Las funciones ejecutivas: atención y concentración
El cerebro funciona por áreas interconectadas unas con otras. En una conferencia ofrecida por Chema Lázaro, profesor de Neuropsicología y Educación, sobre funciones ejecutivas a la que acudió el periódico MAGISTERIO, el experto comparó el cerebro con un barco.
El motor lo conformarían las regiones límbicas, es decir, las regiones emocionales, las cuales hacen que el barco funcione. No obstante, las encargadas de guiar ese barco son las llamadas funciones ejecutivas que se encuentran en el lóbulo prefrontal, última parte del cerebro en madurar. “Estas funciones se caracterizan por ser de carácter voluntario e implicar acción. Al igual, son entrenables y claramente mejorables”, detalló Lázaro.
Durante todo el proceso de aprendizaje está presente la memoria de trabajo. Envolviendo todo el desarrollo, está una de las grandes operaciones cognitivas: la metacognición, la cual es muy compleja de trabajar y de asimilar. “Entraría dentro de lo que se conoce como la cultura de pensamiento, es decir, hacer visibles los procesos de aprendizaje para que el aprendiz tome consciencia de ellos”, explicó Lázaro.
“Al igual –continuó– nos encontramos con dos paquetes de funciones. Por un lado, las encargadas de iniciar el proceso de aprendizaje son la concentración, la autorregulación y el control emocional. Por otro lado, están las que se encargan de gestionarlo y serían la inhibición, la elección de metas, la planificación, la perseverancia y la flexibilidad cognitiva”. No obstante, el experto recalcó que, aunque unas inicien y otras gestionen, todas están relacionadas con todas.
La atención es un proceso cognitivo fundamental para las fases de codificación de la información. Por otro lado, se encuentra la atención ejecutiva, es decir, la concentración, que es primordial para focalizar en la actividad.
A la hora de hablar de atención, Lázaro explicó que, hoy en día, se habla de un conjunto de procesos atencionales del que forman parte los sistemas de alerta en el que el estímulo sobresale de lo normal para ayudar a focalizar.
No obstante, es muy limitada y de carácter voluntario. “Según los estudios, la atención de alerta dura en torno a ocho segundos y un minuto, es decir, si tu quieres que tus alumnos te presten atención durante la clase, hay que olvidarse de comenzar contando cosas irrelevantes”, aseveró.
La idea es clara: hay que empezar con acciones que estimulen la parte cognitiva. “Al cerebro –prosiguió Lázaro– le ayuda a recordar la información, principalmente, todo lo que tiene que ver con lo emocional, con la supervivencia física o cultural y los intereses personales. Esas son las formas de activar el fuego”.
Para Lázaro, cuando se habla de concentración es importante tener presente una sencilla premisa: lo bueno, si breve, dos veces bueno. “Para trabajar la concentración, hablamos de unos tiempos medios de entre 19 y 22 minutos. Por lo tanto, las materias se tienen que organizar teniendo en cuenta el mayor funcionamiento de esta atención ejecutiva”, explicó. En este sentido, el experto aludió a las investigaciones de Hermann Ebbinghaus que hablan del efecto de primacía y de recencia.
Las correcciones mecánicas al inicio de las clases no aportan ningún valor. Tienen que ser útiles para el aprendizaje
"“Se recuerda mucho mejor la información al inicio y al final, con lo cual, al inicio tenemos que hablar sobre lo importante. Si queremos hacer una corrección está bien, pero tiene que ser una corrección que valga la pena para el aprendizaje. Las correcciones mecánicas y automáticas aportan cero valor en un momento muy potente neurocognitivamente”, explicó el experto.
“Hay que comenzar las clases con lo más importante –continuó Lázaro– Cuando cae esa parte atencional, trabajamos lo procedimental. Luego viene un ligero repunte atencional. Ahí es importante trabajar la fase metacognitiva, es decir, anclar lo que hemos trabajado y hacer reflexionar a los alumnos sobre qué se llevan, qué han aprendido”.
Por último, Lázaro explicó que es importante dar la información bien estructurada y en pequeños paquetes para que se asimile mejor. “Si, además, consigo que esas actividades sean de carácter multisensorial y trabajo todo a nivel social, la construcción del aprendizaje se vuelve más significativa”, argumentó el experto.
Es importante dar la información bien estructurada y en pequeños paquetes para que el alumno la asimile mejor
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