Señales que pueden ayudar a prevenir el suicidio en adolescentes
Lo recuerda la Fundación ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo en su página web, una advertencia que estos días cobra relevancia tras conocerse que la Policía Nacional está investigando las causas del suicidio de un menor de 16 años el pasado lunes en Madrid y si tiene algún tipo de relación con el acoso que, al parecer, sufría por parte de un compañero que ha sido detenido. Según ANAR, se tienen que dar un conjunto de comportamientos no habituales en los menores antes de la idea suicida.
Cambios de conducta y carácter, aislamiento social prolongado, tristeza, problemas de rendimiento y absentismo, autolesiones o intentos previos de suicidio, comportamientos impulsivos pueden ayudar a los padres a detectar esa idea del suicidio.
Para prevenir es importante hacer caso y dar importancia si el menor verbaliza el suicidio, validar sus emociones, evitar momentos de tensión familiar, tratar que esté acompañado el mayor tiempo posible o buscar ayuda psicológica.
Por otra parte, los protocolos contra el acoso escolar en los centros educativos deben activarse al menor síntoma de que se está produciendo un caso, recuerda la directora jurídica de la Fundación ANAR, Sonsoles Bartolomé. Sin querer entrar a hablar sobre un caso concreto, Bartolomé ha puesto el énfasis en la necesidad de seguir «pautas de prevención».
Los protocolos contra el acoso escolar en los centros educativos deben activarse al menor síntoma de que se está produciendo un caso
Según datos de ANAR, el 90% de los menores que sufren acoso tiene problemas psicológicos (ansiedad, depresión y miedo permanente), más de la tercera parte no se lo cuenta a sus padres y el resto tarda entre 13 y 15 meses de media en pedir ayuda. Al tratarse de menores, sus responsables, los padres, en cuanto tengan sospecha de algún tipo de acoso «se deben dirigir al tutor, al jefe de Estudios y al director para que se pueda abrir el protocolo de acoso».
En el caso de que un colegio o instituto no reaccione, el siguiente paso es acudir a la Inspección educativa y, en función de la gravedad, pedir la intervención de la Policía. No obstante, Bartolomé comenta que ir a la Policía puede ser «algo paralelo» a otras acciones en los casos graves.
Bartolomé recuerda también que todos los centros incluyen el protocolo contra el acoso en sus regímenes internos y además suele haber normativas propias en las comunidades autónomas.
Por otro lado, el servicio jurídico de ANAR resuelve por teléfono cualquier duda sobre derechos y deberes de los alumnos implicados en un caso, víctimas y agresores, terceros espectadores, tutores y centros. «Hay mucha información pero también desinformación», reconoce Bartolomé. «Cualquier situación de violencia, si se ataja pronto, produce un daño menor», enfatiza.
ANAR cuenta, entre otros servicios, con un chat y el teléfono 900 20 20 10 para niños y adolescentes y el teléfono 600 50 51 52 para familias y centros escolares.