Cuando la conciliación se convierte en el alma de la gestión educativa

Si Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples, tiene razón cuando asegura que “una mala persona no llega nunca a ser un buen profesional”, es más que probable que detrás del reconocimiento a la excelencia de nuestra gestión se encuentre el hecho sencillo, pero cierto, de ser un colegio bueno.

Un colegio bueno que no es más que el resultado de un gran grupo de buenas personas haciendo bien su trabajo. Ese es precisamente uno de los aspectos básicos: mantener un equipo docente formado, motivado y satisfecho como piedra angular. Un equipo de profesores motivados y comprometidos que puedan desplegar sus estrategias de aula en el mejor escenario posible, influyendo positivamente en el aprendizaje de los alumnos y convirtiéndose en un referente para ellos.

En el proyecto educativo del centro los valores juegan un papel esencial. La transmisión a los alumnos de conceptos como la conciliación y la igualdad, entre otros, contribuye a que tomen conciencia de la realidad y completen su formación académica con una formación humana fundamental para que, en sus futuros destinos profesionales, puedan de-sarrollar una gestión sostenible y responsable.

Todo ello nos ha inspirado a la hora de poner en marcha políticas y medidas dirigidas a favorecer la calidad del empleo, la flexibilidad temporal y espacial, el apoyo a las familias de nuestros empleados y alumnos y la igualdad de oportunidades que nos han llevado a gestionar la conciliación casi sin darnos cuenta. Una especie de gestión natural de la conciliación que se ha convertido en el alma de nuestra gestión educativa con el respaldo y la satisfacción de nuestras familias y empleados.

El Colegio “Ramón y Cajal” viene trabajando en temas de conciliación e igualdad desde el año 2007. Ese mismo año, se redactó un Manual de Acogida y un poco más adelante, en 2009, se implantó un Plan de Igualdad y un Código Ético de Conducta. En 2013, dimos un paso más y apostamos por una cultura de liderazgo responsable y sostenible que sigue vigente en nuestros colegios.

Realizamos un diagnóstico en el que incluimos un estudio sociodemográfico de la plantilla, una comparativa con la legislación vigente, un análisis de las distintas “voces” de nuestra organización y un benchmarking con otros centros. Con el diagnóstico claro, definimos una estrategia de actuación y nos pusimos manos a la obra estableciendo una planificación de las diferentes acciones que íbamos a llevar a cabo para certificarnos como Empresa Familiarmente Responsable por la Fundación MasFamilia.

Esta cerficicación supuso la implantación en el Centro de un conjunto de 50 medidas, 70 actualmente, dirigidas a la conciliación de la vida laboral y familiar de nuestros empleados: teletrabajo en puestos administrativos, flexibilidad de jornadas, programa de well being, plan de formación en las instalaciones del colegio, descuentos para hijos de empleados en la compra de uniformes, material, extraescolares y excursiones; teletutorías, oferta para “días sin cole” y la programación de actividades para practicar en familia como el buceo o la Escuela de Aire Libre, entre otras.

En junio de 2017 estábamos preparados para presentarnos de nuevo a la certificación. La certificación tiene 6 niveles de excelencia, de menor a mayor según C, C+, B, B+, A, A+. Nuestro Centro obtuvo el nivel B+, lo que nos situó en el grupo de las 30 empresas a nivel internacional que mejor gestionan la conciliación según la Fundación Masfamilia.

El aprendizaje en el camino de la gestión de la conciliación ha significado un extraordinario crecimiento a nivel empresarial que, además, ha mejorado la satisfacción de familias, alumnos y empleados, y la implicación y el sentido de pertenencia. A la vista de la acogida y los resultados, estamos convencidos de que esta innovadora forma de liderar y gestionar la organización aporta valor y nos inspira a querer compartir esta buena práctica, recientemente premiada por el Foro de Educación del Club Excelencia en Gestión y por la Fundación Alares, con la comunidad educativa, a la que animamos a unirse e implantar en sus instituciones.

Mariano Sanz Montesa
Colegios “Ramón y Cajal” de Madrid