Aprendiendo a gestionar las emociones y los sentimientos
En España se consumen 40 millones de cajas de ansiolíticos y otras 40 millones de antidepresivos al año. ¿Y si para prevenirlo solo tenemos que trabajar en clase la Educación emocional? Esta es una manera de enseñar a los alumnos a conocer sus emociones, aprender a gestionarlas para un mayor desarrollo interno y para evitar algunos problemas a los que se enfrentarán en un futuro próximo.
Las personas actuamos en función de los sentimientos que tenemos: sentir, pensar y actuar es la lógica que seguimos y, por esta razón, educar a los niños en el colegio para que aprendan a controlar sus emociones es algo importante. Como Begoña Ibarrola apuntó en el encuentro sobre Educación emocional, Eduemoción, celebrado en Madrid, el principal obstáculo al que nos enfrentamos al aplicarlo en los colegios es que “los adultos no estamos acostumbrados a hablar de las emociones”. Esto dificulta que los propios profesores se impliquen a la hora de educar las emociones de los alumnos.
Gracias al desarrollo de la inteligencia emocional en los alumnos, estos pueden aprender a conocer sus emociones y regularlas de manera apropiada. Además, aprenderán más sobre ellos mismos y desarrollarán competencias emocionales como la autoestima, la autoconfianza y la motivación personal. También el desarrollo de estas características permite que se eviten problemas que están a la orden del día como el consumo de drogas entre los jóvenes, que en muchas ocasiones es debido a que los adolescentes principalmente no saben gestionar sus sentimientos. Como apunta la psicóloga y divulgadora especializada en ciencia, salud y Educación, Pilar Quijada, si a las personas nos sucede algún problema emocional “nadie nos pone una escayola, no se nos educa emocionalmente, simplemente se nos da una pastilla para superarlo”.
Asimismo este tipo de Educación nos sirve para controlar la impulsividad, ayuda a tolerar la frustración, a gestionar mejor el estrés –relacionado directamente con la ira–, a poner límites, ayuda a que aprendamos a saber escuchar y a ser personas más empáticas.
Educar el cerebro
“Somos analfabetos emocionales”, asegura Rafael Bisquerra, experto en Educación emocional, que continúa diciendo que nuestra principal asignatura pendiente “es la Educación del conocimiento de uno mismo”. Rafael Bisquerra quiso hacer un experimento con los asistentes a Eduemoción, les pidió a todos que se concentrarán únicamente en su respiración sin pensar en nada más durante un minuto. Después de esto pregunto cuántos de los presentes habían conseguido estar el minuto entero concentrados solo en la respiración sin que pensaran en otra cosa. El resultado fue que solo 3 personas habían conseguido concentrarse totalmente en la respiración. Con esto Bisquerra quería demostrar que si a las personas adultas nos cuesta mantener la concentración, nos imaginemos lo que supone para niños estar concentrados en silencio durante una hora sin poder desconectar. Sin embargo, explicó que podemos entrenarnos cada día durante poco tiempo para aprender a concentrarnos, por ejemplo, con meditación o haciendo respiraciones.
Por su parte, la escritora Begoña Ibarrola ofrece otra manera de desarrollar la inteligencia emocional, en las aulas o en casa, que es a través de la lectura, “ya que es una manera muy fácil, muy cercana y muy dúctil”. Ibarrola insiste en que a lo largo de un cuento los personajes pasan por todo tipo de emociones y situaciones conflictivas e incluso resoluciones complicadas que no llegan a un fin. Esto es un entrenamiento emocional que realizan los niños desde una distancia de seguridad porque no les está pasando a ellos sino a otro, pero como la neurociencia dice que no se distingue entre imaginado y vivido pues para tu cerebro lo estás viviendo tú.
El sistema educativo
Para terminar nos quedamos con lo que dice el experto Bisquerra: “El autoconocimiento debe ser la base del sistema educativo y es ese sistema uno de los principales obstáculos a los que nos enfrentamos”. Pensamos que enseñamos algo, lo evaluamos pero el sistema funciona de tal manera que los alumnos se preparan para superar unas pruebas. “Estaría bien que los centros dijeran que ellos solo preaparan al alumno para superar las pruebas de selectividad, y los centros que también se dediquen al desarrollo personal lo especifiquen diciendo que además de prepararlos para superar las pruebas también se centran en el desarrollo personal”, señala Bisquerra. Aunque esta mentalidad está cambiando y cada vez son más los que apoyan que se imparta Educación emocional en los colegios.
LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN LOS COLEGIOS ZOLA DE MADRID
Por otro lado, para ilustrar cómo se aplica en los colegios el desarrollo de la Educación emocional en Eduemoción, el encuentro celebrado en Madrid, Carmen García, responsable del programa de inteligencia emocional de los colegios Zola, explicó que llevan años aplicando la Educación emocional en las aulas. Cuentan con un programa y unos objetivos que desarrollan durante todo el curso escolar en conjunto con la comunidad educativa. Además, su programa es secuencial a lo largo de varios años, se aplica a las situaciones de la vida y se realiza con técnicas activas como relajación o role playing.
Las principales fases que deben aplicarse para llevar a cabo el desarrollo de esta Educación en los colegios son tres:
- Sensibilización. La comunidad educativa y todos los implicados tienen que concienciarse de que es necesario que los alumnos aprendan a gestionar sus emociones y autoconocerse a ellos mismos gracias a los beneficios que tiene.
- Formación. Los implicados tienen que formarse para llevarlo a cabo, siendo la pregunta principal “cómo podemos ponerlo en práctica en el colegio con ayuda y colaboración de la comunidad educativa y con poca ayuda de la administración”, como apuntaba Rafael Bisquerra.
- Puesta en práctica. Por último, hay que llevar a cabo todo el programa que previamente se ha realizado en conjunto con la comunidad educativa y que posee una serie de objetivos que tienen que cumplirse durante el curso.