Educación cívica y humana
Los excepcionales acontecimientos que estamos viviendo como consecuencia de la pandemia del Covid 19, habiéndose creado una alarma social excesiva y progresiva, y que ha llegado a su culmen –o eso esperamos– a lo largo de la última semana en nuestro país y en el resto del Mundo, me lleva a mirar la realidad que estamos viviendo tratando de describir la misma con sus matices.
Conforme han ido avanzando los últimos siete días, las calles y los lugares públicos de nuestro país se han ido quedando cada vez más solitarios, con menos gente transitando por el espacio público común. La alegría y el dinamismo de las urbes y de los pueblos españoles han ido mermando, normal dadas las circunstancias.
Sin embargo, salvo minoritarios casos que cualquiera de nosotros ha podido observar y comprobar en sus localidades de residencia, la mayoría de las personas nos estamos comportando una vez más de forma responsable, incluso antes de que las autoridades competentes fueran decretando las sucesivas medidas de toda índole a implementar (salud pública, movilidad, acceso a los servicios públicos y sanitarios, acceso a los puntos de abastecimiento de alimentos y otros bienes de primera necesidad, cuestiones laborales durante este tiempo,…).
Por poner un ejemplo que hemos vivido el pasado sábado 14 a la hora de hacer la compra de unos víveres básicos para estos días, al acceder al supermercado y al mercado de abastos, la mayoría de los hombres y mujeres respetan las distancias de seguridad y protección, así como las imprescindibles medidas de higiene pública. Otro aviso: no se caiga en la histeria por desabastecimiento de bienes de primera necesidad, porque salvo algunos en momentos puntuales, no está siendo así la norma general ni tampoco va a suceder en el tiempo venidero.
Salvo minoritarios casos que cualquiera de nosotros ha podido observar y comprobar en sus localidades de residencia, la mayoría de las personas nos estamos comportando una vez más de forma responsable
En ese sentido, tengamos presente que toda la cadena alimentaria de nuestro país como de la mayoría de las naciones de nuestro entorno, sobre todo la UE y Norteamérica, desde hace décadas está sometida a unos rigurosos controles sanitarios en todas las fases de su fabricación y distribución. Por citar un supuesto, los equipos de veterinarios están en los puertos de mar cuando llegan los barcos con sus cargas de pescados y mariscos a aquéllos. Se someten a nuevos controles en las lonjas donde los exportadores compran esas partidas, y luego son sometidos a otras inspecciones en los mercados centrales (Mercamadrid, Mercasevilla, ….). Y por último incluso ya en cualquier pescadería puede presentarse un veterinario a revisar la mercancía a la venta. Lo dicho para ese sector se puede aplicar para el resto de la cadena alimenticia. Por tanto, bueno es que sigamos manteniendo la calma y la tranquilidad, la confianza y la serenidad, cuando cualquier día de las próximas semanas vayamos a hacer la cesta de la compra.
Siguiendo con el análisis de esa realidad, durante estas jornadas podemos comprobar cómo los propios minoristas en sus tiendas de abastecimiento o los supermercados están ayudando con nuevas medidas que han establecido las autoridades, para que entre todos colaboremos a preservar la salud pública, la salud de todos. Así por ejemplo ya es habitual verles darnos la vuelta de nuestra compra usando el personal guantes, bandejas para dejar y recoger el dinero, o manteniendo las distancias de seguridad en las colas.
También al menos quien esto escribe así lo vive, los vecinos cuando tenemos que salir a las calles para las gestiones básicas, mantenemos esa distancia de protección pública. Y en todo este discurrir de estos primeros días, como anécdota singular comentar que en concreto el pasado sábado estando haciendo la compra en el supermercado, una mujer entorno a los 50 años, ataviada con su mascarilla y guantes pertinentes, cuando fue a coger un producto de la estantería literalmente se metió debajo del brazo de mi pareja no respetando esas medidas de prevención. Con sensatez, con mano izquierda, y con una sonrisa cuando se den ese tipo de episodios lo que tenemos que hacer es indicarlo a la persona que tenga ese desliz, para que rectifique y lo tenga presente para futuras situaciones hasta que superemos este problema humano y social que a todos nos afecta. Seguro que con la colaboración de todos y cada uno, lo vamos a superar.
Para concluir esta meditación, apuntar la gratitud de la mayoría de hombres y mujeres de nuestro país o de Italia a todo el personal sanitario de ambos países. Una muestra más del comportamiento ejemplar que la mayoría de los seres humanos llevamos a cabo. También un claro botón de cómo dos países hermanos europeos, con lazos comunes centenarios, y que comparten muchos usos y costumbres de la cultura mediterránea, europea y occidental, somos capaces de actuar como sociedades y pueblos responsables y vertebrados una vez más ante las adversas circunstancias, y de hacerlo con dosis de audacia y alegría frente a un escenario sombrío. Que tomen nota los demás Estados europeos en exceso imbuidos por el materialismo financiero y superficial, y que vienen sus gentes a nuestras costas y urbes y pueblos del interior a disfrutar de todo lo que les ofrecemos y de esa felicidad que les irradiamos.