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Un buen maestro puede mejorar el rendimiento un 6%

Las fundaciones Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación presentaron el 22 de febrero La calidad del profesorado en la adquisición de competencias de los alumnos. Un estudio basado en PIRLS 2011, la monografía que trata de definir a los mejores y peores profesores según valores medibles basados en los resultados de sus alumnos en Comprensión Lectora.
Daniel PeñaMartes, 28 de febrero de 2017
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El informe está desarrollado por los economistas de la Educación de la Universidad de Barcelona, Jorge Calero y Josep Oriol Escardíbul, que han aplicado una metodología de investigación que no se había hecho con anterioridad en España. La presentación tuvo lugar en la biblioteca de la Fundación Ramón Areces.

La monografía tiene el objetivo de responder a tres preguntas que rodean al mundo de la Educación: ¿Importa la calidad de los profesores en el proceso de adquisición de competencias de los alumnos? ¿Cuáles son los factores que determinan el nivel de calidad del profesorado? Y ¿en qué centros trabajan los “mejores” y los “peores” profesores?

Para ello, tuvieron que identificar cuáles son los elementos que definen a los “mejores” y “peores” profesores que, según Jorge Calero, son términos que tienen que ir entre comillas por la dureza de los mismos. Estos estudios determinan empíricamente que la calidad de un profesor influye en los resultados de sus alumnos y que los “mejores” profesores están normalmente en los colegios privados y en entornos familiares y sociales con mayores recursos, mientras que hay mayor número de “malos” profesores en los colegios públicos y en ambientes con menor capital económico y sociocultural.

Para poder saber el nivel del profesorado se basaron en los resultados en competencia de lectura de alumnos de 4º de Primaria según los datos PIRLS (Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora) de 2011. Es decir, se centran en las habilidades cognitivas que el docente es capaz de transmitir, asignando efectos fijos relacionados con el profesorado, de modo que resulte relevante que los alumnos tengan un profesor u otro. Sin embargo, “hay cosas que no se pueden medir”, como las habilidades no cognitivas, que tienen que ver con las emociones o la empatía con el niño.

Con este estudio, en el que seleccionaron 312 centros y participaron 403 profesores y 8.580 alumnos en España, tratan de aislar los factores que influyen considerablemente en los alumnos, como el nivel educativo de las familias o el entorno que les rodea dentro del propio centro.

Efectos por comparación
Después de hacerlo, identificaron a cada uno de los profesores y los consideraron por separado, con sus propias características y un coeficiente propio que determina su efecto sobre sus alumnos, es decir, su calidad.

Para comprobar su influencia, comparan a un profesor con un valor medio de 75 puntos según los efectos fijos (buen profesor), con uno con 25 (mal profesor). La diferencia en cuanto a puntuaciones de los alumnos en la escala PIRLS es de 30 puntos, lo que significa un 6%. Esto denota que un buen maestro es capaz de mejorar los resultados de sus alumnos.

Otra comparación, esta más extrema, es entre profesores con 95 puntos y 5 puntos: el “mejor” contra el “peor”. La diferencia en la escala PIRLS es de más de 80 puntos, que es un 16%, lo que demuestra que los alumnos son sensibles a la calidad del docente.

 

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