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“La Lomce no hizo lo que debía: meter una pala excavadora en el sistema”

Javier Orrico, autor del libro La tarima vacía, asegura que “la Lomce es una ley equivocada”, ya que no cambió los principios ni el lenguaje de la Logse.
Adrián ArcosMiércoles, 22 de marzo de 2017
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Javier Orrico.

Profesor de Lengua y Literatura durante 25 años y periodista de Diario 16 durante otros cinco. Javier Orrico asegura que cuando regresó a la docencia, después de pasar por el periódico, se encontró que “la enseñanza había sido arrasada y destruida por la Logse”. Ahora acaba de publicar su libro La tarima vacía, culminación de lo que Orrico comenzó hace 10 años con La enseñanza destruida, una obra pionera en sus denuncias y que constituyó un éxito comercial y de repercusión en el mundo educativo y político español.

¿Por qué ha hecho tanto daño la Logse?
Porque la Logse introdujo el llamado “diseño curricular base” y cuyo objetivo era adoctrinar a los profesores. Aquel diseño recogía algo verdaderamente brutal: que los conocimientos ya no son importantes. Del sistema de enseñanza con el que habíamos crecido –cuya principal misión era la transmisión de nuestra herencia cultural a la que tenían derecho las siguientes generaciones–, se pasó a un sistema que tenía una finalidad más bien de ingeniería social, en el que todo el mundo debía ir por el mismo camino, sin vías separadas, y en el que el alumno construía su propio conocimiento.

Me llama la atención que señale que ya no se da importancia a los conocimientos, cuando cada vez que se publica PISA se critica que nuestra enseñanza sigue anclada en los conocimientos y no se educa por competencias.
Las competencias no existen en el vacío, son las aplicaciones de los conocimientos. Por eso salimos mal en PISA, porque no somos competentes al no transmitir ya conocimientos. Si siguiéramos estudiando Lengua y Literatura como antes, nuestros alumnos obtendrían buenos resultados en comprensión lectora. El problema es que ya no se utilizan los comentarios de texto ni hay lecturas obligatorias. Nadie puede ser competente en lo que ignora. Lo que se ha hundido es el nivel de conocimiento y, por tanto, se hunde el nivel de la aplicación de unos conocimientos que no se tienen.

¿No está de acuerdo con PISA?
PISA es un sistema muy discutible, pero ha tenido una gran virtud. Todos esos falsos expertos que hicieron la Logse se negaban a admitir que esa ley había hundido nuestro nivel de instrucción, y solo a través de PISA supimos lo que de verdad estaba ocurriendo. Y digo “falsos expertos” porque todos esos pedagogos, sociólogos y psicólogos de la Educación no están en las aulas, no las conocen ni saben lo que pasa. Lo que PISA nos ha revelado es que un sistema que se justifica diciendo que viene a establecer la igualdad y la equidad, al final es el que ha creado mayor desigualdad en la historia de la enseñanza de los últimos 50 años. Y, sobre todo, desigualdad entre alumnos buenos y malos, porque los buenos son aquellos que tienen familias que les empujan a estudiar y, por supuesto, sobreviven a cualquier sistema, pero los alumnos humildes, los que no tienen familias que están pendientes de ellos, esos son los que están sufriendo las consecuencias de este sistema.

Sin embargo, hay comunidades que obtienen muy buenos resultados en PISA con la misma ley.
Claro. Porque, por ejemplo, en Castilla y León la cultura tiene valor y aprecio, y los padres saben que la cultura sirve para la promoción social de sus hijos. Es la tragedia de este sistema, que no solo crea desigualdad entre alumnos, sino también entre regiones con menor tradición cultural –como son las de la mitad sur y Baleares, porque ha habido una alfabetización posterior– y aquellas que dan más valor a la cultura.

