David Serrato: “Un joven desarrolla su talento a través de la gestión emocional”
La adolescencia es una de las etapas seguramente más apasionantes y complejas de nuestra vida. Tal y como explica David Serrato, profesor y coach, “estamos frente a una época donde debemos empezar a definir ya con cierta consciencia quiénes somos y qué queremos. Una época de inseguridad con una intensidad emocional muy alta, un tiempo donde todo lo que sentimos nos llega amplificado en dolby surround, así las alegrías nos vuelven locos y lo que no sale como esperamos, se puede convertir en un auténtico drama”, explica.
La orientación de padres y educadores en esta época “donde nos sentimos profundamente vulnerables y expuestos, donde no confiamos demasiado en lo que somos, es fundamental para el futuro éxito de la persona en la sociedad que nos toca vivir. Para poder triunfar y tener una vida realizada en esa sociedad, será fundamental poner nuestros talentos al servicio de los demás”, sostiene Serrato. El profesor participa durante esta semana en la segunda edición del Congreso Virtual Convivir con un adolescente. Misión imposible, que se emite de forma gratuita y en el que está aportando todas las claves posibles para solucionar las cuestiones planteadas con los adolescentes, con el objetivo final de ayudar a reconocer y desarrollar su talento.
“El problema del que hablo –manifiesta Serrato– es que el talento de un joven es algo que se desarrolla desde su conexión con el interior, desde su propia gestión emocional, y para eso hace falta saber ir hacia uno mismo. Y queridos amigos, el sistema educativo que nos rige, no se preocupa de esta parte”, advierte el profesor.
Aprendemos muy poco de qué hacer con nuestra gestión emocional o encontrar aquellos talentos dentro de nosotros
"La clave para el éxito educativo y personal –recuerda el experto– “la podemos encontrar en el templo de conocimiento griego de Delfos, donde aparece una inscripción: ‘Nosce te ipsum’… Conócete a ti mismo. Y creo que, tras varios años de experiencia educativa, donde he podido impartir clases en Primaria, ESO, universidad… este concepto o no se toca, o se pasa muy sutilmente por encima del mismo”, reflexiona.
“Aprendemos Lengua para hablar con los de fuera, Mates para contar lo que hay fuera, Historia para saber qué pasó fuera, Conocimiento del Medio para ver cómo crece y funciona lo de fuera… Todo hacia afuera, y muy poco de qué hacer con nuestra gestión emocional o encontrar aquellos talentos dentro de nosotros que deseamos poner al servicio de la comunidad para sentir realización y que nos comemos el mundo”, explica el experto en Educación.
Los sentimientos al fracasar en un examen, al no tener un grupo de amigos, al ser dejado por el primer amor, al estar en un deporte y perder, al dar un concierto del conservatorio y sentir que se cumplen las expectativas de los padres o no se resuelven con las Matemáticas o la Historia, necesitan de otro tipo de conocimiento y Educación.
Lo único que nos permite quizá ir un poco hacia adentro, son las llamadas asignaturas marías, donde los chicos pueden conectar con su esencia
"“Lo único que nos permite quizá ir un poco hacia adentro, son las llamadas asignaturas marías donde los chicos se pueden expresar a través de la Educación Física, la Música, las Artes Plásticas, el Dibujo… materias donde he observado que podrían conectar con su esencia, sus emociones y expresarlas de una manera auténtica”, reflexiona.
“Entiendo que las ciencias son necesarias, sin duda, pero lo siento, yo nunca he expresado gran emoción resolviendo una ecuación o haciendo una raíz cuadrada. Pero incluso aunque sean talentosos en estas materias marías no se lo valoraremos demasiado, ya que las importantes son las otras, que para ello se le dedican muchas más horas”, asevera.
“Después de navegar años por los sistemas educativos reglados –matiza– sin duda cambiaría muchas cosas, pero no es el tema que hoy nos ocupa, y como las reglas son las reglas, sacaremos todo el partido del contexto que vivimos. Como diría Darwin, ‘no sobrevive ni el más fuerte ni el más inteligente, sobrevive el que mejor se adapta’, así que adaptémonos para triunfar”, aconseja.
“Una vez que queda claro que el sistema educativo tradicional no se va a molestar demasiado en la individualidad, ya que hay definido un sistema por el que todo el mundo debe pasar te guste o no, nos damos cuenta de la enorme responsabilidad que tenemos como padres y educadores de ayudar a las próximas generaciones en entrar en su mundo interior, para condenarlos al éxito, al saber gestionar y entender sus talentos”, advierte.
La motivación de ayudar sea suficiente para que los padres crezcan en este ámbito de mirar hacia adentro
"“El siguiente problema que he observado, tanto en grupos como en sesiones individuales de trabajo, es que a un adulto le cuesta mucho ayudar a los adolescentes en este campo, porque no sabe hacerlo con él o ella misma, y amigos, es muy complicado dar lo que no se tiene. Así que espero que la motivación de ayudar sea suficiente para que los padres crezcan en este ámbito de mirar hacia adentro para ser coherentes en la forma de actuar entre nuestros talentos, lo que sentimos y lo que hacemos”, desea el profesor.
A los adolescentes –recuerda– “hay que ganárselos, y eso se puede hacer comprándolos, que suele salir caro, o dándoles tiempo de calidad y atención para que puedan ser ellos mismos, a mí personalmente, me gusta más esta última”.
Antes de concluir, el experto recuerda la importancia de hablar: “Háblale de tus cosas en contextos donde estén tranquilos y a ser posible ociosos (no hace falta profundizar demasiado en tus temas, pero si sobre cómo te hace sentir eso). Recuerda que tú eres su patrón, si tú no manifiestas lo que sientes, ¿por qué narices tendrían que hacerlo ellos? Por esto muchas veces no te escuchan, están demasiado ocupados viendo qué haces y sientes”, advierte.