La enseñanza del Latín a través de un método inductivo-contextual
Cada palabra tiene sentido dentro de su contexto. En este sistema de-saparece la necesidad de traducción y la laboriosa carga del diccionario. Gracias a este método el estudiante puede llegar a hablar latín como una lengua viva.
El curso, con el que se enseña la lengua latina desde cero y aplicable a cualquier público y en todos los todos los niveles educativos, consta de dos partes: Familia Romana y Roma Aeterna, acompañados de una serie de textos clásicos que, por medio de ilustraciones y notas, ayudan a comprender mejor y leer con cierta soltura textos clásicos. El objetivo de este curso elemental es desarrollar la actividad de la lectura y lograrlo a través de la adquisición de un léxico de alrededor de 1.500 palabras.
En tiempos en los que muchos institutos españoles tienen que tomar la decisión de prescindir de asignaturas como Latín por falta de demanda, aún quedan docentes que luchan contra la creencia de que el latín es una lengua muerta, a pesar de que una institución como la Iglesia la considere su lengua oficial o que la base del lenguaje de ciencias como la medicina también sea el latín.
Un instituto valenciano
María Luisa Aguilar es profesora de 4º de ESO y Bachillerato el IES “El Puig” en Valencia. Dio con el método Ørberg gracias a una conferencia impartida por Luigi Miraglia, uno de los latinistas más importantes de Italia y ferviente defensor de este método. “No fue hasta 2011 cuando recibí una formación en profundidad para enseñar Latín a través de esta metodología y fue en la Academmia Vivarium Novum en Roma en el verano de 2011”. Desde entonces utiliza este método y forma a profesores para emplearlo en sus clases.
Reconoce que “aquellos a los que formaba por primera vez lo entendieron, no reaccionaron de forma extraña porque ellos están acostumbrados a que las lenguas que aprenden se enseñen así, para ellos no supuso una sorpresa” y confiesa que “sí que supuso una sorpresa para aquellos alumnos a los que en cursos anteriores había enseñado con metodología tradicional, pero desde el principio fue un modelo de clase que les enganchó, les resultó muchísimo más estimulante y ameno que la metodología tradicional y los resultados, por supuesto, fueron mejores desde el principio”. Asegura que los resultados son los mismos que los que la adquisición de segundas lenguas prevé para la enseñanza de las lenguas modernas: “Para tener un mayor control sobre el lenguaje necesitan estar en un contacto mayor con él, es decir, cuanto más leen, cuanto más oyen, cuanto más se emplea la lengua a su alrededor, eso garantiza una adquisición mayor de la misma”.
Asegura haber tenido “libertad de cátedra absoluta” en su centro para implantar el método.
Un centro madrileño
José Carlos Castellanos lleva 13 años como profesor titular del madrileño Colegio “Estudio” impartiendo la asignatura de Latín en Secundaria y Bachillerato. “Estuve 10 años dando clase con el método gramatical, no conocía otro”, admite. Confiesa haber invertido mucho dinero, horas y esfuerzo preparándose para aplicar el método en sus clases, algo que no todos los profesores pueden hacer. La reacción de los primeros alumnos con los que lo aplicó no fue demasiado representativa: “No tenían ni idea de cómo se daba Latín, entonces ni pestañearon”.
“El método no hace milagros, pero permite hacer unas actividades mucho más variadas y una mayor participación del alumno, es todo más dinámico”, comenta. En cuanto a las directrices dadas por el centro no mostraron demasiada preocupación: “Me han dejado hacer”.
“Sé de alumnos que han llegado a mi clase porque compañeros de cursos anteriores les han contado cómo lo dábamos y se lo han recomendado”, cuenta orgulloso. A pesar de los impedimentos, afirma que “las actividades que realmente parece que más interesan, la mayor dinamización de estas materias en Educación Secundaria, vienen de la mano de esta metodología”.
Sus modelos de examen van evolucionando en función de los cursos. Los alumnos de José Carlos “terminan haciendo exámenes que son como los de Selectividad, solo que escritos en latín”.
Experiencia universitaria
Álvaro Sánchez-Ostiz imparte la asignatura Lengua Latina y su Cultura en la Universidad de Navarra aplicando el método Ørberg desde hace tres años. “En los últimos años estuve enseñando Latín en distintos grados y carreras siguiendo un método gramatical”, lo que le hizo ver que “no solo se podía utilizar Ørberg, sino que también se podía utilizar una estrategia de enseñanza activa”.
Se preparó en Roma en un curso de verano de Latín hablado organizado por el Instituto de Lenguas de nombre Polis: “Allí vi que era posible, que se podía hablar”. Pronto se dio cuenta de que “no solo era posible, sino que era divertido, te permitía interactuar con los alumnos”. Destaca el nivel de empatía y el cargo gramatical del método.
La reacción de sus alumnos tras la primera sesión no se hizo esperar: “En el primer descanso fueron a tomar café y oí varias conversaciones: ‘¡Pensaba que iba de broma y que a los 10 minutos iba a cambiar! ¡El tío sabe hablarlo!’”. A pesar de llevar apenas tres años utilizando este método de enseñanza y en grupos de alrededor de 50 personas, asegura haber detectado “que la tasa de abandono del Latín es menor”. Álvaro asegura tener “constancia de que les satisface tanto a los que ya sabían algo como a los que llegan de nuevas”.
Finaliza sus clases con un resumen de la sesión de unos 10 minutos en castellano en el que repasa cada uno de los puntos de gramática de la unidad y aclara sus objetivos. En cuanto a los exámenes, revela que en el ultimo año ha variado su metodología: “Ya hemos entrado en el tipo de ejercicios que propone Ørberg al final de cada sección, solo que bastante más ampliados”.
¿Qué dificultades se pueden encontrar los docentes? ;
En países como Italia y Estados Unidos el método Ørberg se encuentra mucho más extendido que en España, donde se trata de una metodología incluso desconocida para muchos docentes.
Una de las dificultades que ha encontrado por el camino Álvaro Sánchez-Ostiz a la hora de implantar el método ha llegado a la hora de conciliar los contenidos de las asignaturas: “He encontrado dificultades porque tienen que coordinar con otras asignaturas y otros colegas que no han acabado de verlo”.
También reconoce haber encontrado alguna que otra dificultad por parte de los alumnos, “con algunos que habían estudiado Latín antes y que querían un método que incidiera más en lo gramatical, de toda la vida y nada lúdico”. Por otro lado, el inconveniente que le encuentra a este método es, precisamente, que “necesita cierta continuidad en otra asignatura con un método al menos parecido”.
A ojos de José Carlos, el primer problema es la universidad: “Parece que los pesos pesados en algunas universidades no se toman en serio esta metodología, lo ven como si fuera una especie de juego para adolescentes de instituto”.
El profesor Castellanos afirma que “hay gente que persevera, pero además de encontrarse con el desprecio de los alumnos también lo sufre por parte de compañeros”.
“Puede ser una trampa, si usas solo el texto se pueden aburrir, entonces hay que dinamizarlo un poco con objetos o incluso elementos de disfraz con los que puedas interactuar y lanzar preguntas”, comenta Sánchez-Ostiz. nnEsto se suma a la presencia casi testimonial de la asignatura de Latín en centros españoles, en los que sobrevive en Secundaria aunque en muchos, especialmente con la Lomce, ha desaparecido.