Un nuevo borrador detalla los elementos de la "reválida" de ESO
El pasado 19 de enero se celebró una reunión entre la directora del Instituto de Evaluación (INEE), Carmen Tovar, con representantes de las consejerías de Educación para presentarles el borrador de la Orden ministerial por la que se determinan las características generales de las evaluaciones finales de Primaria y Secundaria –las llamadas “reválidas”–. Este nuevo proyecto recoge ya la evaluación final de ESO con “carácter muestral y finalidad diagnóstica” después de que el Congreso aprobara el pasado mes de diciembre el Real decreto-ley de medidas urgentes para la ampliación del calendario de implantación de la Lomce, que dejaba sin efectos académicos transitoriamente las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato recogidas en la ley, ya que no será necesario aprobarlas para conseguir un título como se establecía en un primer momento.
De hecho, el documento especifica que la evaluación final de ESO “comenzará a aplicarse en este curso 2016-17 y que, hasta la entrada en vigor de la normativa resultante del Pacto de Estado Social y Político por la Educación, dicha evaluación tendrá finalidad diagnóstica y carácter muestral”. La prueba se realizará en los próximos meses de mayo o junio y evaluará el grado de adquisición de las competencias matemática, lingüística y social y cívica, teniendo como referencia principal las materias generales del bloque de asignaturas troncales cursadas en 4º de ESO.
A este respecto, las materias de Lengua Castellana y Literatura, Primera Lengua Extranjera y, en su caso, Lengua Cooficial y Literatura, serán la referencia principal para la determinación del grado de adquisición de la competencia lingüística. Del mismo modo, las materias de Matemáticas orientadas a las Enseñanzas Académicas y Matemáticas orientadas a las Enseñanzas Aplicadas serán las referencias para medir el grado de adquisición de la competencia matemática. Y la asignatura de Geografía e Historia actuará de la misma forma en el caso de la competencia social y cívica.
La orden también recoge que la selección de alumnos y centros debe ser suficiente para obtener datos representativos. No obstante, las administraciones educativas pueden elevar el número de centros participantes por encima de las necesidades muestrales, o hacerla con carácter censal en caso de que sea necesario.
Según el Real Decreto aprobado en diciembre, las características y el diseño de las pruebas comprenderán la matriz de especificaciones, la longitud –número mínimo y máximo de preguntas–, tiempo de aplicación, la tipología de preguntas –preguntas abiertas, semiabiertas y de opción múltiple– y los cuestionarios de contexto. Se realizará una prueba por cada una de las materias que se constituyen la referencia principal de las competencias objeto de evaluación.
Qué son las matrices
Las matrices de especificaciones establecen la concreción de los estándares de aprendizaje evaluables asociados a cada uno de los bloques de contenidos y son las que dan cuerpo al proceso de evaluación. Asimismo, indican el peso o porcentaje orientativo que corresponde a cada uno de los bloques de contenidos. En las matrices también se refleja el cruce de los bloques de contenidos con los procesos cognitivos identificados y la asociación de cada uno de los estándares con el tipo de proceso cognitivo asociado. Las administraciones educativas podrán completar dichas matrices asignando un peso a cada uno de los procesos cognitivos.
Cada prueba tiene una duración de 60 minutos y se establece un descanso entre exámenes consecutivos de, como mínimo, 15 minutos. La evaluación tendrá una duración de un máximo de cuatro días en cada centro educativo. Las comunidades con lengua cooficial pueden establecer una duración de un máximo de cinco días.
Las pruebas contienen preguntas abiertas y semiabiertas que exigen construcción por parte del alumno. En el caso de las abiertas, son producciones escritas que no tienen una sola respuesta correcta inequívoca, mientras que las semiabiertas sí que tienen una única respuesta que suele ser breve –por ejemplo, un número que da respuesta a un problema matemático o una palabra que complete una frase o dé respuesta a una cuestión siempre que no se facilite un listado de posibles respuestas–. También se pueden utilizar preguntas de opción múltiple –elección de una de las opciones propuestas–, siempre que en cada una de las pruebas el porcentaje de preguntas abiertas y semiabiertas alcance como mínimo el 20%.
Publicación de resultados
Las administraciones educativas elaborarán un informe en el que reflejarán los resultados obtenidos, expresándolos en cinco niveles de rendimiento. Los resultados en competencia lingüística podrán expresarse mediante una escala de niveles que integre varias de las lenguas evaluadas o diferenciada por cada una de ellas. Estos resultados serán puestos en conocimiento de la comunidad educativa mediante un resumen de los indicadores comunes, considerando los factores socioeconómicos y socioculturales del contexto. La orden también permite a las administraciones elaborar informes para cada uno de los centros seleccionados, siempre que la muestra lo permita.
En cuanto a la evaluación de 6º de Primaria, que también se llevará a cabo en los meses de mayo o junio, la Orden recoge su carácter muestral y su finalidad diagnóstica al igual que la de 4º de ESO. La publicación de los resultados se realizará también de la misma forma que en Secundaria.
En ambas pruebas, cada administración designará al personal encargado de aplicarlas y corregirlas. Ese personal será externo al centro en el que se apliquen las pruebas y deberá acreditar los requisitos legalmente establecidos para impartir docencia en el sistema educativo español –la orden especifica que preferentemente será profesorado funcionario–. Las administraciones pueden no incluir en el marco muestral a los alumnos con necesidades educativas especiales o a aquellos que se hayan incorporado más tarde al sistema. De forma simultánea a la celebración de las evaluaciones se aplicarán los cuestionarios de contexto y los indicadores comunes de centro.
Falta, por tanto, concretar la evaluación final de Bachillerato para el acceso a la universidad, que –como explica el inspector de Educación, Antonio Montero, en la tribuna de abajo– dependerá más bien de los “criterios de naturaleza particular” de cada comunidad autónoma ante el escaso tiempo del que se dispone hasta la realización de las pruebas.
EL CONTENIDO DE LAS PRUEBAS
Al menos el 80% de los estándares de aprendizaje utilizados en cada una de las pruebas deberá seleccionarse de entre los enumerados en la matriz de especificaciones de la materia correspondiente. El 20% restante de la prueba se podrá completar incluyendo los indicadores comunes y, en su caso, preguntas de los cuestionarios de contexto.
- Competencia lingüística. El 35% corresponde a comunicación escrita (leer y escribir), donde se debe identificar géneros periodísticos, diferentes géneros textuales y la tipología textual. Otro 35% corresponde a conocimiento de la lengua, donde se ha de reconocer equivalencia semántica y funcional o elementos de la situación comunicativa. El 30% restante tiene que ver con Educación literaria.
- Lengua Extranjera. El 60% corresponde a comprensión de textos y el 40% a producción de textos orales y escritos.
- Competencia matemática. Tanto en Matemáticas Orientadas a Enseñanzas Académicas como a Aplicadas; el 20% tiene que ver con procesos, métodos y actitudes en matemáticas; otro 20% con números y álgebra; un 20% con geometría; otro 20% con funciones; y el último 20% con estadística y probabilidad.
- Competencia cívica y ciudadana. El 15% corresponde al siglo XVIII en Europa hasta 1789; el 30% a la era de las Revoluciones liberales y a la Revolución Industrial; el 20% al Imperialismo del siglo XIX, la Primera Guerra Mundial y la época de Entreguerras; otro 20% a las causas y consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y la estabilización del Capitalismo y aislamiento económico del Bloque Soviético; y el 15% restante al mundo reciente entre los siglos XX y XXI.