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Capacitar a docentes para que capaciten a la vez a sus alumnos

Un estudio elaborado por expertos y responsables educativos de todo el mundo propone dotar a los docentes de las mismas competencias que deben enseñar a sus alumnos para que estén permanentemente actualizados.
Adrián ArcosMartes, 25 de abril de 2017
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El núcleo de una buena Educación es un personal capacitado y versátil. Por eso la innovación en la preparación de los docentes es parte integrante de la estrategia, ya que las sociedades que cambian rápidamente requieren maestros versátiles para equipar a sus alumnos con una matriz dinámica de herramientas para enfrentarse a un mundo también dinámico. Es la idea que recoge el documento Conectando los puntos para construir el futuro de la enseñanza y el aprendizaje, un trabajo coordinado por el profesor de la Universidad de Harvard (EEUU), Fernando Reimers, y realizado en colaboración con expertos y responsables educativos de todo el mundo.

Entre los autores se encuentran los ministros de Educación de Argentina, Esteban Bullrich, y de Italia, Stefania Giannini; la directora de la Asociación para el Desarrollo de la Educación en África (ADEA), Oley Dibba-Wadda; el director del Instituto Nacional de Educación de Singapur, Oon Seng Tan; o el director del Departamento de Formación Docente de la Universidad de Helsinki (Finlandia), Jari Lavonen. Según Reimers –a quien entrevistamos en la página siguiente– “el documento de 15 páginas queremos que sirva de invitación para un diálogo social en cada sociedad”. Así propone dotar a los docentes de las mismas competencias que deben enseñar a sus alumnos con el objetivo de estar permanentemente actualizados y de conseguir, al final, una enseñanza acorde con los tiempos en los que vivimos. Él habla de “capacitar a los maestros para que puedan capacitar a la vez a sus alumnos”.

Empoderar a los estudiantes para que lleguen a ser ciudadanos globales requiere oportunidades continuas y de alta calidad para mejorar la capacidad docente. En un mundo que cambia rápidamente, los maestros deben ser conscientes de la naturaleza cambiante del conocimiento, el aprendizaje y los entornos. Por eso el documento propone dotar a los maestros de “nuevos roles para que sean facilitadores del aprendizaje y diseñadores del ambiente de aprendizaje”. Los profesores necesitan “adoptar nuevas pedagogías y transformar las prácticas pedagógicas”, por ejemplo, para cubrir las nuevas formas en que los estudiantes adquieren información a través de la tecnología y las redes sociales.

De esta forma, se aconseja también que los docentes desa-rrollen las competencias integrales del alumno, incluyendo la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la colaboración, la creatividad y las habilidades interpersonales. Los maestros también juegan un papel fundamental a la hora de ayudar a construir el carácter de los niños e inculcarles valores. El equipo de expertos considera imprescindible que “los profesores se mantengan constantemente informados de los nuevos conocimientos, habilidades y prácticas docentes”. Por ejemplo, advierten de que “el desarrollo profesional va más allá de los talleres y cursos” y proponen “actividades de tutoría, redes docentes colaborativas y enfoques basados en proyectos para mejorar las prácticas de enseñanza y los resultados de aprendizaje”.

La selección docente
Para lograr que los docentes adquieran niveles de habilidades cognitivas y comunicativas comparables a las que se exigen de sus alumnos es necesaria un buen sistema de acceso que seleccione a los mejores y una excelente preparación inicial y continua. “Los sistemas de selección deben buscar las competencias y el mérito”, señala el documento, que especifica que “esa selección de candidatos en la profesión docente debe ser multidimensional e incluir habilidades cognitivas, de comunicación, interpersonales, de carácter y de aptitud”. La evaluación de esas competencias debe depender de múltiples pruebas, entrevistas y de la observación del de-sempeño. Hay que tener en cuenta que el documento habla de forma general, sin entrar en las particularidades de cada país y de cada territorio.

En cuanto a la formación inicial, el texto explica que “debe estar claramente alineada con los estándares profesionales de la práctica y bien articulada con las oportunidades posteriores para el desa-rrollo profesional”. Una buena preparación inicial, según el documento, tiene que “proporcionar una base sólida en conocimientos conceptuales y teóricos, amplias oportunidades de práctica, reflexión sobre esa práctica e integrar la experiencia con la preparación conceptual y teórica”. Asimismo, los programas de formación deben estar estrechamente conectados con los centros y con los maestros en ejercicio.

Formación continua
En cuanto al aprendizaje a lo largo de la vida, requiere especialmente el desarrollo profesional en el propio centro educativo, la tutoría continua, redes colaborativas de docentes y la investigación basada en proyectos para mejorar las prácticas y los resultados del aprendizaje. Es una buena forma, además, de acceder a las buenas prácticas y al conocimiento de lo que funciona basado en las mejores evidencias en los propios centros.

Para llevar todo esto a cabo, el documento no pasa por alto un apoyo incondicional de los gobiernos de los distintos estados. Por eso, reclaman que los líderes políticos “incluyan estas cuestiones en sus agendas y nombren una comisión de expertos que desarrolle una estrategia para mejorar significativamente la formación docente”. Reconocen que “la aparente complejidad de apoyar la enseñanza de calidad ha llevado a algunos de ellos a ver esto como un desafío intratable”, pero recomiendan que “el audaz objetivo de renovar la formación y el apoyo de los docentes debe ser integrado, coherente y alineado con los objetivos económicos y sociales del país y con los objetivos de desarrollo sostenible y el avance de los derechos humanos”.

ESTÁNDARES PROFESIONALES

  • Amplia y profunda base de conocimientos

• Conocimiento de la materia, de los contenidos pedagógicos y del contexto de los alumnos.
• Habilidades sociales y de comunicación.
• Conocimiento sobre la diversidad entre los alumnos.
• Competencia para actuar como profesional autónomo que puede planificar, implementar y evaluar sus propias prácticas y el aprendizaje de los alumnos.
• Competencia para diseñar oportunidades de aprendizaje en entornos digitales y físicos.
• Comprensión de los valores profesionales y el código ético.
• Habilidades y destrezas de investigación.
• Conciencia sobre las diferentes dimensiones de la profesión docente.
• Sensibilización sobre los diferentes temas transversales.

  • Experiencia en la generación de ideas novedosas e innovaciones educativas

• Actitud positiva hacia el cambio continuo, que requiere tolerancia a la incertidumbre y nuevas e innovadoras formas de pensar.
• Voluntad para crear una atmósfera positiva que apoye los procesos creativos y la curiosidad, la asunción de riesgos relacionados con la enseñanza y el aprendizaje en el aula y la creación de innovaciones educativas y, además, la conciencia de la importancia de esta actitud ante los resultados creativos.
• Competencia para implementar un proceso creativo.
• Habilidades de investigación.

  • Competencia para el desarrollo de la experiencia propia

• Competencia para trabajar en redes y equipos.
• Autoevaluación.
• Competencia en el diseño de currículos y enfoques pedagógicos.
• Facilitador, entrenador, mentor (también de compañeros).
• Competencia para reflexionar sobre las perspectivas pedagógicas personales.
• Competencia para utilizar los resultados de la evaluación para el desarrollo escolar.
• Desarrollo de la propia experiencia a través de actividades de reflexión. 

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