Comunicación fluida
Casi sin darnos cuenta se ha producido un cambio de paradigma en la forma en la que los profesores nos comunicamos con las familias. Aún recuerdo cuando era alumno, y tanto mis padres como los de mis compañeros apenas tenían contacto con mis maestros, una vez al año como mucho para que comentaran la evolución del alumno, en dos o tres ocasiones si había que realizar un seguimiento más exhaustivo.
Hoy el asunto es bien distinto. El crecimiento de las plataformas digitales, el desarrollo tecnológico y el aumento del uso cotidiano de las redes sociales hace que, personalmente, tenga mayor comunicación con algunas familias que con mi propia madre.
El crecimiento de las plataformas digitales, el desarrollo tecnológico y el aumento del uso cotidiano de las redes sociales hace que, personalmente, tenga mayor comunicación con algunas familias que con mi propia madre
Soy un férreo defensor de la comunicación fluida con las familias, considero que es necesaria para comprender los comportamientos y las dinámicas de nuestros alumnos, y además como expertos educadores, podemos aportar nuestro particular punto de vista a los padres para conseguir una coordinación adecuada entre el colegio y el hogar.
Ahora bien, podríamos intentar buscar el aurea mediocritas (dorado término medio) aristotélico, en el que un mayor dinamismo en la relación entre familia y escuela de lo que teníamos antaño fuese compatible con una pizca de sobriedad en las comunicaciones de hoy, para lograr con mayor acierto el objetivo principal: el desarrollo adecuado de sus hijos y nuestros alumnos.