¿Tampoco le gusta la Lomce?
La Lomce no afecta a las pedagogías ni al lenguaje de la ley. La idea más perversa que introdujo la Logse es que el sistema tiene que adaptarse al alumno, y no el alumno el que tiene que adaptarse al conocimiento y a las exigencias, con lo cual los chicos no desarrollan jamás sus capacidades. Es la Educación en el consentimiento, que es como criar a un niño consintiéndole todo, y la Lomce no afecta a todos esos principios. La nueva ley lo que hace es aumentar la burocracia brutalmente, y lo único positivo que tenía se lo cargaron de inmediato –no llegó siquiera a estar en la ley– y era la idea de una reválida general para toda España, como se hace en otros países, el mismo día, a la misma hora y el mismo examen. Como siempre, las comunidades autónomas –que son el gran cáncer de nuestra enseñanza– se posicionaron en contra, porque con un examen general, el mismo día, a la misma hora, en la misma lengua y con los mismos contenidos, se le hubieran visto las vergüenzas a más de uno. Pero eso es lo que hubiera arreglado de verdad el sistema educativo español, porque hubiéramos sabido qué es lo que estaba pasando en cada comunidad.

¿No cree que es más valiosa la evaluación continua que jugárselo todo en un solo día?
Claro que un profesor que está cuatro horas a la semana durante todo un año tiene criterio suficiente para aprobar o suspender a un alumno. Pero precisamente por la variabilidad que hay entre profesores y sistemas regionales lo que necesitamos es una prueba objetiva. Además, no significa que te lo juegues todo el mismo día, porque tienes varias convocatorias. Y ten en cuenta que el 60% de la nota final procede del expediente académico. Además, ¿qué es lo que nos espera en la vida? Si lo que tenemos que hacer es acostumbrar a superar pruebas. Hacer una enseñanza paternalista en la que los alumnos no se tienen que enfrentar a pruebas selectivas es un disparate, porque no les enseñas ni siquiera quiénes son, a qué son capaces de enfrentarse, qué pueden superar y qué no. Y todo eso está moderado por el expediente.

¿Qué le parecen entonces las nuevas metodologías como el aprendizaje por proyectos, la gamificación o la flipped classroom?
Las metodologías no son estandarizables. Cada profesor tiene que buscar la suya. El trabajo por proyectos está bien utilizarlo para un tema concreto, pero no se debe generalizar. Donde funciona muy bien es en Primaria, pero no vale para un profesor que tenga que enseñar un programa de Física en Bachillerato. ¿La clase invertida es estudiarse la lección en casa y hacer los ejercicios en clase? Si eso lo han hecho muchos profesores durante toda la vida. Si todo esto no son inventos, cada profesor ha buscado siempre los métodos que en cada ocasión le parecían más adecuados para enseñar un tema a sus alumnos.

OTRAS REFLEXIONES

“Ya daba igual estudiar”. “Los alumnos cuando vieron que ya no repetían al segundo año aunque le quedaran ocho, aprendieron que ya daba igual estudiar o no. ¿Quiénes seguían estudiando? Aquellos que tenían detrás estructuras sociales o familiares que les empujaban a estudiar. Por lo tanto, el nivel medio en lugar de elevarse hacia arriba, lo que ha hecho es igualarse por abajo, hasta el punto de que muchos jóvenes que podrían haber sido buenos alumnos, al vivir en una situación sin estímulo ni ambiente de trabajo, al final tampoco estudiaban”.

La Lomce. “La Lomce es una ley absolutamente equivocada porque no hizo lo que tenía que haber hecho: meter una pala excavadora en el sistema educativo español y levantarlo de nuevo sobre otros principios, sobre otras pedagogías, con otro lenguaje, con la recuperación de la idea de que el conocimiento es lo que nos hace críticos y libres. Y sin conocimientos, estamos perdidos e indefensos ante cualquier manipulador que se presente ante nosotros”.

Tres “únicos” factores. “Nuestro sistema educativo no tendrá solución mientras no se recupere el protagonismo de los tres únicos factores que deben intervenir en la enseñanza: el profesor, el alumno y la cultura. Eliminen a todos aquellos que han querido ser los verdaderos protagonistas, pero no lo son: pedagogos, psicólogos, sociólogos, expertos, políticos, inspectores… Y dejen en paz a profesores, alumnos y cultura”.

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