Aumentan los alumnos con discapacidad en las universidades españolas
Fundación Universia y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) han presentado el III Estudio Universidad y Discapacidad donde se analiza el grado de inclusión de las personas con discapacidad en el sistema universitario español durante le curso 2015-16.
Jesús Celada, subdirector general de Participación y Entidades Tuteladas, afirmó durante la presentación que “no nos podemos permitir desperdiciar el talento de las personas con discapacidad”.
Sonia Viñas, subdirectora de la Fundación Universia, recordó que los estudiantes con discapacidad siguen reclamando una mayor formación del profesorado, “sobre todo en lo referido a las necesidades de las personas con discapacidades no visibles como pueden ser las de tipo psicosocial”. Los estudiantes también reclaman que los servicios de atención a la discapacidad se coordinen con otros departamentos, como los servicios de orientación al empleo, puesto que solo el 20% de los universitarios con discapacidad afirma haber recibido este tipo de apoyo.
Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del Cermi, denunció que mientras se mejora el impulso de la Educación inclusiva en la universidad, la enseñanza en fases anteriores “está viviendo una involución” –provocada por la infrafinanciación–, por lo que se siguen sin cumplir objetivos promovidos por Naciones Unidas como que no existan centros educativos segregados y sí un único modelo de Educación inclusiva.
Algunos datos relevantes
Hay 17.634 alumnos con discapacidad en las 55 universidades que han participado en el estudio. Suponen un 1,7% del total, una cifra que representa un incremento, pasando del 1,3% al 1,7%. De estos existen más estudiantes con discapacidad que optan por universidades públicas (1,8%) que privadas (1,1%). No obstante, las diferencias más significativas se centran en la desviación existente entre aquellos que optan por la modalidad presencial (1,2%) y a distancia (3,3%).
La cifra de estudiantes que extiende sus estudios –posgrado, máster– continúa constante con un 1,2%, y los que optan por realizar un doctorado sube a un 0,9%. Sin embargo, pese a este leve ascenso, se sigue marcando la tendencia de que a mayor nivel de estudios, menor representación de personas con discapacidad.
En cuanto a la participación de estudiantes con discapacidad en los programas de movilidad nacional e internacional para realizar una estancia en una universidad diferente de la de origen, las universidades gestionan más del doble de programas de intercambio para estudiantes con discapacidad con una dimensión internacional (60%) que nacional (29,1%). Sin embargo, pese a que se repite la tendencia de 2014 donde se observaba que la participación de estudiantes con discapacidad en proyectos de movilidad internacional era superior a la existente en los de movilidad nacional, en la actualidad ha aumentado en un 4% y un 2%, respectivamente. Si bien, según el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación, de los cerca de 45.000 estudiantes Erasmus del curso 2015-16, solo 42 tenían alguna discapacidad. Esta es una cifra muy alejada de la de la media europea, que, según los últimos datos de la Comisión, el 0,14% de todos los estudiantes que participan en el programa son jóvenes con discapacidad. Esta tendencia a su vez se repite, ya que en el anterior estudio se publicaba que en el último año (2014) se habían acogido en las universidades españolas más estudiantes con discapacidad procedentes del extranjero que los que han decidido estudiar fuera del país.
De los 15.594 universitarios de Grado, primer y segundo ciclo con discapacidad representados en el estudio, el 51,8% son hombres y el 48,2% son mujeres. Por tipo de discapacidad, la discapacidad predominante entre los estudiantes de Grado, primer y segundo ciclo es la física (45,4%), y la menos representada es la auditiva (6,2%).
El perfil del estudiante de Grado, primer y segundo ciclo, es un hombre con discapacidad física que cursa estudios de Ciencias Sociales y Jurídicas.