‘Learning to be’ revela la importancia del desarrollo emocional a edades tempranas

Los alumnos españoles de 9 a 11 años son más propensos a desarrollar habilidades socioemocionales más altas en las aulas (afecto y preocupación por los demás, toma de decisiones responsables, potenciación de relaciones positivas o el manejo de situaciones difíciles) que los que se encuentran en el rango de edad de 12 a 15 años.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio experimental realizado en el marco del proyecto europeo Learning to be, en el que han participado más de 120 colegios y una comunidad educativa de más de 3.000 personas pertenecientes a seis países europeos.

El estudio, que se presentó el pasado 9 de enero en el Campus de Sevilla de la Universidad Loyola, demuestra también que el aprendizaje emocional y social mejora el bienestar, el comportamiento y los resultados académicos de los niños. De esta forma, los responsables del proyecto recomiendan que “las políticas y programas escolares enfaticen la importancia del conocimiento socioemocional en los estudiantes desde el comienzo del currículo escolar”.

Bajo la dirección de los profesores Francisco Cuadrado e Isabel Benítez, ha trabajado en Learning to be un amplio equipo de investigadores y profesores de la Universidad Loyola, pertenecientes a  áreas como Educación, Psicología y Comunicación de la misma universidad. Estos profesionales han colaborado con investigadores de universidades e instituciones de otros cinco países europeos: Finlandia, Italia, Lituania, Portugal y Eslovenia. El proyecto ha contado con financiación de la Unión Europea a través del programa Erasmus+.

Los estudiantes españoles obtienen puntuaciones más bajas en autogestión y conciencia social, con lo que se deriva la necesidad de implementar programas que se centren en desarrollar dichas habilidades. Asimismo, la autoestima disminuye considerablemente a partir de los 12 años, otra variable socioemocional que debe considerarse en la vida diaria del alumno como una parte importante de su desarrollo.

Con respecto al género, el estudio demuestra que los chicos informan de un mayor número de experiencias relacionadas con el bullying y dificultades en el centro escolar, que las chicas. En ese sentido, los responsables del informe recomiendan “prestar especial atención a las competencias sociales y emocionales, creando un ambiente acogedor para los padres y la comunidad en general”, y se subraya la importancia de crear hábitos para trabajar el aprendizaje socioemocional desde edades tempranas.

Igualmente, indican la necesidad de “reforzar la investigación extendida en este ámbito y desarrollar y probar programas de aprendizaje social y emocional enfocados en maestros, estudiantes y administradores de los centros, quienes desempeñan un papel fundamental en la implementación efectiva y la sostenibilidad de estos programas”.

Finalmente, los investigadores han comprobado que el aprendizaje social y emocional es medible y las evaluaciones deben ser formativas para mejorar continuamente la calidad de la instrucción y la integración sistemática en las escuelas.

Con esos resultados, el equipo de investigación elevará un informe a la Unión Europea proponiendo políticas educativas que recojan estas propuestas y contemplen el aprendizaje socioemocional como un valor central de los futuros planes educativos. La mejor perspectiva del aprendizaje y la enseñanza que ofrece el estudio permite también lograr un desarrollo más saludable del estudiante, así como fomentar relaciones más positivas en las escuelas, creando entornos más favorables para el aprendizaje y el desarrollo de los alumnos.