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Ninguna comunidad detecta a su 2% de alumnos superdotados

Según la Fundación El Mundo del Superdotado, “ninguna comunidad autónoma alcanza el mínimo del 2% establecido como porcentaje de alumnos superdotados que deben estar identificados” y denuncia que la media nacional solo llega al 0,24%, lo que significa que faltan por identificar más de 142.000 estudiantes de este tipo en toda España.
Adrián ArcosMiércoles, 2 de noviembre de 2016
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Con 8 años, Mario podía explicar perfectamente el bosón de Higgs, pero sin embargo suspendía y pasaba las clases castigado. Ahora, con 12 años, después de haber sido identificado como superdotado e iniciar programas especiales con él, al fin es un alumno excelente y, sobre todo, puede sentirse feliz. Esta situación es la que viven muchos alumnos superdotados en nuestro país que, sin embargo, aún no están identificados como tales. Según la Fundación El Mundo del Superdotado, “ninguna comunidad autónoma alcanza el mínimo del 2% establecido como porcentaje de alumnos superdotados que deben estar identificados” y denuncia que la media nacional solo llega al 0,24%.

Según los datos de la fundación recogidos en su Informe 2016 sobre La Educación de los superdotados en España, “faltan por identificar 142.842 alumnos superdotados a nivel nacional que pueden terminar con fracaso escolar y graves problemas de adaptación”. Por comunidades autónomas, las que mejor se sitúan son Murcia, Canarias, Andalucía y Asturias, que registran entre el 0,4 y el 1,09% de alumnos de altas capacidades identificados, aunque muy lejos todavía de ese 2% mínimo de alumnos superdotados”. Por otro lado, las comunidades que peor tasa presentan son Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco, con menos del 0,1% de este tipo de alumnos identificados (ver cuadro de esta página).

En cuanto a la evolución de la identificación por curso –del 2013-14 al 2014-15–, Andalucía es la que mejor resultado obtiene, con cerca de 1.900 nuevos alumnos superdotados en un año, seguida de Murcia con 569. También registran buenos resultados comunidades como Canarias y Madrid. En el lado opuesto se encuentran Cataluña, Aragón o la Comunidad Valenciana, con menos alumnos identificados de un curso a otro (-81, -28 y -19 respectivamente). A nivel estatal se registran más de 3.300 nuevos alumnos superdotados en ese curso, que conforman ese 0,24% del total de alumnos. La fundación advierte de que “a este ritmo anual tardaremos 45 años en identificar y educar, según la Ley de Educación, al 2% de alumnos superdotados”.

Otro de los problemas de los alumnos superdotados en nuestro país es que pueden ser identificados como tales en una comunidad autónoma pero no serlo en otra. De hecho, en su informe, la fundación denuncia la falta de un criterio unificado a nivel estatal para la identificación de alumnos con altas capacidades intelectuales. En el cuadro de la página siguiente, podemos observar la disparidad entre las distinas comunidades autónomas con respecto a la definición de lo que se entiende por superdotación, las pautas para la detección, las medidas que se ponen en marcha o la existencia de programas de enriquecimiento.

De hecho, la fundación pone de manifiesto la mala interpretación que hacen las administraciones autonómicas de la teoría de los tres anillos de Renzulli, por la que “se exige que los alumnos con superdotación presenten alta capacidad intelectual, alta creatividad y alto rendimiento, dejando fuera a miles de estudiantes superdotados porque están desmotivados o no pintan con muchos colores”.

Medir a los 3-4 años
Otro de los errores que suelen cometerse en las legislaciones autónomicas consiste en evaluar la superdotación a partir de los 12-13 años, ya que afirman que la inteligencia no se consolida hasta esa edad. Sin embargo, la fundación indica que “la inteligencia se mantiene estable y se puede medir desde los 3-4 años con pruebas estandarizadas y baremadas en todo el mundo”.

También la fundación pone en evidencia la “ausencia de criterio concreto y de normativa específica, dejando la decisión de evaluar a los estudiantes en manos del tutor, que en su mayoría no tiene formación especializada y suele confundir la superdotación con el alto rendimiento escolar”.

Esta organización exige, por tanto, “fijar un criterio único a nivel nacional para definir a un niño con altas capacidades que no deje fuera a ningún alumno superdotado –cuyo coeficiente intelectual debe ser igual o superior a 130–”. Independientemente de su creatividad y su rendimiento escolar, la fundación también pide “ampliar el concepto de altas capacidades intelectuales a niños con un coeficiente intelectual de 120 o superior, así como a los niños con talentos especiales –artísticos, deportivos…–”. Considera también fundamental “formar al profesorado y a los equipos de orientación para que sepan identificar tempranamente a estos alumnos con altas capacidades intelectuales”.

160.000 profesionales
La fundación destaca que “160.000 niños superdotados en nuestras escuelas serán en el futuro 160.000 nuevos profesionales con inteligencia superior para nuestra sociedad, con todo lo que eso supondría de innovación para nuestras empresas”.

10 CAMBIOS IMPRESCINDIBLES

  • Fijar un criterio único a nivel nacional para definir a un niño de altas capacidades que no deje fuera a ningún niño superdotado (CI igual o superior a 130).
  • Admitir las evaluaciones de los psicólogos clínicos sanitarios dándoles la misma validez que a los realizados por el resto de profesionales sanitarios de nuestro país.
  • Formar al profesorado y a los equipos de orientación para que sepan identificar tempranamente a alumnos con altas capacidades.
  • Acelerar un mínimo de tres años durante su etapa escolar a los niños de altas capacidades.
  • Establecer dentro de cada centro escolar el aula abierta de altas capacidades intelectuales.
  • Sensibilizar a los alumnos sobre las diferencias que supone tener altas capacidades intelectuales y desarrollar en los compañeros el respeto a la diferencia, para evitar los problemas actuales de acoso escolar a niños superdotados.
  • Facilitar la creación de colegios especiales de superdotados, tanto públicos como privados.
  • Facilitar la participación de los estudiantes superdotados en programas universitarios.
  • Apoyar a las organizaciones sociales que lleven a cabo programas para el desarrollo emocional e intelectual de los superdotados.
  • Formar a los padres de los niños superdotados y de altas capacidades para que colaboren con las administraciones en el desarrollo educativo y emocional de estos niños.

 

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