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Estudiar en colegios católicos "reduce la criminalidad y mejora la salud", según los obispos

La Conferencia Episcopal presenta su Memoria de Actividades y asegura que invierte un 138% de lo que recibe.
RedacciónJueves, 1 de junio de 2017
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Estudiar en los colegios católicos «mejora la salud, la tendencia a las donaciones, fomenta un mayor control de los gastos, reduce las diferencias sociales y la criminalidad». Estos son algunos de los «beneficios indirectos» de los colegios de titularidad canónica, según la Memoria de Actividades de la Iglesia en España, que sirve para «rendir cuentas a la sociedad de cada euro que recibimos», apuntó el gerente de la CEE, Fernando Giménez.

Una memoria en la que los obispos concluyen que, por cada euro recibido a través de la casilla del IRPF (247,8 millones de euros), la Iglesia católica «invierte en la sociedad más del 138%». Así, el cash flow de las 70 diócesis de nuestro país (en este dato no se incluyen las obras de congregaciones religiosas o instituciones como Cáritas o Manos Unidas) desvela un «Valor Económico Generado», que equivaldría a un Presupuesto de las diócesis, de unos 882 millones de euros. De ellos, 278 millones se dedican a personal, 284 millones a Proveedores (seminarios, adquisición y rehabilitación de edificios y templos), y 302 se invierten en la sociedad española, mediante actividades pastorales, asistenciales, educativas y culturales. «Eso, teniendo en cuenta lo neto (218 millones del IRPF)», apuntó Ester Martín, responsable de la memoria, que refleja unos datos positivos para la Iglesia.

Solo en actividad caritativa y asistencial, los obispos sostienen que el valor del impacto generado por la Iglesia supone casi 590 millones, lo que equivaldría «al tercer puesto en el ranking de comunidades autónomas en materia de gasto asistencial», según un estudio de la consultora KPMG, que añade que el valor de dicho impacto equivale a 2,71 veces los fondos recibidos vía IRPF.

Los obispos también confieren carácter de inversión a la actividad pastoral de la Iglesia. Los bautizos, bodas, comuniones o funerales llevados a cabo en España supondrían, «de ser contratadas en el mercado», un importe de 1.971 millones de euros. Dado que el presupuesto de las diócesis alcanza los 882 millones, la Iglesia concluye que se ahorran 1.089 millones, y que «cada euro empleado en la Iglesia rinde como 2,24 en su servicio equivalente en el mercado».

Actividad educativa
En la faceta educativa, además de «alejar a los niños de la criminalidad», la memoria constata que los 2.447 centros católicos concertados «suponen un ahorro al Estado de 2.563 millones de euros», mientras que en lo tocante al patrimonio cultural «el impacto global estimado de los bienes de interés cultural y de las fiestas religiosas equivale a más del 3% del PIB en España», esto es, 32.420 millones de euros.

En resumen, un balance de la labor de la Iglesia en que, como explicó Giménez, está «validado, con rigor, utilizando todas las metodologías» y que, concluye, significa que «cada vez que marcamos la casilla de la Iglesia católica se pone en marcha un dinero que se devuelve, con creces, a la sociedad».

¿Está en peligro o en juego la financiación de la Iglesia? Los datos de la memoria indican que la Asignación Tributaria –no se habla en la memoria del resto de dinero que la Iglesia recibe en virtud de otros conceptos, y que algunos informes afirman asciende a más de 11.000 millones de euros– solo supone el 24% de los recursos diocesanos.

Para el jefe de Prensa de la CEE, Josetxo Vera, «no miramos el futuro, pero sí vemos que la sociedad reconoce el papel que la Iglesia está realizando, y que el apoyo del Estado es el que está previsto en la Constitución». Por su parte, Jiménez se mostró «abierto al diálogo entre la Iglesia y el Estado, en el marco de las relaciones que mantenemos. Hay colaboración y diálogo permanentes, y esta memoria cuenta lo que la Iglesia está haciendo en beneficio de la sociedad, que es interesante mantener y alimentar, para que sigamos ayudando a la sociedad».

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