Cómo saber si un alumno tiene altas capacidades sin recurrir a un test

Este psicoterapeuta asegura que la neurociencia ha demostrado que «los cerebros cambian en el nivel funcional y estructural si no estimulan», pero «la buena noticia es que gracias a la neuroplasticidad es algo reversible, porque el cerebro tiene la capacidad de readaptarse».

«Todos los cerebros están predispuestos al aprendizaje», de modo que para evitar el fracaso escolar hay que conocer a cada niño para darle las oportunidades y las herramientas que necesita, indica este experto, quien también ha ejercido como maestro. A su juicio, muchos docentes no están preparados para identificar en el aula a un niño con altas capacidades, pero estos alumnos «dan muchas pistas».

Castiglione, que rechaza «poner etiquetas» y prefiera el término «altas capacidades de aprendizaje», explica que estos alumnos  suponen el 5 por ciento de la población escolar y suelen destacar del resto del grupo por sus «ganas» y por su «motivación por aprender». Considera que es importante tener un diagnóstico o evaluación para «afinar» el tipo de intervención educativa para ese niño, pero si no se tiene, el profesor tiene que tener recursos y aplicar la intuición que se le presupone a todo docente.

Este experto resalta que es «frecuente» que un niño «despunte» en actividades extraescolares como música o inglés, pero en el aula no, por lo que el profesor debe preguntarse qué está pasando en clase. En ocasiones, los niños con altas capacidades saturan su cerebro si les ponen a estudiar algo que ya saben, porque les gusta «lo novedoso y lo cambiante», constata.

«Los cerebros de los niños con altas capacidades de aprendizaje son resistentes al aburrimiento», ha indicado, porque cuando se les mandan tareas que implican rutinas o pesadez «siempre encuentran una veta para ponerse a hacer otras cosas».

Para garantizar el principio de atención a la diversidad, en el aula «se tira» de los alumnos con más dificultades, por lo que ha reclamado que a los niños de altas capacidades hay que «empujarles».

Con más de 25 años de experiencia con niños con altas capacidades, ha considerado que medidas como una aceleración para adelantar de curso o un plan de enriquecimiento no pueden realizarse solo en base a los resultados de un test de inteligencia, «porque se sabe cuánta inteligencia tiene ese niño, pero no cómo la está utilizando y en qué contextos».

Tradicionalmente se ha pensado que la aceleración requería un nivel de madurez emocional del niño para integrarse en un curso superior, pero en algunos casos se ha comprobado que cambia la actitud en alumnos con altas capacidades que presentaban comportamientos regresivos o muy infantiles para su edad.

El 97 por ciento de las aceleraciones son efectivas en el nivel académico, «pero la integración social es complicada», reconoce; además, es una medida que no gasta recursos en la escuela, porque solo hay que mover al niño de aula. «Las medidas educativas para estos niños deben ser generales, pero las intervenciones han de ser individuales», insiste.