Leo Farache: “Hay un colectivo de padres que podemos denominar ‘terroristas”
Leo Farache es un converso dedicado a volcar toda su experiencia como ejecutivo de éxito en el mundo del marketing y la publicidad a la causa educativa. Empezó como director de Publicidad de la Cadena Ser en los 80 para luego transitar por prestigiosas agencias como Antevenio o Mas Cuota. Creativo y emprendedor, mantiene la chispa y el brillo en los ojos de todos aquellos que trabajan en el loco mundo de la publicidad. Ahora quiere dedicar el poder seductor de la comunicación a la noble causa de que familias y profesores trabajen juntos. Por eso, es duro contra esos padres o profesores “terroristas” que ven al otro como adversario al que destruir.
¿En qué consiste ‘El mejor colegio del mundo’?
—Es el resultado de una investigación entre casi 500 directores de colegios y jefes de Estudio dirigida por el sociólogo Enrique Domingo. Lo que se hizo fue preguntarles la relación que mantienen el colegio y la familia.
No deja de ser llamativa la virulencia con la que algunas veces se enfrentan padres a profesores
"¿Le parece que la relación familia-escuela es tan mala como parece?
Respuesta. —Más que mala, me parece mejorable. Se puede decir que hay un colectivo de padres y madres que, en terminología de marketing, podemos denominarles “terroristas”, porque dificultan esa relación, hablan mal del otro… Es muy mejorable porque hay que asentar las bases para que ambas partes se entiendan bien y puedan progresar.
¿Pero al menos han detectado una buena disposición por ambas partes?
—Tampoco se puede generalizar. No deja de ser llamativa la virulencia con la que algunas veces se enfrentan unos a otros. Y eso crea un clima nada favorable.
Padres y madres deben sentir y mostrar el sentimiento de pertenencia al colegio de sus hijos
"Desde su punto de vista, ¿cuál es el tipo de implicación que debería tener un padre o a una madre en la escuela?
—Debería tener una actitud positiva. Como si fueran propietarios del colegio de sus hijos, deben sentir y mostrar ese sentimiento de pertenencia. Por otra parte, también creo que es básico tener respeto hacia el profesor y, a la vez, saber que no todos los profesores son buenos ni lo van a ser jamás. Por principio, conviene colaborar con los profesores, no con aquellos que lo hacen mal, pero sí con los que tienen más dificultades. Se trata de que adoptemos buenas prácticas, como no hacer los deberes a tus hijos o no criticar a los profesores delante de ellos.
¿Y los profesores?
—Claro, todo lo anterior tiene que ser de mutuo acuerdo. Por ejemplo, sobre los deberes es importante que los profesores se organicen de forma que la carga de deberes pueda ser realizable por los chavales. Son cosas de sentido común que hemos recopilado en un documento con 11 puntos.
Cuando se abre la posibilidad de que la familia intervenga en la gestión, esta tarea se convierte en un imposible
"¿Qué son esos 11 puntos?
—Es el Pacto por la Educación en equipo, que se creó con las ideas de 16 expertos. Se proponen a familias yprofesores medidas de sentido común como coordinar la carga de deberes, mantener comunicación continuada a través de la tutorías, trabajar juntos en la erradicación del acoso escolar, etc. Este pacto después lo hemos extendido a las empresas para que también faciliten la colaboración familia-escuela. Se les otorgará un sello a cambio de que adquieran compromisos como facilitar a los empleados la asistencia a tutorías, al primer día de cole y a las actividades para famllias que organice el centro o facilitar el teletrabajo cuando el alumno no pueda asistir a clase por enfermedad.
Un tema controvertido. ¿Es partidario de la implicación de las familias en tareas de gestión del centro?
—En principio son los directores de centro los que saben ser directores de centro. A lo que aspiran las familias es a ser informadas y a respetar las decisiones del colegio. Cuando se abre la posibilidad de que la familia intervenga en la gestión, esta tarea se convierte en un imposible. Como ocurre en los hogares, la Educación democrática me parece que es un modelo difícil que hace infeliz a todos.
Al final no se puede relegar la formación de valores a una sola asignatura
"¿Podría destacar algún resultado positivo en la investigación?
—Por ejemplo, en ningún momento los profesores aspiran a decir: “No, es que la Educación de los alumnos es cosa mía”. Hay un acuerdo sobre que la Educación es cosa de todos. No se pueden hacer un colegio maravilloso si ambos no colaboran. Los profesores entienden que los principales transmisores de valores son o deben ser los padres, pero ninguno de los dos lo va a hacer bien si no están juntos.
¿Qué opina sobre la vuelta de Educación para la Ciudadanía?
—Creo que debería ser transversal y estar presente en todas las asignaturas. Al final no se puede relegar la formación de valores a una sola asignatura. Sin embargo, me parece muy acertado que finalmente la filosofía forme parte de manera plena del currículo de los colegios.