Docentes volcados en la innovación y el crecimiento

Mosaicos interactivos en Brasil; paisajes de aprendizaje en Sidney o pautas semipresenciales en Suecia. Detrás de estos sugerentes programas hay escuelas concretas que están desarrollando con éxito fórmulas nuevas y, sobre todo, adaptadas a sus entornos físicos y socioculturales concretos. Pero ¿existe innovación en la escuela española?

“La innovación –señaló Alfredo Hernando en su ponencia– lleva camino de convertirse, por manoseado, en un concepto burbuja”. Y añade: “La innovación no es modernidad, es crecimiento”.

Podemos asegurar que muchos colegios españoles son innovadores porque, en palabras del propio Hernando, “un centro innovador es el que logra el éxito para cada uno de sus alumnos, y no solo el académico sino de manera integral, completa y plena”.

De hecho, son ya innumerables los programas y actividades que se están aplicando en las aulas y fuera de ellas para educar mejor y con más eficacia. En unos casos, fuera de las obligaciones curriculares; en otros, orientadas sobre las materias y objetivos obligatorios; y siempre, dirigidos a sacar el máximo a los alumnos en todas las competencias.

Y detrás de todo este esfuerzo, casi siempre a contracorriente, se encuentran los profesores. Como reconoce Alejandro Monzonís, “los docentes españoles están dando un ejemplo de creatividad y de dedicación; sin ellos no sería posible desarrollar las nuevas metodologías”. También el psicólogo e investigador Alfredo Hernando destaca que “la innovación y el crecimiento se deben, en un 90%, al equipo de profesores”.

La nueva Educación, sostiene el profesor de Neuroeducación Jesús C. Guillén, es tan posible como necesaria, y en ella tiene un papel fundamental la cooperación entre docentes, que “es mucho más que trabajar en equipo; es una relación emocional”. La Educación entre iguales, el aprendizaje cooperativo, atender a la singularidad ¡neuronal! de cada alumno…

Todos estos conceptos ya han sido asimilados por muchos centros y profesores que organizan las horas lectivas de acuerdo con paradigmas muy poco convencionales. No son experimentos –ahí están los resultados– y en el fondo hasta nos resultan familiares porque responden a los mecanismos más básicos y sencillos con los que hemos aprendido desde que nacimos.

Lo saben muy bien los directivos y profesionales que participaron en la Sección Infantil de la Convención. Es precisamente en estas etapas donde se están extendiendo con mayor rapidez las innovaciones pedagógicas.