Solo hay futuro para los mejores

“Acade debe ser sinónimo de enseñanza excelente”. La frase es de Juan Santiago, desde hace tres meses presidente de la asociación, y resume no solo una filosofía sino también una necesidad. Durante las dos jornadas de la XIII Convención celebrada en Benidorm fue la idea más repetida: las escuelas privadas solo sobrevivirán diferenciándose, ofreciendo no solo más calidad sino también una identidad propia.

En palabras del propio Juan Santiago: “Nuestros alumnos deben sentirse especiales; nuestros centros deben ser competitivos, capaces de reinventarse cada día y de aprender constantemente”.

Además de un objetivo vocacional se trata de una cuestión de supervivencia. El presidente de Acade pide al Gobierno un cambio en el modelo de financiación educativa, donde la Administración otorga a los padres, y no al centro, el coste del puesto escolar en la enseñanza concertada, y citó fórmulas como el bono escolar o la desgravación fiscal de los gastos educativos, que “contribuirían de forma decisiva a promover la equidad en la elección de la Educación en España”.

Santiago aseguró que “las actuales políticas educativas están abocando al cierre de los centros privados y las consecuencias pueden ser dramáticas, con la destrucción de más de 75.000 puestos de trabajo, de los cuales cerca de 62.000 corresponden a profesorado”.

La Administración, por su parte, debe calcular el efecto sobre los presupuestos educativos, que se verían obligados a hacerse cargo los más de 800.000 alumnos de centros privados solo en los estudios reglados.

Pero no basta con aliviar el coste para las familias; los centros privados reclaman unos márgenes de actuación más amplios. Juan Santiago demandó, en este sentido, que la futura nueva ley de Educación reconozca explícitamente a los centros privados una mayor autonomía pedagógica, administrativa y de gestión “diferenciada del resto de redes, ya que no reciben financiación pública”.

Esta mayor libertad de movimientos permitiría al sector realizar proyectos innovadores, acordes a las necesidades de sus alumnos y a las demandas educativas de las familias: “En definitiva, se trata de desarrollar la disposición final primera, apartado 6, que ya recoge la LOE”.

Además de la exigencia de esa “autonomía pedagógica, administrativa y de gestión”, las conclusiones de la Convención recogen la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado que huya de los intereses políticos y que “permita trabajar en un entorno estable y ajeno a intereses partidistas”.

También se incluye como prioridad la lucha contra el fracaso, que en España alcanza las cifras más elevadas de los países de nuestro entorno, y una auténtica vinculación de la Formación Profesional y la universidad con la empresa, tal como señalan las directrices europeas.

Otro de los mensajes nucleares de Acade es el fomento de “la libre elección de centro en igualdad para todas las familias”, con fórmulas que les ayuden a sufragar el centro que deseen, sea privado, público o concertado.

Reconocimiento. Así se puede resumir otra de las conclusiones de la Convención: “Los centros privados pueden servir de referencia para subir el nivel medio de los alumnos españoles, tal como nos indican los informes internacionales como PISA”.

En cuanto a las opciones pedagógicas, se considera fundamental “evolucionar desde el actual modelo educativo basado en el logocentrismo hacia un modelo que desarrolle al máximo las habilidades y competencias de los alumnos”.

Los centros y escuelas infantiles forman un importante sector dentro de la asociación (Acade-Adeiv), y que preside Carmen Bardal. En las conclusiones de la Convención se defiende que “la universalidad del primer ciclo de Educación Infantil debe hacerse igualmente a través de la financiación a las familias; por el contrario, “los modelos actuales de gratuidad están poniendo en peligro la supervivencia de los centros de Educación Infantil privados”.