La OCDE recoge los efectos de la crisis en la formación en España
La formación de la población española en general ha mejorado en la última década, de forma que las personas con estudios que rebasan los obligatorios han pasado del 51,% en 2008 al 60,2% en 2018. Así se desprende del informe de la OCDE Education at a Glance 2019 que presentaban la pasada semana en la sede del Ministerio de Educación y FP el secretario de Estado en funciones, Alejandro Tiana, y la consejera especial del secretario general, directora de gabinete y sherpa de la OCDE, Gabriela Ramos.
Esta insistía en la visión positiva de la Educación en nuestro país –»Es la primera vez que la OCDE les trae buenas noticias»– e incluso la calificaba de envidiable en comparación con la de su país de origen, México.
Las buenas noticias vienen del lado del incremento del nivel educativo colectivo, en sintonía con el mantra de la OCDE de que solo la Educación puede blindar contra el desempleo y la precariedad: «La Educación sigue siendo la vía para mejorar la movilidad social y las perspectivas, incluso aunque sean cada vez más las personas con Educación Terciaria –Universidad y FP de Grado Superior–», aseveró Ramos.
La Educación sigue siendo la vía para mejorar la movilidad social y las perspectivas, incluso aunque sean cada vez más las personas con Educación Terciaria –Universidad y FP de Grado Superior–
"En España, que cuenta con un 44% de jóvenes entre 25 y 35 años con este nivel de formación, frente al 43% de la UE23, estos ganan un 57% más que quienes no cuentan con esta titulación, en línea con la OCDE y por encima del 52% de la UE. Además, la posibilidad de pasar más de un año desempleado se reduce en un 8%.
Alejandro Tiana atribuyó la mejora de la formación al relevo generacional, al hecho de que vayan entrando nuevas generaciones con menor déficit educativo que aquellas más envejecidas, que a su vez van saliendo.
La distancia con respecto a la OCDE y la UE es menor si se analiza la cohorte joven, de 25 a 34 años, en la que el porcentaje de españoles que tan solo tienen estudios básicos es del 32,3%, frente al 15% de la OCDE y al 13,6% de la UE. La tendencia en este sector es positiva, pero se ha ralentizado en la última década, de forma que solo ha descendido en un 2% frente al 4% que ha caído en la OCDE y la UE en el mismo periodo.
Por otro lado, existe una peculiaridad en nuestro país, relacionada con el sistema educativo pero muy vinculada con el sistema productivo: «La tasa de empleo en la población de 25 a 34 años en España es más baja que en la media de la OCDE y la UE, pero no así en aquellas personas con menos cualificación, donde el desempleo es menor en comparación. De esta forma, los más perjudicados por la crisis no han sido ni aquellos con menor nivel de formación ni aquellos con mayor nivel de formación. Han sido aquellos con un nivel intermedio quienes más han visto desaparecer sus oportunidades laborales», explicó Tiana.
La OCDE presenta a España como uno de los países en que la crisis de 2008 más afectó a la inversión en Educación, tanto en etapas preuniversitarias como en etapas universitarias.
Así, en un periodo en que no hubo una gran oscilación en el número de alumnos en las primeras, en la OCDE el gasto en Educación se incrementó en un 5%, lo que se tradujo en un aumento del 5% en el gasto por alumno por norma general, aunque este alcanzó un 20% en Chile o Israel.
España constituye una excepción y se trata del único país, con Irlanda y Eslovenia, en que en este periodo aumentan los estudiantes pero se reduce el gasto en Educación. Como consecuencia, el gasto por alumno se redujo en un 4%.
En cuanto a la Educación Terciaria, en la media de la OCDE el gasto aumentó en un 9% entre 2010 y 2016, mientras que los alumnos fueron un 3% más, dando lugar a un incremento medio de un 8% en el gasto por alumno. No en España: «Entre 2010 y 2016 el gasto cayó un 3% mientras que el número de estudiantes creció un 14%. Además, el precio de las matrículas para las licenciaturas aumentó un 60% entre los cursos académicos 2007-08 y 2017-18», relata a MAGISTERIO Gara Rojas, analista de la OCDE.
El descenso del gasto vino acompañado de un mayor peso de la financiación privada. «La proporción del gasto privado crece de media en los países de la OCDE en un 3%, pero en España crece en un 7%, en un 5% en el caso de la Educación no Terciaria», señala Gara Rojas. España, por tanto, fue, con Australia, el país en que más aumentó de media el gasto privado en Educación en este periodo.
En Educación Primaria, mientras que existen países como Noruega o Suecia en que toda la financiación es pública, España se sitúa con Chile, Colombia, México y Turquía entre aquellos en que más del 15% es privada.
