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La reina de la producción audiovisual que todo lo invade

Los titulados en Animación 3D, Juegos y Entornos Interactivos son demandados en cualquier campo que precise demostraciones y simulaciones animadas
Paloma Díaz SoteroJueves, 15 de diciembre de 2016
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Entramos en la clase de Proyectos de Animación, 2º curso. Los estudiantes (70% chicos) tienen en sus pantallas a Tomato y Zanahorio, dos personajes creados por uno de los alumnos, Álvaro Garralda.

Estamos en U-Tad, el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital pionero en la enseñanza de Animación 3D y nacido de la propia industria para generar los perfiles profesionales de alto nivel que precisa. Sus instalaciones (tienen el aula de equipos Cintiq más grande de Europa y hasta 20 trabajadores de soporte técnico) comparten recinto con Ilion Animation Studios (Planet 51), donde trabajan algunos de sus profesores.

Para obtener su título, todos los alumnos del ciclo formativo superior de Animación 3D, Juegos y Entornos Interactivos deben concebir un cortometraje de animación y un videojuego como parte de un equipo de unos seis compañeros.

Ya en 2º cada uno ha descubierto lo que mejor se le da o más le gusta. “El curso está orientado al trabajo en equipo, que es lo que encontrarán en el mercado laboral”, puntualiza Gemma Martínez, jefa del Departamento de Imagen y Sonido.

En un proyecto de animación, cada integrante desempeña una labor sumamente específica en la que debe ser especialista. De ahí que muchos de los recién titulados, sobre todo los que desean dedicarse al cine o a los videojuegos, opten por continuar hacia el grado universitario (aprovechando la convalidación de créditos) o a alguno de los númerosos máster de este centro educativo: Animación 3D, Iluminación y VSX, Diseño de Personajes, Rigging, Carácter FX (pelo y telas), Diseño o Programación de Videojuegos.

El objetivo es destacar en algo concreto y demostrarlo a través de un soberbio portfolio (reel, lo llaman). Así, tras el máster, un junior se convierte en un junior plus, con mejores posibilidades en el mercado. “Cada vez hace falta mayor especialización y más variada”, asegura Gemma Martínez. Por ejemplo, en simulación dinámica de partículas y fluidos.

Movilidad
Aparte de la especialización, los expertos en este sector recomiendan salir al extranjero. Los profesionales más cotizados, remarca Gemma Martínez, se caracterizan por “su trashumancia”, por “ir de una producción cinematográfica a otra”. “Hay una demanda muy grande de animadores en momentos puntuales que genera mucha movilidad internacional”, señala. “Y los animadores españoles gozan de buena fama”, asegura. “Son muy demandados nuestros generalistas”.

El carácter itinerante de la industria de la animación hace que haya homogeneidad internacional en cuanto a perfiles profesionales, conocimientos y competencias.
“Ahora mismo”, explica Gemma Martínez, “en los países que marcan el paso, como EEUU, se está dando mucha importancia a una especialidad que es la del generalista de alto nivel: el profesional que sabe de todo en profundidad y que es capaz de hacer de enlace entre los departamentos, de detectar y arreglar los fallos que se producen en la cadena de producción, en el paso de una fase a otra”.

Infinidad de aplicaciones
Pero no sólo de películas vive la animación. En general, es la reina de la producción audiovisual en todas sus vertientes. En primer lugar, la publicidad. Pero también la industria clásica: por ejemplo, las simulaciones virtuales reducen enormemente el tiempo y el coste de producir cualquier producto, desde un coche hasta una prótesis.

Los profesionales del 3D también son muy demandados en arquitectura y urbanismo, y en investigación biomédica y laboratorios farmacéuticos.

Hablamos de servicios, en la mayor parte de los casos, externalizados a empresas de diseño, infografía y producción audiovisual. Sólo las grandes firmas tienen sus departamentos específicos de 3D.
“Encontramos productos desa-rrollados y clientes en temas tan variados como la rehabilitación de pacientes, un sinfín de entrenadores y simuladores que permiten adquirir competencias y, aunque menos, encontramos también algunas soluciones a medida encargadas por empresas y aplicadas a sus productos, como simulaciones de máquinas, operaciones de mantenimiento o demostradores de funcionamiento”, explica Jon Labaka, director del Área de Innovación Aplicada en FP de Tknika, el laboratorio de innovación para la Formación Profesional del Gobierno vasco.
“Los técnicos superiores en Animación 3D forman parte de esos procesos”, asegura Labaka.

Según Gemma Martínez, de U-Tad, en cualquier trabajo de animación de alto nivel (desde películas y videojuegos a simuladores virtuales, programas de instrucción y cualquier tipo de recreación que implique hacer una simulación dinámica) hay un trabajo de programación que precisa perfiles altamente cualificados, como ingenieros informáticos, técnicos superiores desarrolladores o máster en programación, pero los titulados del ciclo formativo de Animación 3D dan la talla perfectamente para “abordar la parte gráfica”: personajes, escenarios…

En Tknika consideran que se requerirán al menos tres tipos de perfiles con "grupos de competencias diferenciadas":
“El promotor o arquitecto de la solución, capaz de definir su estructura; un perfil más artístico de diseñador, capaz de materializar los modelos 3D necesarios para responder a esa arquitectura; y un perfil más programador, que haga posible las interacciones que sucederán dentro del entorno virtual”.

Y añade: “Nosotros buscamos que una persona pueda cubrir los dos últimos perfiles, dotando de la parte artística a los programadores y enseñando a programar a los diseñadores”.

Eso es lo que ha comenzado a hacer Tknika en el Centro Integrado de FP de Tartanga (Bilbao): complementar la formación de unos y otros, “y ponerlos a desa-rrollar soluciones conjuntas”.

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