Ceapa duda que dé tiempo a aprobar un pacto y una nueva ley de Educación
Su presidente, José Luis Pazos, que ha calculado ese tiempo en al menos tres años, ha añadido que no puede confiar en la actitud del Gobierno respecto a los trabajos de la Subcomisión parlamentaria que negociará el pacto, donde ha comparecido. Para ello se ha basado en que el Ejecutivo ha recurrido al Tribunal Constitucional la decisión del Congreso de tramitar una iniciativa para la paralización de la implantación de la Lomce.
También ha discrepado del procedimiento de comparecencias seguido por la Subcomisión, pues “dificulta” un diálogo profundo con las organizaciones convocadas si se quiere conseguir un pacto social, además de político, por la Educación.
Pazos ha reclamado una interpretación “compartida” del artículo 27 de la Constitución sobre el derecho a la Educación y la libertad de enseñanza como fundamento del consenso, y que el pacto se intente sobre “el modelo de Educación”.
Según Pazos, es “imprescindible e inaplazable revertir los recortes y eliminar todos los efectos perversos de la Lomce”, e invertir en Educación un punto por encima de la media europea en términos de PIB.
El presidente de Ceapa ha asegurado que la escuela actual “aburre y fomenta el fracaso escolar”; ha criticado la memorización, los exámenes cada dos por tres y los deberes escolares y ha defendido que el derecho a la Educación quede garantizado desde la escuela pública, sin cabida de las creencias religiosas.
Comparecencia de Faest
Manuel Bueno, en nombre de los estudiantes de Faest, ha pedido que los alumnos dejen de ser “sujeto pasivo” del debate educativo.
Además de político y territorial, el pacto tiene que ser social, de manera que el Gobierno tiene que “sentarse con todas las partes” implicadas, ha añadido.
Bueno ha reclamado también un alumnado con capacidad crítica y reflexiva, pues no basta con aprender Matemáticas y Geografía, y ha defendido la asignatura Educación para la Ciudadanía.
También ha planteado una formación que mejore su relación con el mercado laboral, pero que no se supedite a él. Además de fijar una reserva de los presupuestos para Educación con independencia de la coyuntura económica.
El representante de Faest ha apostado asimismo por una escuela pública (ha puesto reparos a los conciertos), “descentralizada, laica, democrática e intercultural, libre de acoso y homofobia” y ha demandado eliminar las “reválidas· porque son “tapones” para seguir estudiando.