En cuanto a la Terciaria, entre 2010 y 2016 los fondos públicos se redujeron en un 5%, lo mismo que aumentaron los privados.
Alejandro Tiana resaltó que en nuestro país de Primaria a Terciaria la principal fuente de financiación es la pública –80%, frente al 83% de la OCDE y al 87% de la UE– y atribuyó a los «costes adicionales dentro del sistema», por ejemplo, el mayor gasto de las familias en actividades extraescolares, el aumento del gasto privado en Primaria y Secundaria.
España sigue manteniendo un último rasgo: un salario inicial de sus docentes superior a la media. Pese a que la distancia se ha rebajado en la última década, estos están cerca de 10.000 dólares por encima. «Pero la diferencia se reduce a los 3.000 dólares en un profesor con 15 años de experiencia», constata Gara Rojas. En España, la mejora salarial que introduce la experiencia no llega a los 10.000 dólares, frente a países como los Países Bajos donde supera los 30.000 dólares más en los primeros 15 años de ejercicio.
Desmontando el mito de los ninis
«La tasa de desempleo en España es de las más elevadas de los países de la OCDE independientemente del nivel de estudios. Pero la Educación ayuda a proteger del desempleo: mientras que los adultos que no tienen la ESO se enfrentan a tasas del 21%, solo superada por Grecia y la República Eslovaca, los que sí la tienen la ven bajar hasta el 14% y los que tienen un título de Educación Terciaria, al 8%», comienza la analista de la OCDE Gara Rojas, que reconoce que esta, la tasa de desempleo, es el dato «menos positivo» para España.
Una lacra que afecta especialmente a los jóvenes. Si en la media de la OCDE un 1,5% de los que no están estudiando han estado desempleados más de un año, en España el porcentaje supera el 3%.
Sin embargo, Rojas matiza: «Vemos que para la media de los países de la OCDE la mayoría de mujeres que no están ni empleadas ni cursando ningún tipo de Educación o formación –NEET en inglés, ninis en español– están inactivas, es decir, han dejado de buscar empleo, frente a la mayoría de hombres del mismo colectivo que están desempleados. Esto no es así en España, donde la mayoría de hombres y mujeres entre 18 y 24 años de este colectivo están desempleados –52,4% de mujeres y 65,4% de hombres frente al 31,6% y 49,5%, respectivamente, de la OCDE–, lo que evidencia que estos jóvenes están activamente buscando empleo». En la misma línea se expresaba Tiana: «Querría deshacer la idea de que los ninis no quieren trabajar. El problema es que no encuentran ese trabajo. Del 20,2% el 12% están desempleados y el 8,2% inactivos. En la OCDE, la tasa de inactivos es del 8,6% y en la UE, del 7,3%».
En España entre 2008 y 2018 se ha producido un trasvase «por efecto de la crisis y la restricción del mercado laboral», con un 15,5% más de jóvenes estudiando y un 19,7% menos de jóvenes trabajando.
Matricularse en la Privada, cuatro veces más caro
«Un desequilibrio entre financiación privada y pública puede conllevar problemas de equidad, especialmente a nivel Terciario, al que algunos jóvenes pueden desistir de acceder. Para ayudar a los alumnos potenciales hay diversas medidas que los gobiernos pueden fomentar, desde becas a préstamos con características especiales –por ejemplo, permitiendo su devolución al acabar los estudios y obtener unos ingresos superiores a una base–», explica Gara Rojas.
El informe de la OCDE, que analiza en sus casi 500 páginas la evolución de sus 36 estados miembros, sitúa a España junto con Italia, Francia, Bélgica o Suiza entre los países con tasas no demasiado elevadas, pero con sistemas poco desarrollados de apoyo a los estudiantes, de los que se benefician menos de un 45% de ellos.
Por otra parte, destaca la gran variación existente en las tasas de matriculación más caras y más baratas para un grado o equivalente en nuestro país, el que mayor brecha registra en este apartado: de 900 a 12.100 dólares. Y resalta, asimismo, la gran diferencia de precio en España entre lo que cuesta una licenciatura y un máster, incluso en una misma universidad pública, hasta un 50% más.
En España la mayor demanda de Educación Terciaria ha venido acompañada del nacimiento de nuevas universidades privadas, de forma que el 33% de la inversión en este nivel procede hoy de proveedores privados, frente al 32% de la OCDE y el 24% de la UE.
En España, como en la mitad de los países de la OCDE, el precio de las matrículas para las licenciaturas se incrementó más de un 20% en la última década. Además, las matrículas cuestan hasta cuatro veces más en las instituciones privadas que en las públicas. Solo Italia (tres veces más) e Israel (el doble) se le acercan.