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Disciplina y afecto, decisivos para acabar con el bullying

Cuando los alumnos trabajan en un entorno estructurado y con orden, se sienten más seguros, se involucran más en las tareas escolares y se ven envueltos en menos comportamientos de riesgo.
Adrián ArcosMartes, 16 de enero de 2018
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El pasado mes de noviembre se cumplió un año desde que el Ministerio de Educación pusiera en marcha el teléfono gratuito contra el acoso escolar (900 018 018). El pasado viernes, el ministro, Íñigo Méndez de Vigo, informó que se han recibido un total de 28.065 llamadas, de las cuales casi 10.000 se estudian como posibles casos de bullying en centros educativos de toda España. Esto significa que una de cada tres llamadas conlleva a un posible caso de acoso.

El teléfono contra el acoso, que se creó en noviembre de 2016, está atendido por 20 profesionales las 24 horas del día, los 365 días del año. Este servicio del Ministerio no ha hecho que se reduzca el número de llamadas recibidas por el Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes (900 20 20 10), que lleva abierto ya casi 14 años.

El pasado mes de mayo, durante el I Congreso de Convivencia Escolar celebrado en Sigüenza (Guadalajara), y cuando se cumplían seis meses de la puesta en marcha del servicio del Ministerio, Ángel Ruiz, responsable del teléfono, explicó cómo se puso en marcha, los profesionales que se contrataron y cómo funciona de forma interna. El 61% de las llamadas las realizaron las madres de los niños y adolescentes que sufren bullying y solo el 4% las propias víctimas, según los datos presentados a mediados de año por la empresa adjudicataria del servicio Alcalá BC, tras analizar las más de 15.000 llamadas recibidas durante los seis primeros meses de funcionamiento.

Víctimas a los 11 años
La edad tanto de las posibles víctimas como de los acosadores ronda los 11-13 años. Mónica Pasquín, subdirectora del Teléfono ANAR, explica que “el perfil de la víctima está muy equilibrado entre chicos y chicas, pero sin embargo el del acosador sí que registra un perfil masculino más alto”. Según Pasquín, “el 70% de los casos de acoso suele estar relacionado con insultos y amenazas verbales, pero se ha observado un repunte de las agresiones físicas”, aunque falta por determinar el porcentaje exacto correspondiente a los datos de 2017.

La responsable de ANAR explica también que “no existe una época del año en la que se produzca una menor incidencia de los casos de acoso”, ya que las nuevas tecnologías han provocado que no se ciñan exclusivamente a los periodos escolares. “En vacaciones seguimos recibiendo un gran número de llamadas”, afirma Pasquín.

Según explica David Aparisi, profesor en el Máster Universitario en Psicopedagogía de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) y autor del informe Planes de intervención frente al acoso escolar en España y América Latina, “en la actualidad no tenemos una única solución real a este problema. Este fenómeno es complejo y su abordaje debe ser multidisciplinar, multimétodo y multiagente”.

Según el último Informe PISA de 2015, ser víctima de acoso afecta negativamente al rendimiento académico, ya que las consecuencias emocionales, conductuales y psicológicas de ser acosado influyen en la capacidad de los estudiantes para centrarse en sus tareas académicas. En España, alrededor de un 14% de los alumnos afirma haber sufrido algún tipo de acoso en el entorno escolar, una cifra que está por debajo del promedio de países de la OCDE (18,7%).

PISA refleja que uno de los factores que se relaciona con una incidencia menor del acoso entre iguales y la victimización es la disciplina en clase y en el centro. Cuando los alumnos trabajan en un entorno estructurado y con orden, se sienten más seguros, se involucran más en las tareas escolares y se ven envueltos en menos comportamientos de riesgo. Según el experto de la VIU, “los centros educativos españoles con mayor nivel de disciplina y un alto porcentaje de afecto gozan de menos problemas de acoso escolar que los centros con un clima de disciplina negativo”.

Sensibilizar a los padres
En definitiva, “potenciar la interacción positiva entre los alumnos a través del aprendizaje cooperativo y sensibilizar a los padres y profesores en un estilo educativo democrático y participativo podría ser clave para disminuir las cifras de acoso escolar”, sentencia Aparisi. Con todo, Mónica Pasquín asegura que “sí que hay una concienciación cada vez mayor por parte de los padres sobre los posibles casos de acoso de sus hijos. Es verdad que a veces desconocen los pasos que hay que seguir, pero esa mayor concienciación les lleva a ofrecer ayuda desde el primer momento, a pedirla en el caso en que sea necesario y a interesarse por el estado de su hijo y por la actuación en el colegio”.

El análisis de PISA indica que el 22% de alumnos españoles utiliza internet más de seis horas al día, con lo que se convierten en “usuarios extremos”. De media, nuestros alumnos navegan 167 minutos diarios entre semana y 215 minutos el fin de semana. Además, casi el 70% declaran sentirse realmente mal si no tienen conexión a internet. Este hábito produce en el menor “un síndrome de abstinencia muy parecido al que tienen los adictos a cualquier sustancia”, afirma el profesor de la VIU.  

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