fbpx

Por qué el crecimiento del empleo no beneficia a los jóvenes

El acceso de la juventud en situación de exclusión a los Programas de Empleo Juvenil es el título de un estudio elaborado por la red de ONG EAPN-ES con el objetivo de analizar la situación de los jóvenes que no trabajan ni tampoco estudian, los denominados ninis.
Diego FranceschMartes, 26 de septiembre de 2017
0

En él se explica por qué el crecimiento del empleo desde 2013 en general no está beneficiando a los jóvenes.

“En nuestro país el término nini ha adquirido ciertos componentes peyorativos, culpabilizando a menudo a la juventud de su situación por haber abandonado los estudios ‘cuando ganaban más que sus padres en la construcción’ o acusándoles de pasividad”, dice el estudio. Pero la mayoría de estas personas “no se reconocen en la denominación nini y la rechazan”.

La situación es la siguiente: tras aumentar 5,5 puntos entre 2008 y 2013, el porcentaje de ninis alcanzó su máximo en 2013 (22,5%) y desde entonces ha disminuido en 3,1 puntos hasta 2015 (19,4%).

España es el quinto país de la UE-28 con mayor tasa de ninis, solo después de Bulgaria, Rumanía, Grecia, Italia y Croacia.

El desempleo entre el grupo más joven de ninis (15-19 años) comenzó a disminuir en términos absolutos, aunque irregularmente, ya en 2009, cuando, ante la imposibilidad de acceder a un empleo, muchos volvieron al sistema educativo.

El desempleo en los otros dos grupos de edad (20-24 y 25-29) tardó más en reducirse, comenzando la caída a finales de 2013, un poco antes que el desempleo de personas adultas y con ligeramente más intensidad.

Esta reducción se ha concentrado en las personas jóvenes menos cualificadas, y vuelve a reflejar la disminución de la participación en el mercado de trabajo para volver al sistema educativo. También estaría reflejando el efecto de jóvenes que han emigrado a otros países buscando empleo y que desaparecen de las estadísticas de la población activa. Como resultado de todo esto, a día de hoy la mitad (49%) de la juventud desempleada en España cuentan como mucho con nivel de Secundaria.

Esta reducción del desempleo juvenil no se debe al aumento de empleo para jóvenes, sino a la reducción de la población activa y de la población joven. De hecho, mientras que el desempleo entre jóvenes de entre 16 y 29 años ha disminuido en 382.000 personas en 2013-2016, el empleo de jóvenes solo ha aumentado en 21.000 personas. Esta aparente incoherencia se explica porque muchos jóvenes, sobre todo los menos cualificados, abandonan el mercado de trabajo. Por el contrario, es la juventud más cualificada la que está teniendo accediendo a empleos, aunque en una cantidad muy reducida.

“En general, el crecimiento del empleo experimentado por la economía española desde 2014 no está beneficiando a la juventud”, concluye el estudio.

Por otra parte, las condiciones de trabajo de jóvenes empleados se han deteriorado sustancialmente con una proporción creciente de contrataciones temporales y una disminución de los salarios. Según el estudio, a finales de 2014 las condiciones económicas para nuevas contrataciones, que afectan principalmente a jóvenes, habían caído al nivel de principios de los años 90.

Disparidades regionales
Por otro lado, se constatan grandes disparidades regionales en cuanto a la reciente reducción del desempleo juvenil y la leve creación de empleo juvenil desde 2014. Castilla y León ha experimentado una reducción cercana al 40% en términos acumulados entre 2014 y 2016, pero la Comunidad Valenciana de solo el 6%. Por su parte, el empleo juvenil ha crecido hasta en un 25% en el País Vasco, pero ha disminuido en un 6,3% en Andalucía.

Curiosamente, las regiones donde el desempleo juvenil ha disminuido más no coinciden con las regiones donde el empleo juvenil más ha aumentado.

Los diferentes patrones autonómicos de crecimiento económico, que podrían explicar diferencias en ritmos de crecimiento, no explican sin embargo por qué en una comunidad disminuye el desempleo juvenil, pero no aumenta el empleo juvenil en una medida similar. Más bien habría que pensar en las diferencias regionales en la composición del grupo de jóvenes que no estudian ni trabajan en cuanto a su nivel educativo, ya que esta composición determina la cantidad de jóvenes (poco cualificados) que abandonan el mercado laboral (reduciendo así el desempleo juvenil) y la cantidad de jóvenes más cualificados que encuentran un trabajo.

Cabe también pensar en los diferentes patrones de empleo, como la estacionalidad y las condiciones laborales de actividades como el turismo o la economía irregular.

 

0