fbpx

Aprender a maravillarse

Jorge Burgueño
Escritor y maestro
16 de diciembre de 2019
0

Hace poco tuve la oportunidad de volver a la Ciudad Eterna, uno de los sitios con más historia y encanto del mundo. Eso sí, era la primera vez que iba en invierno. De esta manera, pude contemplar un espectáculo de la naturaleza que mantuvo activas las cámaras de los turistas durante un buen rato: varias bandadas de cientos de miles de pequeños pájaros oscuros (estorninos) volando en perfecta sincronía, a grandes velocidades y formando fluctuantes figuras geométricas en el cielo.

Al parecer van buscando el calor de la ciudad en el frío invierno y les puede servir de protección contra posibles depredadores. El curioso comportamiento de estas aves me trajo a la memoria uno de los aspectos incluidos en el desarrollo de la llamada inteligencia espiritual: la capacidad de asombro y contemplación.

El curioso comportamiento de estas aves me trajo a la memoria uno de los aspectos incluidos en el desarrollo de la llamada inteligencia espiritual: la capacidad de asombro y contemplación

El asombro, dice la divulgadora educativa Catherine L’ Ecuyer, es no dar el mundo por supuesto. Habría que asombrarse admirando las cosas como si fuera la primera o la última vez que las viéramos. Este “fascinarse” ante lo que percibimos lleva a desarrollar la capacidad de, más incluso que disfrutar, contemplar con trascendencia las maravillas que se nos ofrecen en este mundo: los espectáculos naturales producidos por los estorninos, los frescos de la Capilla Sixtina o la música de una orquesta de cámara.

0
Comentarios