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“Hay que incentivar a los profesores que innovan en vez de penalizarlos”

Con motivo del lanzamiento de su nuevo libro, Art Thinking, la autora de rEDUvolution –María Acaso– ha explicado a MAGISTERIO cómo la implantación de las artes en cada asignatura ayudaría a solventar el desactualizado modelo educativo español.
José Mª de MoyaMartes, 7 de noviembre de 2017
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María Acaso ha sido descrita como una de las actuales líderes en España y Latinoamérica dentro de lo denominado como Revolución Educativa o, como ella misma denomina, #rEDUvolution. Su principal línea de trabajo consiste en evidenciar la obsolescencia del sistema educativo actual y desarrollar prácticas educativas contemporáneas desde cinco marcos de acción: aceptar que lo que enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden, cambiar las dinámicas de poder, habitar el aula, pasar del simulacro a la experiencia y dejar de evaluar y pasar a investigar.

¿Qué es este concepto de Art Thinking? ¿Qué es lo más novedoso?
El Art Thinking consiste en intentar innovar en Educación, innovar en el aula, utilizando las artes como una metodología para cualquier aprendizaje. No son las artes para la clase de Plástica sino las artes para cursos de Matemáticas, de Química, de Inglés… Entendemos que las artes tienen unos elementos que son esas competencias que van a tener que desarrollar los niños y las niñas en el siglo XXI y por lo tanto nos parece adecuado posicionarlas como un elemento central en la escuela en vez de un elemento periférico.

¿Detecta en la enseñanza carencia de sensibilidad artística?
Hay una carencia de pensamiento divergente, de sentido crítico, hay una carencia que tiene que ver con el trabajo colaborativo por proyectos. En definitiva, hay una carencia general de placer.

Los que le seguimos, a usted y a sus propuestas, a veces nos planteamos, ¿esto es factible?, ¿es aplicable?
Una de las cosas que he intentado es poner ejemplos de cómo todo eso se puede llevar al aula. No solamente es factible sino que estos conceptos se han llevado a cabo durante mucho tiempo por los mayores innovadores. En estos momentos el Gobierno finlandés ya está utilizando las artes para cualquier asignatura.

¿Es factible y es sostenible? Usted ha dicho que hay que empezar la clase detonando, ¿se puede detonar todos los días?
Claro. La idea tiene que ver también con que hay que crear en comunidad, no puede ser que el profesor esté desarrollando detonantes cada día. Los detonantes un día pueden ser un objeto, otro día pueden ser el título, otro día pueden ser colocar las sillas de forma diferente. Con el tema del detonante lo que quiero decir es que es necesario incluir la sorpresa, la expectativa en el aula.

También ha dicho que el maestro tiene que ser artista y productor de conocimiento. Estoy convencido de que de los 600.000 profesores de España habrá muchos que no sean artistas y que tengan suficiente con transmitir conocimiento como para tener que crearlo. ¿Habría que hacer esto más grande, más democrático, no?
Habría que hacer un análisis de lo que significa ser profesor, la función política del profesor. Creo que es muy importante que las personas nos demos cuenta del poder político que tenemos. La incidencia social e intelectual que tiene la figura del profesor es enorme.

¿Hay en esta propuesta suya espacio para valores tradicionales como la constancia, el esfuerzo, la persistencia..? Porque a veces hay que estudiar, ¿no?, aunque no te apetezca.
Ahí le remito a un artículo que hay en mi blog que se llama Placeres sí, Deberes no, en él planteo que cuando hablamos del esfuerzo y la disciplina hablamos de valores relacionados con esa pedagogía más tradicional. El esfuerzo y la disciplina están en todo aquello que nos produce placer, cuando a ti realmente te gusta algo eres capaz de levantarte a las 6 de la mañana, ser superdisciplinado, ser superordenado, pero necesitas ese input que te motiva. En el Art Thinking el esfuerzo y la disciplina están muy presentes.

Al hilo de la motivación a la que hace referencia, ¿no sería válido el esfuerzo de un chaval que no le gusta Historia, por poner un ejemplo, y la estudia mucho para agradar a sus padres?
Creo que no. En ese caso hablamos del esfuerzo del alumno para sacar el examen, toda esa parte del simulacro de agradar a los demás. Yo no estoy de acuerdo con ello.

¿No cree que sus ideas son un tanto utópicas? A mí me recuerda a esos vestidos imposibles que se presentan en las pasarelas de moda.
Creo que el éxito de mis propuesto no se debe a que sean nuevas, sino que dan nombre a cosas que ya están sucediendo. Al final se sigue visibilizando el esfuerzo, las notas, los exámenes, los deberes… todo eso pertenece a un momento histórico que ya no nos pertenece.

Volviendo al tema del Art Thinking, también me daba la sensación de que es un concepto de arte un poco vago, da la sensación de que todo el mundo puede ser artista. ¿Usted cree que cualquiera puede ser artista?
Efectivamente. Cualquiera puede ser artista.

A lo mejor hay una cierta polisemia. ¿Cualquiera no puede ir al Prado, no?
No, quizás me he expresado mal. Cualquiera puede pensar como un artista. Todos tenemos competencias creativas, todos podemos, si nos ponemos, trabajar en equipo, generar un detonante con extrañamiento, trabajar el pensamiento divergente. Y sí, pensar como un artista y ser un artista son cosas diferentes.

Este proceso podría generar cierta frustración al ver lo complicado que es llevar estas ideas al aula. ¿Cómo podemos gestionar la frustración?
Con leyes. Lo que hay que hacer es cambiar las leyes. En vez de gastarse tanto dinero en pagar a los inspectores, habría que gastarse más dinero en la independencia del profesorado, que el profesorado se forme en horas lectivas, que se incentive a aquellos profesores que están innovando en vez de penalizarlos.

¿Cómo se pueden evaluar estas metodologías?
Hay que realizar una investigación que nos sirva como archivo, que tenga que ver con la memoria, que tenga que ver con la conciencia crítica, con la reflexión, para continuar esos procesos.

¿Qué tipo de resultados se espera de una metodología?
En cualquier caso vamos a innovar. Y cuando hay innovación, no hay ningún fracaso, sino que simplemente hay una toma de conciencia de dónde se ha llegado para seguir en una dirección o en otra, y eso es bastante importante.

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