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Un año entero de práctica en Laboratorio

Paloma Díaz SoteroMartes, 21 de febrero de 2017
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Hay que hacer Formación Dual donde hay mercado”. Ana Ibáñez, coordinadora de FP Dual del IES Moratalaz de Madrid, sostiene esa idea con firmeza. “Si no hacen falta profesionales, no tiene sentido”.

En su centro llevan cinco años con la Dual en Laboratorio Clínico y Diagnóstico: un grupo de 30 estudiantes cada curso. De los titulados el año pasado, el 85% se ha colocado. En cambio, de los alumnos de la modalidad presencial tradicional, “pueden colocarse dos o tres”, advierte Ibáñez.
“Que se coloquen 30 en una comunidad de seis millones de personas lo dice todo”, apostilla el director, Ildefonso Caro.
“Hay poco trabajo”, afirma Ana Ibáñez, jefa de estudios. “Con la crisis se han refundido muchos laboratorios y otros pequeños han desaparecido”, explica.

En la Clínica Belén de Madrid encontramos a David Martínez (en la imagen) haciendo sus prácticas.

El curso pasado estudió el primer curso íntegro en el IES Moratalaz y 2º lo pasa entero en la clínica, si bien comenzó las prácticas el pasado 1 de julio, con los conocimientos de 1º bien frescos. Terminará el 30 de junio, según explica su coordinadora de Dual.

David se siente “parte del laboratorio y del hospital”. “Y eso es muy gratificante, dice. “No te sientes estudiante”.
“Al principio, todo te lo supervisan; están muy encima de ti. Si no fallas, empiezan a confiar en ti y te vas soltando”, cuenta David.

Pasar el año entero de prácticas y no tener que cursar asignaturas en el centro lo considera una ventaja para centrarse más en el aprendizaje del día a día. “Rindes cuentas contigo mismo y quieres saber cada vez más”, señala.
“La Dual es la formación óptima”, afirma el director del instituto. “Que la empresa se implique en la formación es una aportación valiosa para la sociedad”. En cuanto a los estudiantes, subraya: “Estar tanto tiempo en el laboratorio y conocerlo bien hace que salgan con experiencia”.

Ana Ibáñez incide en una de las certezas que le ha dado la experiencia con la Dual: “Hay que entender a la empresa, hay que cuidarla y ver qué necesidades suyas puedes atender; y no hay que olvidarse de que no es una ONG y que se guía por criterios de rentabilidad”.

Por ello, para empezar, es la empresa la que determina la selección del alumnado.
“No matriculamos a un alumno hasta que no tenemos el visto bueno de la empresa”, explica Caro. “Los jóvenes echan su preinscripción, nosotros las validamos y las pasamos a las empresas. Ellas los entrevistan, deciden con quién se quedan, y luego ya vienen a matricularse y firmamos un acuerdo entre las tres partes”.

Ana Ibañez valora positivamente que “desde el principio hay un compromiso de la empresa y ese alumno ya va vinculado a una empresa desde su inicio”.

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