Cristina Pérez Guillot: “Lo natural es el desarrollo bilingüe del aula, más que un número exacto de horas”
Cristina Pérez Guillot es la presidenta de Acles, la Asociación de Centros de Lenguas en la Enseñanza Superior que tiene como objetivos promover el aprendizaje y la docencia de las lenguas en el ámbito universitario y promover la estandarización de niveles de dominio idiomáticos. Junto a otras asociaciones de idiomas, ha apoyado la creación del Sello de Calidad que avala la calidad de la enseñanza bilingüe en los centros educativos. Pérez Guillot considera fundamental “asegurarse de que los programas bilingües no pierden calidad”.
¿Cuál es el nivel actual de inglés en los universitarios españoles?
—El nivel ha subido y también el interés por los idiomas y por la acreditación de competencias. Nosotros tenemos un test de nivel a la entrada a la universidad, y hace unos años la media era de un A2, solo algunos tenían un B1, mientras que ahora los niveles son superiores. Los alumnos ya no van a la universidad con tan bajo nivel de idioma y, sobre todo, tienen preocupación por las lenguas. Son conscientes de la necesidad del inglés y están empezando a estudiar una segunda lengua cuando ya consiguen acreditar el inglés.
Los estudiantes se mueven no solo por trabajo y estudios sino también por ocio, y la lengua les da independencia
"¿A qué cree que se debe esta mejora?
—Principalmente se debe a la empleabilidad y la movilidad. Los universitarios tienen ahora muchos medios para moverse, consiguen créditos de empresas para estancias en el extranjero, becas Erasmus, becas para másteres… Ellos se mueven no solo por trabajo y estudios sino también por ocio, y la lengua les da independencia.
También se exige en el mercado laboral.
—En las ferias de universidad estamos viendo, además, que las empresas exigen una acreditación de idiomas reciente. La mayoría de certificados no tienen una caducidad, pero sin embargo las empresas están pidiendo dos o tres años como máximo. También en las entrevistas de trabajo, muchas veces el idioma supone la fase eliminatoria antes de pasar a las siguientes. El alumno es consciente de que necesita el idioma en todas las áreas.
La desventaja que tenemos en España es que estamos menos expuestos a otras lenguas, por lo que nos cuesta más
"¿Cómo estamos en comparación con otros países europeos?
—Estamos llegando, pero la desventaja que tenemos en España es que estamos menos expuestos a otras lenguas, por lo que nos cuesta más. Sí es verdad que se va notando que la gente ve muchas series y películas en versión original y no tanto dobladas o la televisión en directo. De hecho los alumnos utilizan expresiones más coloquiales por la movilidad y por las series que ven.
¿Está bien planteado el bilingüismo en el sistema educativo?
—Para mí es una buena idea, porque todos nacemos multilingües, con una capacidad de expresarnos mucho mayor de la que después adquirimos. Al no exponernos a esa lengua, perdemos esa capacidad. Entonces, aprovechar la infancia para introducir otro idioma es básico porque el niño va a aprender muy fácilmente, y cuando llegue a edades más maduras no va a tener que hacer tanto esfuerzo. El esfuerzo lo hace el adulto que tiene que imitar cómo aprender de pequeño.
Me refiero más a los colegios bilingües. ¿Cuál sería el modelo?
—La naturalidad pasa porque se desarrolle el aula en inglés, de igual forma que cuando el niño empieza a hablar, empezando desde el nivel 0 y desarrollándose con naturalidad. No tiene sentido un número exacto de horas en inglés, sino el desarrollo bilingüe del aula con total naturalidad.
Se utiliza como propaganda, pero al final hay que asegurarse de que los programas bilingües no pierdan calidad
"¿Es partidaria de las asignaturas completas en inglés?
—Sí, ¿por qué no? Siempre que se cumpla lo que he dicho anteriormente, que se imparta de forma natural en el aula.
¿Y de un porcentaje concreto de asignaturas en inglés?
—Eso es más ley que práctica. Realmente, para considerarte bilingüe tendrías que estudiar más porcentaje en la otra lengua porque lo que estudies en español no lo vas a perder. Por tanto, si la línea que lleva el colegio es mayoritariamente bilingüe, debería tener un porcentaje más alto de la segunda lengua que de la primera, porque a la primera el niño está expuesto constantemente cuando sale del colegio y cuando está con la familia o los amigos.
¿Cree que hay mucho marketing detrás de todos los programas bilingües?
—Sí que se utiliza como propaganda, pero al final hay que asegurarse de que los programas bilingües no pierdan calidad. Por eso es tan importante el Sello de Calidad que ha creado la Asociación Enseñanza Bilingüe y que nosotros, desde Acles, avalamos.
Hay personas muy competentes en su asignatura, pero que pierden parte de esa competencia al tener que dar la clase en otro idioma
"¿Qué mide el Sello de Calidad?
—Mide todo, desde instalaciones, programas y currículum hasta todos los actores que participan –profesorado, personal de administración, directivos, clase política…–. La calidad pasa por todo el entorno educativo.
¿Se pierde calidad en la asignatura si no se imparte en lengua materna?
—No debería. Por eso medimos también la formación y el nivel idiomático del profesorado, porque hay personas muy competentes en su asignatura, pero que pierden parte de esa competencia al tener que dar la clase en otro idioma. Por eso es muy importante que el plan de bilingüismo incluya la formación docente.
No veo la utilidad de pasar un año aislado en el extranjero sin formación previa y sin continuidad
"¿Cómo valora los planes de las administraciones?
—Creo que la iniciativa ha sido buena, pero ha coincidido con una época de crisis económica mundial. Programas que estaban funcionando muy bien, económicamente son más caros y han podido resentirse.
¿Puede llegar a ser mejor una estancia en el extranjero que un programa bilingüe?
—Es que no es igual. Una estancia en el extranjera de un año, ¿quién pueda permitírsela? No puedes llegar a los mismos colectivos que si se implanta una línea bilingüe en el colegio a precio público. Además, esa fluidez que se pueda ganar en un año, después se puede perder si no se sigue con un programa de apoyo aquí, por lo que al final supone una inversión más. Tampoco veo la utilidad de pasar un año aislado en el extranjero sin formación previa y sin continuidad, que es como suelen irse nuestros alumnos. Distinto es el caso de los profesores, porque tienen una competencia lingüística previa, han impartido formación en otro idioma de una asignatura, se van un verano, un semestre o hacen intercambios y aprovechan la estancia, adquieren nuevos materiales, nuevas formas de dar clases, y sobre todo, son adultos. De todas formas, estas estancias pueden ser un complemento a los programas, no los sustituyen.