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La Educación en Bolivia, lo que nos une y nos diferencia

La ONGD InteRed trabaja en Bolivia con la organización local Cemse para que los alumnos no abandonen la escuela.
Estrella MartínezMartes, 28 de febrero de 2017
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La maleta viajera es una propuesta para inculcar en los alumnos el gusto por la lectura.

La ONGD InteRed trabaja en Bolivia con la organización local Cemse –Centro de Multiservicios Educativos–, de la que forma parte María Lucuy, una guía que nos acerca a España la realidad educativa de su país.

La realidad boliviana es que “difícilmente vemos que los niños y las niñas pasen a un segundo nivel en Secundaria y mucho menos a un nivel universitario”, explica María, por lo que parte del trabajo que realiza Cemse está dirigido a que los alumnos no abandonen la escuela. “Trabajamos en el acceso a herramientas y materiales que permitan a los niños, niñas y adolescentes mejorar sus capacidades creativas, de investigación, así como de lectura y escritura”.

Al hablar de estimular la creatividad y la capacidad investigadora salen a colación las aulas múltiples que han desarrollado en los centros educativos con los que trabajan. “No son un espacio de laboratorio como comúnmente se tiene en las escuelas particulares en Bolivia, sino que contiene unos elementos básicos para que los niños puedan aprender haciendo. Es una experiencia vivencial donde el maestro, a partir de un tema concreto, puede vincular otras áreas de aprendizaje y hacer aprendizaje para la vida”. Pone el siguiente ejemplo: “Partimos de una experiencia de recoger agua contaminada de un río y el agua de la pila. Puedes trabajar desde el área de Química a la de Biología, puedes comparar los componentes del agua, los grados de alcalinidad. Los niños y niñas van experimentando desde la propia práctica. Y puedes ligar con temas, tal vez, de Geografía: dónde tenemos fuentes de agua y si están contaminadas o no. Y ya de ahí llegamos a los aspectos de prevención, el cuidado del medio ambiente”. Las aulas múltiples sirven para trabajar cualquier asignatura y “se prestan muy bien para que los estudiantes, a partir de cosas sencillas, puedan ir investigando y construyendo su propio aprendizaje”.

Cemse realiza un trabajo directo con los profesores para formarlos e involucrarlos en sus proyectos. En el caso de las aulas múltiples, a la formación se unen unos paquetes para cada asignatura “que son utilizados por los maestros en función de lo que ellos quieran crear. Tienen unos lineamientos simples y la idea es que ellos lleguen a articular las áreas”.

En lo que se refiere a la lectura y la escritura, hay que hacer una parada en La maleta viajera. “Habíamos hecho un pequeño diagnóstico en las unidades educativas con las que trabajamos, que son como 26, y este diagnóstico nos daba cuenta de que al año solamente se lee un libro y eso si se logra terminar”. Así nació La maleta viajera, con la que “nos pusimos una meta de que se puedan leer cuatro libros y lo hemos conseguido. Para nosotros es un gran logro porque pasar de uno a cuatro, ya es bastante”. Cada maleta es diferente y va a los colegios. En ellas hay libros de lectura, no de texto, “libros que ayudan a los estudiantes a acercarlos a que les guste la lectura. Y luego ya desarrollamos con ellos esas competencias de comprensión lectora”.

Como reconoce María, “son experiencias que cuesta introducirlas, pero una vez que el maestro las acepta, las toma y las continúa de forma autónoma. Obviamente no todos los profesores se adscriben, son estrategias innovadoras y cuesta un poco”.

Una Educación de calidad
“Nosotros la entendemos por acceso a medios y recursos para la permanencia en la unidad educativa. Lamentablemente está muy asociada a lo que es infraestructura y equipamiento”. María explica que es “común en nuestros centros tener deficiencia en sillas, en mesas, en materiales. En muchas unidades las ventanas están rotas”. Por otro lado, los profesores piden materiales que muchos padres no pueden proporcionar. Aquí vuelve a entrar Cemse, “les damos pequeños materiales para que vayan llenando sus carencias”.

Para la organización la calidad educativa también está ligada a la “Educación en Valores, la convivencia pacífica, el trabajo comunitario”. Este planteamiento les ha llevado a crear los brigadistas escolares, que “son grupos dentro de cada unidad educativa que se forman y especializan en prevención de violencia a sus pares”, o lo que es lo mismo, grupos de alumnos que combaten el acoso. “Trabajamos en el desarrollo de capacidades para la prevención de la violencia en el ámbito escolar. Lo brigadistas son los encargados de recepcionar denuncias. Tienen la capacidad para poder orientar a sus pares o poder decirles a dónde pueden acudir; nosotros tenemos espacios donde ofrecemos ayuda profesional”. En cada centro existe un “plan de formación para los brigadistas”, así como una serie de “actividades de prevención” para que las trabajen todos los alumnos.

No se puede hablar de valores sin mencionar a las niñas. “Sabemos que hay grandes diferencias donde son ellas las que están en desventaja. Nosotros trabajamos para que comiencen a tener un mayor espacio”.

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