Carlos Gimeno: “Con EH Bildu no se ha pactado nada, ni tenemos contactos en el ámbito educativo”
Ninguno de los dos salimos satisfechos de la entrevista porque nos enzarzamos más con cuestiones ideológicas y políticas que educativas. De hecho, nos emplazamos a otra… No somos del todo culpables porque, lamentablemente, la Educación navarra de los últimos años ha estado demasiado teñida por lo político, lo identitario y lo ideológico: EH Bildu, euskera, Skolae… Por lo demás, agradecer la amabilidad del consejero que se acercó a nuestra redacción.
¿Qué grado de independencia tiene el consejero de Educación por el tipo de Gobierno que se ha tenido que formar?
—No se ha negociado nada con EH Bildu, no se ha pactado nada, ni programado nada, ni se tienen contactos en el ámbito educativo. En contra de los mensajes que se han enviado desde algunos medios.
¿Por qué se abstuvo EH Bildu entonces?
—Ellos tendrán sus motivos. Cada grupo parlamentario sabe administrar su capacidad de influencia, pero desde luego nunca ha habido un pacto con EH Bildu ni para el Gobierno de Navarra, ni para establecer un acuerdo programático en Educación.
Y con sus socios de Gobierno, ¿se sienten cómodos?
—Hay un acuerdo programático con el que yo, como consejero del Partido Socialista, me siento muy cómodo. Creo que es un acuerdo a favor de la escuela pública, de la coeducación, de la distribución equilibrada de los más desfavorecidos… Pone en valor la Formación Profesional y la escuela rural. Un acuerdo que va a poner orden en el programa de aprendizaje de inglés, una cuestión de la que Navarra no se ha ocupado y nos preocupa.
Hablando de idiomas, ¿tienen un pacto sobre el euskera?
—Las actuaciones en torno al euskera se enmarcan en la ley del 86. Se trata de una lengua propia que hay que divulgar en el ámbito de la progresividad, la gradualidad y el respeto. En este sentido, las familias que quieran enseñanza en euskera la tendrán y las otras, no. Dependerá de la libertad de las familias.
¿Es que piensa que en la legislatura anterior se fue demasiado lejos en esa promoción del euskera?
—Es una cuestión de sensibilidad. Yo puedo hablar por mi rol de portavoz en la anterior legislatura. Se hicieron actuaciones que no iban a favor de la escuela pública, que no estaban en consonancia con lo que llamamos igualdad de oportunidades, pero yo prefiero poner el foco en el futuro. Ahora se ha pactado que no haya ninguna arbitrariedad.
“No se ha negociado nada con EH Bildu, ni se ha pactado nada, ni se tienen contactos en el ámbito educativo”
¿Se perjudicó a la escuela pública por motivos ideológicos?
—Bueno, había una visión de que en las zonas rurales era más complicado estudiar euskera. Sin embargo, nosotros pensamos que los derechos lingüísticos de los alumnos sí están asegurados porque están asentados en un principio educativo de sectorización y hay centros de referencia del modelo D [enseñanza solo en euskera]. Y en aquellos lugares donde no se obtenga una ratio mínima podrán estudiar en el modelo que decidan las familias, según lo que dice la ley.
Es inevitable tener que hablar de otro tema controvertido, Skolae [programa escolar de igualdad de género]. ¿Es ideología de género como dicen?
—La ideología de género es un concepto más político que social que algunos utilizan para defender políticas educativas que nosotros no compartimos.
¿No hay un cierto enfoque paternalista que invade las competencias de las familias?
—Basta salir a la calle y ver los problemas de violencia de género que tenemos. Desde algunos sectores quieren ver la igualdad de género como una ideología y no, es un concepto educativo. Estamos buscando fuentes formales que no invadan conceptos morales y religiosos. No podemos confundir la moralidad con la igualdad. Son ámbitos diferentes.
Veamos ejemplos. ¿Cree que es bueno que los alumnos elijan su orientación sexual?
—Yo creo que es bueno para cualquier persona. Los condicionantes de género no nos llevan a ningún sitio. Cada cual debe tener el objeto de deseo que considere oportuno. Es su proyecto vital, independientemente de su educación, su cultura, su credo, su situación personal o funcional.
¿Por eso el programa no habla de “amor” sino de “amores”?
—Hablar de amores es hablar de libertad, de diferentes orientaciones.
“[Desde Skolae] buscamos fuentes que no invadan conceptos morales o religiosos”
He leído que quiere que el programa sea obligatorio en la Concertada, ¿es así?
—Sí, esa es mi posición.
¿No le parece que Navarra ha perdido el protagonismo educativo que llegó a tener por enfocarse en cuestiones más ideológicas o identitarias como estas?
—Yo creo que Navarra es una comunidad muy, muy diversa y, en ese sentido, tiene que conjugar una programación general de la enseñanza con muchos modelos lingüísticos, lo cual enriquece y es un valor cultural y educativo. Esta legislatura es el momento de que la escuela pública sea de excelencia, que esté basada en la equidad y que sobre la base de la calidad, podamos introducir toda la diversidad lingüística que hay.
¿Quizá se invirtió el orden de prioridades?
—Sí, yo creo que hay que establecer un proyecto educativo amplio y plural que tenga a la escuela pública como base y, a partir de ahí, instrumentalizar todo tipo de políticas educativas que recojan la diversidad de Navarra, que es mucha.
¿Quiere volver a poner a Navarra en su sitio?
—Yo creo que la escuela pública ahora tiene que ser la mejor, una referencia, y por eso vamos a trabajar estos cuatro años. Yo no quiero usar la Educación para ningún objetivo político, de hecho en mi equipo no hay gente de partido. Es muy plural.
Habla todo el rato de la Pública, ¿qué papel juega la Concertada?
—Tienen que compartir la responsabilidad social de escolarizar a todo el alumnado y lo que me gustaría como consejero es que se redujera esa fragmentación que hay entre los centros.
“Todos los centros sostenidos con fondos públicos deberán hacer reserva de plazas para alumnos de exclusión”
¿Cómo van a hacerlo?
—Estamos en los primeros esbozos, pero queremos tender hacia el modelo aragonés, es decir, poner fases no solo en el periodo ordinario de matriculación sino en el extraordinario, fuera de plazo. De modo que todos los centros sostenidos con fondos públicos tengan una reserva de plazas para los alumnos de exclusión. También queremos ver qué pasa con las cuotas o donaciones que pagan las familias.
En Aragón hubo bronca...
—Lo sé. No queremos crear conflicto, queremos hacerlo de forma cómoda, cálida.
Por cierto, ¿habría que traspasar a los alumnos de centros de Educación Especial a ordinarios?
—Sí , hay que ir en esa línea.
¿Desaparecerán los centros de Educación Especial?
—Ojalá pudieran desaparecer. Pero hay que respetar la libertad de las familias. Mi prioridad como consejero es que la escuela pública sea muy escogida porque funcione y trabaje muy bien. Para conseguir que las familias la elijan. Sin ir contra la libertad de elección.