socioemocionales.

La autorregulación consiste en que el alumno vaya construyendo un sistema personal de aprendizaje que él mismo va mejorando progresivamente, de modo que la enseñanza no recaiga únicamente en el profesor.
“El alumno trabaja la autorregulación a partir de la metacognición, que consiste en reflexionar, siendo consciente de los propios conocimientos y habilidades y comprendiendo el proceso de aprendizaje que se está siguiendo”, explica el informe.

El estudio elaborado por ambas entidades revela que para mejorar las competencias socioemocionales y reguladoras de los alumnos en Cataluña “se deberían repensar los métodos tradicionales de aprendizaje” para convertirlos en una “oportunidad de innovación”, a partir de actuaciones como modificaciones curriculares, acciones tutoriales y proyectos llevados a cabo de manera transversal.

El estudio concreta campos de acción como los pequeños grupos de trabajo cooperativo, donde los estudiantes pueden ayudarse mutuamente y explicitar su razonamiento a través de la discusión, la integración de los programas en actividades didácticas y educativas, la personalización y la flexibilidad.

Para llevar a cabo estas actuaciones de manera transversal es necesario “contar con la implicación de todo el profesorado” y establecer una coordinación “fluida y real” entre todas las áreas, mantiene el estudio.

Los programas transversales se pueden trabajar mediante proyectos, ya sean individuales o colectivos, donde los estudiantes aprendan a gestionar y controlar el propio proceso de aprendizaje.

En una actividad de este tipo, el componente motivacional es clave, y éste, a su vez, es esencial para llegar mejorar el autoconocimiento y la autogestión.

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