Las paredes del aula
Tradicionalmente el aula se ha entendido como el espacio en el que deben estar los alumnos para “recibir los contenidos” y poder aprender. Por ello se visten con mapas, pósteres y lienzos motivacionales para que cada estudiante tenga estímulos visuales y pueda absorber la mayor cantidad de información posible.
De este modo, cuando a un alumno se le ha castigado fuera del aula, uno de los objetivos (consciente o inconscientemente) de dicha sanción era privarle del aprendizaje. Personalmente considero que esta respuesta va en contra de toda labor educativa. En las sanciones tiene que haber una finalidad de reparación y de que el alumno pueda mejorar, comprendiendo los aspectos en los que debe cambiar.
El aula debe ser un espacio que nos ayude, pero no deberíamos ser esclavos de sus paredes. El mejor lugar para aprender puede ser el pasillo, el recreo, la calle, el suelo… Diseñemos actividades y proyectos donde los alumnos tengan libertad de movimiento, y no consideren el aula como una celda, sino como un espacio en el que aprender en libertad.